América Latina se posiciona en el codiciado mercado mundial de la alimentación

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América Latina, presente en el Salón internacional de la alimentación (Sial) de París y se posicionó apostando a la calidad o la diferenciación en el competitivo mercado que dará de comer a 9.000 millones de seres humanos en las próximas décadas.

El Sial cumple 50 años y para la ocasión reunió a 105 países –contra 26 en 1964– que presentaron en Villepinte (norte de París) más de 400.000 productos destinados a figurar mañana en las góndolas de los supermercados y las mesas de los restaurantes.

Allí se codean los pesos pesados del sector, incluyendo Estados Unidos y la Unión Europea, pero también emergentes como Brasil, México y Argentina, o productores más pequeños, como Costa Rica o Chile.

En la carrera innovadora para llenar los estómagos del futuro «cada país se coloca mostrando en qué es diferente y porqué es diferente», explicó a la AFP Edgar Sánchez-Wilke, director para Europa del norte de Procomer, que promueve las exportaciones de Costa Rica, país que apuesta a la innovación y la ecología.

Cada cual trajo al Sial expectativas a la altura de su envergadura productiva. Brasil anticipa por ejemplo contratos por 1.000 millones de dólares. Según Thiago Vitale, de la agencia gubernamental de promoción de exportaciones Apex, Brasil firmó por ejemplo un acuerdo de distribución con la cadena de supermercados francés Geant destinado a promover los productos de 40 empresas brasileñas en Francia.

La estrategia de Brasil, explicó Vitale, está resumida en el eslogan «Beyond Brasil»: busca superar los estereotipos que identifican al gigante sudamericano con ciertas exportaciones.

También aquí la apuesta es a la innovación, como el agua mineral «63» de Ocean Par, obtenida en Brasil mediante desalinización de agua de mar pero conservando otros 63 minerales fuera del cloruro de sodio.

Presente en un espacio de 736 metros cuadrados, Argentina presentó productos de 63 empresas. El mensaje de su campaña comercial, según explicó Patricio Pizzoglio de la fundación Exportar, es consolidar la imagen de una Argentina «gran proveedor de alimentos del mundo».

Entre las delegaciones más dinámicas destacaron las de los países de la Alianza del Pacífico. México trajo la estrategia de internacionalizar el alcance de sus empresas, por ejemplo produciendo aguacates o puré de tomates en Marruecos para aprovechar los canales privilegiados entre el Magreb y Europa.

Según Guillermo Garza, representante de ProMéxico para Francia y el Norte de África, su país también juega la carta «gourmet» que le suministra la rica gastronomía mexicana. En este momento, por ejemplo, promocionan el jarabe de ágave como endulzante natural, un producto que conoce un boom importante tras ser reconocido como eficaz para los diabéticos.

Cada país con su estrategia

Cualquiera sea su estrategia, todos los latinoamericanos coincidieron en un objetivo común: lograr vender productos que aporten valor agregado a sus commodities agrícolas, multiplicando beneficios y generando empleo.

Colombia trae cafés de alta gama, descafeinados o solubles, barras de cereales con frutas exóticas. Ecuador, muffins de quinoa o chips de vegetales andinos. Y en su calidad de primer exportador de palmitos, hizo una demostración en vivo de preparación de ceviche con ese producto.

Perú promocionó productos procesados con lúcuma y otras frutas exóticas. En el sector bebidas sigue desplegando su estrategia para imponer el pisco en Europa: la bebida destilada andina multiplicó por cuatro sus ventas en Francia y para celebrarlo la delegación peruana preparará deliciosos «pisco sour» para los VIP de las delegaciones del Sial durante un paseo en barco por el Sena.

La estrategia de Chile, que persigue como política de Estado desde hace décadas es la más simple de todas, y no la menos eficaz a la hora de vender alimentos: jugarse a la excelencia en calidad, gracias a la cual ostenta el primer puesto de América latina en el ranking de seguridad alimentaria publicado por The Economist.

Más allá de esa meta los chilenos también buscaron innovar, con carne de wagyú, que comenzó a producir en 1999, o novedosas peras en almíbar de tamaño miniatura, ideales para un aperitivo.

Según el presidente del Sial Nicolas Trentesaux, «es difícil avanzar una estimación del volumen de negocios realizados durante los cinco días del salón, pero tras la última edición de 2012, los expositores declararon haber firmado el equivalente de seis meses» de producción.

Trentesaux observó que la industria agroalimentaria se está posicionando para el futuro. «El mercado va a explotar, con 9.000 millones de seres humanos para alimentar de aquí a 30 0 40 años. Hay que irse posicionando desde ahora. Sobre todo con la explosión de las clases medias en Asia y África, que aspiran a tener acceso a la diversificación de su alimentación».

Ecuavisa

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