Poco debate de ideas y muchos temas coyunturales marcan la campaña electoral

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Después que la fórmula presidencial del Frente Amplio tomó la iniciativa en la campaña electoral, con las presentaciones temáticas donde participaron referentes nacionales e internacionales en los temas tratados, la oposición abandonó cualquier intención de debate programático.

En los últimos días los candidatos de los partidos tradicionales han dejado de reclamar el debate entre presidenciales y han insistido en introducir en la campaña temas puntuales que nada tienen que ver con lo que harán en el futuro si son gobiernos.

Los medios de comunicación recogieron, hasta el exceso, las denuncias sobre la supuesta inhabilitación de Fernando Lorenzo como candidato a diputado, el arribo de los presos de Guantánamo en un “pacto secreto con los yanquis” y el apedreamiento de ómnibus y vehículos en los accesos a Montevideo, al punto que estos temas han ocupado más espacio que cualquier discusión política o programática.

La saturación de los medios con el tema de los detenidos de Guantánamo provocó la salida del presidente José Mujica en defensa de su decisión, y de paso cuestionó severamente lo actuado por el Partido Nacional, ya que en este tema el candidato colorado se ha manifestado a favor del refugio, con la condición de que sean los afectados quienes lo soliciten.

Desde el Partido Nacional se critica ahora a Mujica por intervenir en la campaña electoral con sus comentarios sobre el Partido Nacional, a lo que Mujica respondió que tiene derecho a intervenir en la discusión sobre las acciones del gobierno.

Pero además, en este afán por introducir temas nuevos que lleven a debatir sobre fallas del gobierno se ha llegado hasta el ridículo de confundir fechas y protagonistas.

Por ejemplo, el candidato a la vicepresidencia por el Partido Nacional, Jorge Larrañaga, que ha asumido el papel del malo en la fórmula por la positiva, dijo que el acuerdo para el arribo de los presos de Guantánamo era  una “deuda de Tabaré Vázquez” con el ex presidente George Bush.

Cabe recordar que el aceptar el arribo de los detenidos en Guantánamo, una cárcel ilegal que lleva ya 13 años con personas detenidas y sin juicio, fue responsabilidad del presidente José Mujica ante un pedido del presidente Barack Obama. Obama es presidente por el Partido Demócrata mientras que Bush hijo, al que Vázquez le debería “favores”, es republicano.

No hay que confundir este Bush con el otro George Bush, ex director de la CIA y presidente de Estados Unidos entre 1988 y 1992, al que el ex presidente Luis Lacalle, padre del actual candidato nacionalista, llamó por teléfono para felicitarlo por el inicio de la guerra del Golfo en 1991. Lacalle tuvo el honor de ser el primer mandatario extranjero en felicitar a Bush por el inicio de la guerra para liberar a Kuwáit.

Tabaré Vázquez respondió a Larrañaga señalando que se trata de un acto “humanitario por la positiva” para dar asilo a personas presas injustamente.

Sin embargo Larrañaga dijo que con el mismo argumento humanitario, en el gobierno de Vázquez se liberaron mil presos, ignorando que la reincidencia en ese caso fue menor al 12%.

Pero el Partido Nacional busca seguir provocando titulares con el tema de los presos de Guantánamo, quizás tomando en cuenta una encuesta que señala que la mayoría no está de acuerdo con esa medida. El miércoles, el diputado Javier García, en pleno receso parlamentario, y consciente que la respuesta puede demorar meses, envió un pedido de informes a Cancillería sobre el acuerdo para el arribo de esos detenidos.

Este fin de semana la fórmula nacionalista insistió en el tema. Lacalle rechazó que la embajada de Estados Unidos le brindara información, después de reconocer que lo llamaron por teléfono, y criticó al presidente Mujica por sus expresiones sobre el Partido Nacional. Además Lacalle dijo que el tono de las declaraciones de Mujica estarían demostrando “cola de paja” volviendo a insistir en un supuesto acuerdo secreto. En tanto el candidato a vicepresidente Jorge Larrañaga dijo sentirse agraviado por los “insultos” del presidente a su colectividad política.

A su vez la diputada nacionalista Ana Lía Piñeyrúa, repitiendo argumentos de sus colegas partidarios, dijo que “llama la atención que el FA promueva el relacionamiento con Estados Unidos, cuando siempre preconizó una política antiestadounidense”.

La cárcel

El campo de detención de Guantánamo es una cárcel de alta seguridad situado en la base naval de Estados Unidos en el territorio ocupado en la bahía de Guantánamo, Cuba. Los primeros prisioneros llegaron a ese sitio en enero de 2002, dos meses después de la invasión a Afganistán, y después que el entonces presidente George Bush emitiera una orden ejecutiva que autorizaba la detención indefinida, sin cargos, contra sospechosos de participar en actividades terroristas.

El presidente Barcak Obama anunció el primer día de su gestión, en enero de 2009, el cierre de ese centro, pero el Congreso ha vetado recursos para el traslado de los presos a cualquier territorio del país, por lo que los presos siguen en un limbo indefinido. Unos 67 prisioneros fueron trasladados a 16 países.

La República

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