Presidenta y parlamentarios estudian mecanismos para la reforma de la Constitución

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A la espera de la determinación que adoptará la Presidenta Michelle Bachelet sobre el mecanismo para elaborar una nueva Constitución, parlamentarios y organizaciones sociales iniciarán una serie de actividades paralelas.

Por un lado el senador Felipe Harboe y el diputado Ricardo Rincón, presidentes de las comisiones de Constitución del Senado y la Cámara, pondrán en marcha un itinerario de cabildos abiertos (ver recuadro) como vía de participación alternativa a una asamblea constituyente. Mientras legisladores de la bancada AC retomarán su ofensiva con algunas acciones comunicacionales.

Aunque las posiciones avanzan hacia un inevitable choque -en un tema divide al Congreso-, todos están conscientes de que las próximas semanas serán cruciales para influir en la decisión gubernamental.

“Creo que la nueva Constitución debe emanar del Congreso, pero con proceso participativo para recoger impresiones ciudadanas”, dijo el senador Harboe, quien agregó que una vez resuelto un texto debe ser sometido a un referéndum.

“Las señales del gobierno han estado muy dubitativas”, dijo, en tanto, el diputado independiente Giorgio Jackson, que apoya la AC, mientras que su par Vlado Mirosevic aseguró que realizarán una campaña comunicacional y gráfica para “presionar todo lo posible” en favor de una asamblea constituyente.

La tarea de tomar la temperatura está a cargo de la ministra secretaria general de la Presidencia Ximena Rincón, quien se encuentra realizando una ronda de consultas con los partidos políticos.

Según fuentes del oficialismo, en sus reuniones la ministra ha transmitido que la Presidenta definirá a fin de año cuál será el mecanismo “participativo, democrático e institucional” (como dice el programa de Bachelet) para diseñar la nueva Constitución. Las alternativas son varias. Además de la asamblea constituyente, desde el oficialismo y la oposición han propuesto mecanismos como los cabildos abiertos, un plebiscito, una comisión bicameral de diputados y senadores o una convención constituyente (integrada por expertos). También se barajan fórmulas mixtas, por ejemplo un plebiscito para resolver si se procede con una asamblea constituyente.

En el gobierno precisan que la decisión podría postergarse para enero de 2015. De hecho, el equipo que dirige Rincón -con el apoyo del constitucionalista Tomás Jordán- está trabajando con ese plazo para proponer básicamente tres caminos o mecanismos para cambiar la Constitución. Pero la idea es no entrar a detallar de lo que debe incluir la nueva Carta Fundamental.

Las alternativas en juego están inspiradas en las experiencias de Suecia y Suiza, que han realizado cambios de Constitución en democracia y sin crisis institucional de por medio.

En el caso suizo, el cambio surgió de conversaciones de expertos y acuerdos políticos en el Parlamento. Pero ese cambio fue enriquecido con consultas ciudadanas y luego ratificado en plebiscito en 1999.

En el caso sueco, la Constitución de 1974 afloró de un acuerdo de los principales partidos políticos.

Aunque en el Ejecutivo dicen que también ha sido analizado el caso de Colombia, que como forma de enfrentar la guerrilla, desarrolló una asamblea constituyente para crear una nueva Carta Fundamental.

Además de la ronda de consultas con partidos, la ministra también se ha reunido con centros de pensamiento, organizaciones sociales y representantes de movimientos. En esta etapa están siendo asesorados por la fundación extranjera International Idea y también por el PNUD.

La Tercera

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