Diputado del Partido Colorado: «Mi partido está más cerca del Frente Amplio que del Partido Nacional»

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Jura y rejura que no tuvo la intención pero cuando se lo vio junto a Tabaré Vázquez fue como si un misil pegara en la línea de flotación de una manera de ver la política que para Fernando Amado ya es arcaica dentro del partido Colorado. Dice esperar a que le digan que se vaya de Vamos Uruguay y no le teme a eso y se siente más cerca del Frente Amplio que de los blancos.

Asegura que el Partido Colorado está en una “crisis de identidad’ por una política de relacionamiento que no se condice con la historia delpartido Colorado. “No es cierto que los blancos sean nuestros primos hermanos ideológicos… eso terminó siendo un excelente invento para el Frente Amplio que lo transformó en un disparo para matar a dos pájaros. Para mi lo más correcto ideológicamente sería ver a colorados y frenteamplistas por un lado y a los blancos del otro lado. Lo digo por razones de historia comunes’, afirma.

Hablaba de tender puentes. ¿Quién dinamitó esos puentes?

Creo que se fueron dinamitando paulatinamente con el tiempo y a partir de una estrategia política de relacionamiento partidario que se estableció hace más de dos décadas. Había una realidad política bipolar y en ella había un partido con el cual no era necesario tener puentes de relacionamiento y sí una lógica de cooperación política con el otro partido que era el Nacional. Yo creo que es un proceso largo con ingredientes políticos circunstanciales y que para mí es una lógica que llama la atención que alguien del propio partido Colorado se moleste y cuando otro siente la necesidad de regenerar francamente esos puentes.

Yo me pregunto, ¿cómo no ha de haber necesidad de tender puentes con una fuerza política que hace casi 10 años que está en el gobierno y es muy probable que esté cinco años más en el gobierno con un Vázquez presidente y que además representa el 50% de la población y que en tres elecciones consecutivas ha representado a la mitad de la población? Es raro.

Se ha dicho en los últimos tiempos desde la dirigencia de Vamos Uruguay que usted no representa a nadie ¿Representa a alguien usted?

Yo soy un militante y legislador colorado. Diputado reelecto además que, en todo caso, representa bastante el sentir de su grupo político. Por supuesto que a la reunión con Vázquez no fui en representación ni del sector ni del partido Colorado, sino a título personal. Por otro lado, hay autoridades constituidas en el partido y que son ellas las que lo representan. Sin embargo, sería hipócrita no pensar que por mi condición de dirigente político y de legislador es natural que se generen todo estos comentarios.

Pedro Bordaberry dijo que la confianza que había entre ustedes se ha erosionado. ¿Esta se puede regenerar?

Eso lo dirá el tiempo. Siento que con Pedro (Bordaberry) hemos tenido situaciones similares; enfrentamientos políticos fuertes que nunca son asépticos y hacen que muchas veces, más allá de la tolerancia mutua, es natural que generen enojos. Nos pasó más de una vez y la hemos sabido sortear. El tiempo dirá si esta vez pasa lo mismo.

Recordando precisamente estos hechos; primero la ley de matrimonio igualitario, luego la ley del aborto, la de la marihuana más tarde e incluso sus críticas al partido de la concertación a nivel departamental, ¿por qué cree que su reunión con Vázquez fue la gota que derramó el vaso?

La verdad, lo desconozco. No me imaginé que iba a generar tanta intolerancia y tanta violencia de parte de compañeros. Yo lo tomé con mucha naturalidad. Ahora, yo estoy dispuesto a asumir el costo político que sea porque estoy convencido que es fundamental tener puentes con el Frente Amplio.

Cuando dice que está dispuesto a asumir el costo político, ¿cuál sería ese costo?

Lo que sea.

¿Qué lo expulsen del sector?

Y sí, puede ser. Yo he sentido que hay un ambiente bastante difícil en Vamos Uruguay.

¿Se siente incómodo hoy en Vamos Uruguay?

Sin dudas hay intenciones de que me sienta incómodo y se busca que abandone el sector. Y si bien hay un liderazgo muy claro de Pedro (Bordaberry) en Vamos Uruguay, yo hice Vamos Uruguay desde el día uno, junto a él, a Germán Coutinho, a Max Sapolinsky y a otro más. Me siento parte de la construcción de Vamos Uruguay, entonces digo que a mí no me van a llevar puesto con declaraciones que rozan a veces lo agraviante. Yo le di mucho tiempo y energía al sector, pero si creen que yo ya no formo parte, espero que me lo digan de frente y directamente. Es lo mínimo que espero.

