«La Dirección de Ayotzinapa». Análisis del filósofo y escritor mexicano Fernando Buen Abad Domínguez, en el que reflexiona, a partir del caso de los 43 estudiantes desaparecidos en el estado de Guerrero, sobre la violencia en México en general 

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La Dirección de Ayotzinapa
Que la rabia no eclipse a la conciencia
Fernando Buen Abad Domínguez
Rebelión/Universidad de la Filosofía
“México: la apatía y el silencio es tu más honda fosa”
Es hora de hablarnos con toda crudeza. Parte de lo que nos pasa se debe, también, a que estamos desorganizados y huérfanos de una política emancipadora. Algo de lo más peligroso que puede ocurrir a los familiares y compañeros de los normalistas asesinados; a los desaparecidos y a todo el pueblo mexicano, es ser derrotados por las trampas añejas ensayadas sistemáticamente contra toda expresión de malestar y contra toda voluntad de cambios. Se trata del peligro de ser ignorados, el peligro de ser usados y el peligro de ser usurpadas lasbanderas. Se trata del peligro de ver tergiversadas las demandas y, por colmo, de ser criminalizados, satanizados y encarcelados por tener la razón y por luchar por sus derechos. En eso las cúpulas del PRI, el PAN y el PRD, aliados con TELEVISA, son expertos nefastos.
Se vive en México un clima irrespirable que empeora con los años, los lustros y las décadas, por cada hecho macabro que multiplicado por miles tapiza la historia de un país secuestrado sanguinariamente por el neoliberalismo. Hoy llegamos a límites de la criminalidad monstruosa que arremetió contra estudiantes (masacrados y desaparecidos) luchadores sociales comprometidos con el pueblo. Reina un clima de impotencia y desesperación que debe trascender la ira para volverse organización y movilización de largo plazo. Se vive un ambiente de repudio generalizado contra todas las instituciones gubernamentales, contra todos los partidos políticos, contra el sistema judicial en su totalidad y contra esa parte de las maquinarias mediáticas que son protagonistas pertinaces de la criminalización y la calumnia a destajo. Si el país no estuviese militarizado con el pretexto de la guerra contra el “crimen organizado”, habrían proliferado muchas más expresiones de hartazgo, furia y ascenso de conciencia.
Más que nunca se requiere un frente único de todas las organizaciones sociales, es decir de los estudiantes en huelga unidos con los maestros, unidos con los grupos de autodefensa, unidos con las bases del MORENA, unidos con los sindicatos. Necesitamos dinamizar la dirección del movimiento por Ayotzinapa y MORENA tiene una oportunidad para acompañar mejor que nadie a los estudiantes que, hoy por hoy, pueden hacer un llamado histórico a la clase trabajadora rumbo a un frente unificado y organizado a nivel nacional e internacional. Desde hoy es nuestro deber luchar por esa unidad porque sólo el pueblo salva al pueblo.
Pero eso requiere dar una batalla honda que rompa con los prejuicios “anti-políticos” que se han inoculado en las cabezas y las luchas de muchos jóvenes. No son pocos los que piensan y creen que la “política” es sólo ese marasmo de corrupción, cinismo y demagogia que han vito siempre escurriendo de las cúpulas de los partidos políticos como el PRD, PRI, PAN, PVEM. No son pocos quienes creen que es imposible la Política sin la mezquindad, la usura y la criminalidad con que se ha impuesto a México eso que han llamado “política” los oligarcas durante muchas décadas. Contra eso es imprescindible construir una revolución semántica y una práctica nueva de la política en manos de esos jóvenes inspirados en una política revolucionaria a su vez inspirada en las conquistas históricas que se ganó el pueblo de México con la Revolución y con el gobierno de Cárdenas por ejemplo. Una política en verdad distinta y libre que sea herramienta de lucha contra todas las formas de la vieja política impuesta en México por el capitalismo y sus peleles. Nueva política impulsada, también, por los jóvenes para derrotar a la crisis de dirección revolucionaria que aqueja a la humanidad entera. Revolución de la política con canales de base capaces de expresar el descontento una explosión de propuestas dirigidas por consenso y llamando siempre a otros grupos para que se unan y sean también el movimiento, tanto a nivel estatal como nacional e internacional.
