Precios de las materias primas castigan a las monedas de América Latina
Las monedas latinoamericanas más sobrevaloradas llegan muy castigadas al período de decisiones clave en Europa y Estados Unidos que comienza esta semana, en contraste con el real brasileño y el peso mexicano, las dos principales unidades de la región, que obtuvieron algún respiro en los últimos días.
El peso chileno y el sol peruano siguieron derrumbándose la semana pasada debido a la profundización del colapso del cobre, pese a cierto enfriamiento en las expectativas de alzas de tasas de interés de la Reserva Federal tras unos datos económicos más moderados en Estados Unidos.
Algo similar ocurrió con el peso colombiano, asociado al valor del petróleo, que volvió a operar con debilidad. En cambio, el real y el peso de México se estabilizaron en línea con la leve modificación en el panorama de tasas de la Fed.
Este jueves se reúne el Banco Central Europeo y se prevé que anuncie una ampliación de sus estímulos, lo cual podría tener un efecto mixto en las divisas de América Latina, pues por un lado haría subir al dólar contra el euro, pero también aumentaría la liquidez en busca de retornos en mercados emergentes.
Más disruptivas para las unidades regionales podrían ser las elecciones griegas del domingo, ya que el probable triunfo de un partido de izquierda que quiere renegociar la deuda aportaría un grado más de incertidumbre en los mercados financieros, perjudicando a los activos de riesgo.
Pero lo que determinará si las monedas latinoamericanas se afirman o retoman la caída libre del 2014 es el encuentro de la Fed que concluye el 28 de enero. Aunque algunos creen que daría señales de que aplazará su ajuste, difícilmente el organismo que dirige Janet Yellen cambie el destino final de su política.
En México, el peso oscilaría entre 14,40 y 14,85 por dólar. La moneda rozó las 15 unidades por dólar a comienzos de mes, cuando el aumento de las previsiones de un alza de tasas de la Fed golpeó a todos los mercados emergentes, y luego se apreció levemente hasta 14,555 al cierre del viernes.
De acuerdo con un informe de Bank of America Merrill Lynch, «el tipo de cambio (del peso mexicano) reaccionó excesivamente debido a los declives del precio del petróleo y ahora está subvalorado en relación con los fundamentos económicos».
Un desempeño parecido tuvo el real, que llegó a hundirse hasta 2,74 por dólar en diciembre y desde entonces ha operado más calmo, terminando a 2,6212 la semana pasada. La mejora de la moneda tuvo que ver también con unos anuncios del nuevo equipo económico apuntando a una mayor disciplina fiscal.
Por el contrario, el peso de Chile, tradicionalmente visto como una moneda sólida en la región, cayó 1,8% la semana pasada, cerrando en 627,7 por dólar. En lo que va del año ya ha perdido 3,55% después de la bajas de 13,1% del 2014 y de 8,9% en el año anterior.
La moneda peruana operaría a la baja luego de que el Banco Central redujo sorpresivamente la tasa de interés de referencia a un 3,25 por ciento ante una desaceleración de la economía local. «El sol seguirá mostrándose débil entre las 3,0050/3,0200 unidades por dólar», dijo un operador.
En Argentina, agentes cambiarios prevén que el peso en el mercado mayorista busque la zona de 8,62 unidades por dólar, luego de acumular una caída del 0,55 por ciento en la primera mitad de enero. El peso en el segmento marginal se ha mantenido en general estable a lo largo del mes.