¿Ha vuelto a hablar con Bordaberry luego de la reunión con Tabaré Vázquez?

No. Me encontré con algunos compañeros del sector en el Parlamento pero con Pedro, no. Yo siento, además, que comuniqué en tiempo y forma que me iba a reunir con Vázquez y punto. El propio Pedro lo ha dicho públicamente que le parecía natural que dos políticos se reúnan. Y en cuanto a mi permanencia en Vamos Uruguay quiero decir que yo he transitado políticamente con las mismas actitudes y si ahora quieren prohibirme el ejercicio de mi libertad, que me lo digan. Los que han cambiado son ellos y no fui yo. Hay que terminar con este culebrón venezolano.

Aparte de tener los dos unos padres que no creyeron en la democracia, ¿qué otra cosa lo une a Pedro Bordaberry hoy?

(piensa)…y bueno, hace más de 7 años que venimos caminando en el mismo trillo político. Levantamos las mismas banderas de renovación del partido para las elecciones del año 2009 y de tratar de generar un liderazgo más horizontal y…

…y hoy eso se mantiene?

No, ha ido cambiando y sería absurdo negarlo. Hay una primera etapa de Vamos Uruguay hasta el 2010 que incluye la fundación, su armado y su crecimiento político. Después, en los últimos años hubo necesidad de adoptar un posicionamiento político sobre temas concretos que generaron diferencias. Pero ojo que todos sabían cómo yo pensaba en todos los temas. Me duele que ahora expresen sorpresas y molestias con mis actitudes cuando no es más que lo que siempre pensé. No busco perfilismo, sino que soy coherente con lo que pienso.

Entonces el que cambió no fue usted.

Yo no cambié nada. Sigo siendo el mismo. Lo que he tenido es el, digamos, atrevimiento ‘entre comillas’ de decir lo que pienso y sostenerlo. Si es un pecado y es malo para el sector ser coherente con lo que uno piensa, entonces alguien cambió y no fui yo. Es muy contradictorio lo que pasa hoy en Vamos Uruguay donde, originalmente, se hacia énfasis en el respeto y en la diversidad dentro del sector.

El 30 de noviembre: Amado votará en blanco

¿Por qué no votará al partido Nacional y sí votará en blanco?

Votaré en blanco y de manera entusiasta por dos razones. No voto a Luis (Lacalle Pou) por muchas de las cosas que fueron el sentir y la prédica del propio Pedro (Bordaberry) que durante la campaña lo insinuó fuertemente. Dijo que Lacalle Pou no tenía experiencia ni estaba pronto para ser presidente. No lo dije yo, lo usamos en la campaña, lo dijo Pedro y lo dijo Vamos Uruguay. Además tengo muchas diferencias ideológicas con Luis aunque creo que es un tipo que tiene un gran futuro político y es muy probable que en el futuro sea presidente de la República.

Ponerle freno al FA

¿Por qué no votará a Tabaré Vázquez?

No voto a Vázquez porque no quiero agrandar la legitimidad que ya tiene. Que no se vaya a creer que él representa incondicionalmente más que lo que lo votaron en la primera vuelta. Creo que es importante ponerle obstáculos a la tendencia del Frente Amplio a comportarse a veces como el dueño de la verdad, algo típico de los partidos del poder y muy cercano al autoritarismo. Ojo que lo mío es de esencia batllista: la obsesión de cortar el poder, evitar su acumulación. El resultado ideal e imaginario que tengo es que el resultado del balotaje sea igual al obtenido el 26 de octubre: que los frentistas voten a Vázquez, los blancos a Lacalle y los colorados votando en blanco. Ese sería el rol que nos debería caber porque en este balotaje los colorados no estamos representados por ninguno de los dos.

Amado sostiene que hay crisis de identidad: El partido Colorado tocó fondo 

¿Hay una crisis de liderazgo en el partido Colorado?