Esta tarea de llevar a la práctica una política liberada de las definiciones corruptas dominantes en México, puede poner rápidamente al gobierno y al empresariado que lo apoya, bajo una presión muy poderosa que logrará una solución al caso Ayotzinapa (y a muchos otros casos) . Lo que no puede ni debe pasar es que la política nueva de los jóvenes se trate de sólo una explosión de enojo o momentánea. Solamente así puede rendirse homenaje a los caídos y a los desaparecidos y sólo así puede marcarse un punto de inflexión en la situación política de México. Es preciso cuestionar y a todo el sistema de mafias criminales, someter a juicio y justicia social a los políticos burgueses en todos los niveles. Si los jóvenes han comenzado a revelarse necesitan que su rebelión produzca la fuerza de la acción política de todo un pueblo que los acompaña y espera su dirección política al lado de los trabajadores, de los obreros, que son indispensables para consolidar al movimiento. Solamente así será posible poner fina a la espiral de violencia, represión y masacre en que nos ha hundido el sistema capitalista.
Los jóvenes en México integran al 70% de la población. Esos jóvenes viven con un sentimiento de incertidumbre, abandono e insatisfacción y no tienen otro camino que unirse contra un solo enemigo y en una sola lucha porque viven en un callejón sin salida creado por un sistema depredador que impone su avaricia y su desfachatez a la inmensa mayoría de los mexicanos. No será el gobierno espurio quien detenga la violencia infernal del “crimen organizado” mientras eso le reporte beneficios muy diversos.
Sólo con una política nueva, fresca y correcta, capaz de eludir las provocaciones, los prejuicios y las infiltraciones, los jóvenes de México hermanados (desde y con Ayotzinapa) darán una lección política nueva a todo mundo. En su situación actual la lucha por justicia y presentación de los desaparecidos tiene preocupados a los 3 poderes que sólo han probado ser parásitos inútiles, enemigos de los trabajadores y del pueblo mexicano. En ellos no podemos confiar ni un milímetro. La lucha, tarde o temprano, tiene que ser por derrumbar al capitalismo en todas sus expresiones. Luchar por lo inmediato y por lo mediato. Eso sólo es posible con organización y con ideas políticas de nuevo género capaces de entender a fondo los problemas y anhelos de la juventud y frenar a todo lo que ataca a nuestro pueblo. ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!
viernes, 24 de octubre de 2014

Ayotzinapa un dolor que recorre las venas de la Historia
Rebelión/Universidad de la Filosofía
Alertas todos. A estas horas están activados todos losmecanismosperversos para ahogar la matanza y “desaparición” de estudiantes en Ayotzinapa, en el lodazal del olvido, de la impunidad y de la barbarie que son parte deldecoradomacabro que tapiza la Historia de México. Pensar y rabiar por los hechos criminales en Ayotzinapa es en simultáneo pensar y rabiar por los asesinatos en Tlaltelolco en 1968. Décadas de impunidad, humillación y dolores por los que nadie carga juicio y castigo alguno. La furia de los pueblos suele tener raíces muy hondas.
El capitalismo es una fábrica de “Estados Fallidos”. El “gobierno” de México ha convertido al país en un “estado fallido”, en una bufonada grotesca de gerentes neoliberales con avaricias insaciables, dispuestos a cualquier crimen para mantener secuestrados los poderes que son del pueblo, de la clase trabajadora…de la mayoría. En las cúpulas de los partidos hegemónicos PRI, PAN y PRD no se encuentra otra cosa que peleles especialistas en componendas e ilegitimidades para ofertar los recursos naturales del país, subordinar la economía a los intereses yanquis, reprimir a los trabajadores para que reine a sus anchas la explotación, y ser súbditos voluntariosos de los monopolios mediáticos que son elAlma Materpolítica de donde emanan las instrucciones para “gobernar”. Un estado incapaz de garantizar la justicia. Incapaz de garantizar la paz. Incapaz de garantizar el desarrollo económico… un estado que falla una y otra vez porque para eso ha sido amaestrado.
Poco importa cómo se llamen los títeres en turno que se encaraman en los gobiernos gracias a fraudes y más fraudes electorales y seriales. Poco importa la jerarquía del cargo y poco importa qué banderas agita su demagogia para disfrazar con saliva chatarra el repertorio de sus tropelías. Reina la estulticia y el cinismo y se hacen los ofendidos cuando se los toca con el “pétalo” de la crítica. Así ha sido desde hace muchas décadas, muchas, muchas. Y cada día es peor. Los elementos que empeoran ese paisaje terrible han desarrollado la industria del “crimen organizado” que instaló un “doble poder” con base territorial muy fuerte y gran capacidad ofensiva en los campos anchurosos de la corrupción empresarial, militar y gubernamental.
