Un giro histórico en la relación entre EEUU y Cuba – Diario El Nuevo Herald, EEUU

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

La liberación de Alan Gross, el contratista de USAID encarcelado en Cuba desde hace cinco años, es una noticia bienvenida. Gross al fin está libre y en suelo norteamericano, después de haber sufrido un largo tiempo en prisión solamente por llevar unos equipos de comunicación en Internet a la pequeña comunidad judía de la isla. Compartimos la alegría de Gross cuando dijo a los reporteros tras su liberación que este es “el mejor Hanuka”.

También quedó en libertad un doble agente cubano que llevaba largos años preso en Cuba. Pero en este canje hubo una píldora amarga: la liberación de los tres espías cubanos de la Red Avispa presos en los Estados Unidos. Este intercambio deja un resquemor más que nada por la participación de la Red Avispa en las actividades de espionaje que llevaron al derribo de las avionetas de los Hermanos al Rescate en 1996, un acto criminal en el que murieron cuatro miembros de esa organización.

En el discurso al anunciar la nueva postura hacia Cuba, el presidente Obama indicó que la política seguida por sucesivas administraciones norteamericanas durante cinco décadas no había alcanzado los resultados deseados. Obama se mostró confiado en que la normalización de las relaciones diplomáticas entre ambos países, la apertura de embajadas y un mayor contacto entre los dos pueblos puede conducir a un cambio en la isla, a un mejoramiento de la situación de las libertades y los derechos humanos. Observó que Estados Unidos restauró hace décadas sus relaciones con China, un país comunista, y con Vietnam, donde también gobierna el partido comunista y donde casi 60,000 soldados norteamericanos perdieron la vida en la guerra que se prolongó hasta 1973. No obstante, cabe señalar que en esos países no se han eliminado los abusos a los derechos humanos. Por lo menos Obama expresó que Cuba sigue teniendo un gobierno autoritario, y afirmó que Estados Unidos seguirá exigiendo que los cubanos tengan derecho a expresarse libremente, a votar en elecciones libres y a formar sindicatos, y que los opositores dejen de ser acosados y golpeados por agentes del régimen.

Obama confía en que las relaciones y la comunicación entre ambos gobiernos llevarán un alivio al pueblo cubano. Sin embargo, en este día que ocupará un lugar en la historia, quedan flotando estas preguntas: ¿la normalización de las relaciones dará lugar a cambios profundos en Cuba, con más derechos y libertades para el pueblo? ¿O el cambio en la política norteamericana le dará oxígeno a un régimen que observa con temor el debilitamiento de su padrino económico, Venezuela?

Esa duda se mantendrá en el ambiente. Entretanto, el presidente Obama le pide al régimen de La Habana que “libere el potencial de 11 millones de cubanos poniendo fin a innecesarias restricciones en sus actividades políticas, sociales y económicas”. Esa exigencia debe ser el principio que rija cualquier relación entre las dos naciones.

El Nuevo Herald

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