Creo que no. Lo que hay es una crisis de vida del partido Colorado; que está en una crisis existencial y de identidad. Tocó fondo. Estoy convencido sí que no fue por la conformación de la última fórmula presidencial que obtuvimos el 13% de apoyo. El problema nuestro es de crisis de identidad por una política de relacionamiento que no se condice con la identidad histórica del partido Colorado. No es cierto que los blancos sean nuestros primos hermanos ideológicos. Eso de la familia ideológica  que anunció crudamente (Julio María) Sanguinetti en su momento, en realidad terminó siendo un excelente invento para el Frente Amplio que lo transformó en un disparo para matar a dos pájaros. Para mí lo más correcto ideológicamente sería ver a colorados y frenteamplistas por un lado y a los blancos del otro lado. Lo digo por razones de historia comunes. El Frente Amplio y los colorados tenemos confianza en el Estado mientras que los blancos no, porque desconfían del Estado. Nosotros y el Frente Amplio pensamos históricamente que vale más una sociedad homogénea y los blancos siempre sostuvieron que era más importante la teoría que una sociedad rica se hace igualitaria, por el solo efecto de su riqueza.

En realidad lo que ha pasado es que el FA le ha robado al batllismo su electorado y varias de sus banderas. Nosotros perdimos electorado con el Frente Amplio y no con los blancos y eso queda evidente porque los proyectos sociales del partido colorado y del partido nacional son tan distintos que los que nos votaron a nosotros antes, ahora votan al FA y no al partido Nacional.

Usted dijo que en la reunión con Vázquez tuvieron muchas coincidencias en temas políticos nacionales. Usted votó además muchos proyectos de ley propuestos por la izquierda y ha compartido muchas posiciones políticas. ¿Quién de los dos se acercó más al punto de coincidencias; usted o el Frente Amplio?

Hace tiempo que vengo dando señales de la necesidad de llegar a este punto. Yo hice mucho más que el Frente Amplio por las coincidencias. El Frente Amplio lo único que obtuvo del partido Colorado era una actitud de prescindencia. Estoy muy seguro de haber dado esos mensajes o señales de acercamiento porque creo en ello, además.

¿Qué tan efectivo será su rol de interlocutor que le ha concedido Vázquez si la relación con su bancada está tan deteriorada?

Luego del ballotage y que Vázquez sea eventualmente confirmado presidente hay una situación que se cristalizará y ya no será el candidato. Seria muy incoherente que el partido Colorado y toda la oposición no buscaran al diálogo. No sé si será efectiva mi gestión aunque habrá cambios en mi partido el próximo 6 de diciembre, pero creo que igual yo voy a estar en el parlamento.

¿Cómo se ve en su futuro cercano?

Me veo con mucha actividad, como siempre, desde el Parlamento. Tratando además de generar este tipo de diálogo con el gobierno electo e impulsando y apoyando las cosas que creo buenas pero enfrentando las que no vea correctas. Y me veo también en el lugar histórico de responsabilidad que tenemos de entender la situación actual del partido Colorado para poder cambiarla. No podemos seguir con la ficha de que el partido Colorado es el mismo del siglo XX porque la gente nos puso en otro lugar del tablero político. Ya no somos una fuerza política que tiene 30 o 40 diputados. Somos un partido, lamentablemente lo digo y con dolor, menor, aunque con una historia impresionante. Creo que tenemos que ser conscientes de la realidad y ubicarnos en el momento para entender lo que nos pasa. El partido tiene que cambiar en un mediano plazo y no en uno corto, porque esto último fue lo que nos ha herido y siempre nos hizo retroceder. Primero lo que tenemos que hacer es cambiar la cabeza.

¿Es necesario también el cambio de personas, de los referentes políticos?

Eso se da naturalmente. El proceso de liderazgo es muy dinámico y es natural que se concrete y más en un partido que está en crisis como el nuestro. Realmente lo importante es el cambio de posicionamiento estratégico e ideológico de nuestro partido. Nuestro destino no debería ser regalarle la cancha al Frente Amplio sino disputársela palmo a palmo.

¿Y dónde quedará la consanguinidad con el partido Nacional?

Eso es un grueso error porque es como cambiar la identidad del partido para dar una pelea de coyuntura. Ya está, tocamos fondo. Hace 15 años que la ciudadanía nos da el rol de peso político menor, entonces hagamos lo que debemos hacer enfrentando al núcleo del electorado del partido Colorado que ha quedado presa de esa lógica bipolar de los años pasados y que es más antifrenteamplista que colorada y que hasta dice muchas veces que le da lo mismo votar a un colorado o a un blanco. ¡No, le tiene que dar muy distinto y le debe dar problemas si piensa que es lo mismo un colorado que un blanco! Por eso digo que hay que hacer un trabajo de largo plazo y no volver con la política del `yaísmo´, de la inmediatez.

La República

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