Guatemala: alertan sobre el aumento de la prostitución en mujeres indígenas a causa de la pobreza
El aumento de mujeres indígenas que se dedican a la prostitución en Huehuetenango preocupa a distintos sectores, los cuales señalan como las principales causas la extrema pobreza y falta de oportunidades para este sector de la población.
Según fuentes oficiales, donde más se registran esos casos es en la cabecera, Barillas, Aguacatán, La Democracia, San Pedro Necta, Cuilco, Nentón, Jacaltenango, San Pedro Soloma y Chiantla.
Alesha Hernández, de la Oficina Nacional de la Mujer (Onam), aseguró que el ser madres solteras, haber sido abandonadas por los esposos, que migraron a Estados Unidos, y la pobreza extrema son algunas de las causas de que las mujeres se vean obligadas a prostituirse para obtener recursos que las ayuden a sostener a sus hijos.
No hay registro
Hernández agregó que aunque no existe un registro estadístico, en áreas públicas es común ver cada día más mujeres indígenas que se prostituyen.
Resaltó que, pese al prejuicio social, algunas de estas mujeres se ven forzadas por la necesidad económica que afrontan y otras porque son víctimas de trata.
Hernández advirtió de que este tipo de actividad vulnera los derechos de las mujeres y las expone a agresiones verbales y físicas, e incluso a atentados contra su vida.
“Ellas pueden ser atacadas en cualquier momento, ya que son un blanco fácil para hombres con resentimientos violentos”, manifestó.
Por necesidad
“Es lamentable que mujeres caigan en un trabajo como este por llevar alimento a su familia, a pesar de la información que se ha dado sobre sus derechos, sin embargo, no podemos juzgar por qué optan por esta actividad”, afirmó la activista.
María Magdalena Ordóñez, delegada de la Defensoría de la Mujer Indígena, señaló que no se puede tener un registro claro, ya que muchas indígenas deciden no usar su traje regional al dedicarse a este oficio.
Problema difícil
La funcionaria calificó de difícil el problema porque la cosmovisión de los pueblos mayas se rige por principios y normas que vulneran estas mujeres.
Sin embargo, señaló que no se puede inmiscuir en la vida privada de las personas, que son quienes toman la decisión.
Dijo que, como Defensoría de la Mujer, no pueden hacer nada, a menos que haya un caso de violencia o se identifique a una menor que se prostituye. Reconoció que hay personas que las inducen.
Ordóñez informó que a algunas mujeres les ofrecen trabajo de domésticas o meseras y las trasladan a la capital, donde las obligan a prostituirse.
La funcionaria dijo que le preocupa que el número de mujeres dedicadas a ese oficio vaya en aumento y demandó que se tomen acciones.
“Deben encontrar alternativas, porque sí las hay; además, tener el espíritu de superación”, manifestó.