Nada de este paisaje monstruoso se explica sin la mano del imperio yanqui metida en un territorio al que considera parte de su “zona de seguridad”. Nada se explica sin el consenso de Washington, sin el TLC y sin la Alianza del Pacífico comonuevaestrategia de narcoestados para garantizar a los yanquis terrenos liberados donde descargar su crisis de sobre-producción con todo genero de basura mediática, tecnológica, química, ideológica, narcótica y política.
Aotzinapa es, pues el escenariomicrode la barbarie más inimaginable. En el asesinato y desaparición de los estudiantes normalistas se expresa el capitalismo en toda su putrefacción sólo que interpretado a la manera vernácula de criminales territoriales puestos ahí para cumplir la doble función de saquear y reprimir a cualquier costo. Muchas fuentes expertas han caracterizado al estado de Guerrero y a sus latifundistas históricos, ya se ha hablado de las riquezas naturales y de la industria del turismo que son fuente inagotable de fortunas secuestradas por unos cuantos oligarcas que compartentrofeoscon otros de fuero nacional. Ya se ha explicado la corrupción y ya se ha explicado de que artimañas se han valido para mantener el territorio militarizado haciendo su “trabajo” disuasivo a punta de bayoneta y sangre. Décadas y más décadas.
Por eso, entre otras cosas, es atronador el silencio de los siervos de la farándula y de los intelectuales dóciles a la burguesía que, con denuedo y pundonor en sus lenguas largas han acribillado a Venezuela, a Bolivia, a Ecuador, Argentina… pero están de lengua atada ante los crímenes y desapariciones de estudiantes, jóvenes e inocentes, en Ayotzinapa. Vargas Llosa, Willie Colón… y toda una serie de voceros del imperio a cual más han enrollado su vocación lenguaraz y, hasta hoy, se mantienen calladitos en un silencio que tiene tufo de TELEVISA, PRISA, CNN… ¿Estaremos equivocados? Es simple: Si no denuncian son cómplices.
Nada de lo ocurrido en Ayotzinapa encontrará justicia y castigo bajo las condiciones actuales. Es suicida pensar que los verdugos instrumentarán un juicio justo contra sí mismos y es impensable terminar con todas las muertes y los hurtos de que somos víctimas por los “cauces políticos” que hasta hoy han demostrado ser siervos del capitalismo más depredador. Es hora de que nos hablemos con sinceridad y crudeza, no hay tiempo que perder. Buena parte de lo que nos ocurre se debe a nuestra desorganización y a nuestra crisis de dirección revolucionaria estancadas desde hace mucho tiempo. De brazos cruzados somos un blanco muy fácil y, como no hay recetarios mágicos para superar este momento, es necesaria la movilización y el encuentro que sólo da la unidad de las fuerzas más honestas y desde las bases, garantizándonos democracia verdadera y acción consensuada desde abajo. Ni mesías ni mecenas. Ni iluminados ni reformistas. Basta ya de tanto engaño inoculado por los profesionales de la mentira que nos han traicionado siempre.
Una situación de lucha como la que vive México hoy dará de inmediato liderazgos nuevos y dará espacio para desarrollar pensamiento crítico capaz de advertirnos sobre las amenazas oportunistas que rondan deseando apropiarse de las expresiones sociales más avanzadas. Eso es lo que ordenan las cúpulas de TELEVISA, del Empresariado pro yanqui a sus sirvientes en el PRI, el PAN y el PRD. ¡Ni un voto a ellos, faltan 7 meses! Pero en las bases hay otra historia. Nuestro deber es no permitir que distraiga la “tele” con cataclismos de coyuntura o con marcianos. Que no nos embauquen los reformistas que dicen querer “cambios” pero despacito. Que dicen querer un mundo mejor pero para nuestros bisnietos. Nuestro deber es no permitir que jueguen electoralmente con nuestros muertos y con nuestros vivos. Que no usen la sangre derramada para ungirse como “salvadores” y que no nos asusten, que no nos distraigan, que no nos descarrilen ni nos descalabren. Nuestro deber es impedir que el asesino siga disponiendo de las armas con que nos ataca y derrotarlo de una vez y por todas. El único camino hacia la paz y la justicia lo sabe un pueblo en lucha y que triunfa en la batalla de las ideas. Hay que vacunarse contra los lenguaraces y contra los engaños. Al pueblo sólo lo salva el pueblo. ¡Se los llevaron vivos, vivos los queremos!

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