Oscar López Rivera (Puerto Rico), preso político más antiguo en EEUU: “En el corazón del puertorriqueño está la semilla sembrada de una Patria independiente y soberana”
A un año y tres meses de la entrevista anterior, CLARIDAD vuelve a conversar, vía telefónica, con Oscar López Rivera. Aun después de 33 años de encierro del prisionero político puertorriqueño, y en las circunstancias en que, según nos describe, se le permite la entrevista, su voz se escucha calmada y dulce. Responde seguro a las preguntas, con el acento propio de quien el idioma que le abrigó de niño fue el español, pero que ya lleva décadas lidiando con “el difícil”, el inglés.
En esta ocasión, comenzamos enmarcando la conversación en la conmemoración el 23 de septiembre del 146 aniversario de la gesta revolucionaria del Grito de Lares, para continuar con otros aspectos relacionados con el independentismo, la diáspora y la política internacional.
¿Cuál considera que continúa siendo el significado de la gesta del Grito de Lares?
OLR. Bueno, quizás lo más significativo de la gesta del Grito de Lares es que le hemos podido dar continuidad, y que en el corazón del puertorriqueño queda esa semilla sembrada, de que podemos luchar por la Patria y que la Patria debe de ser independiente y soberana. Ése es el grito que verdaderamente comienza a darle ese sentido a nuestra lucha.
¿Recuerda la última vez que estuvo en una conmemoración?
OLR. La última vez fue en 1970.
¿Qué valoración tiene de la aportación de Pedro Albizu Campos, quien rescató la fecha del Grito de Lares y de otros líderes independentistas como Gilberto Concepción de Gracia, Juan Mari Brás y Filiberto Ojeda Ríos?
OLR. Para que una idea se concretice necesitamos ejemplos concretos. El Grito de Lares es ese ejemplo concreto de que se puede hacer algo, de que es posible. Mientras no veamos las ideas como posibles en la praxis, no entendemos bien lo que requiere una lucha.
Creo que la inteligencia de Albizu puede verse en la forma que él bregó con la independencia de Puerto Rico, incluso con el rescate del Grito de Lares. De nuevo, es esa continuidad de praxis, no es una cuestión de palabra, sino de hechos. Albizu hace que Lares lo veamos como una parte de la lucha del siglo 20. Para todos nosotros tiene que ser bien significativo que él haya hecho eso.
Cada cual tiene su forma de expresar y manifestar el valor del Grito de Lares para sus propios propósitos, para el momento coyuntural. Tenemos que entender que los movimientos evolucionan, igual que evolucionamos nosotros, y cada cual aporta a ese evento tan significativo, le impregna sus propios valores, su propia concepción de lucha.
No tengo una idea muy clara de la cuestión específica de cada cual, pero el hecho de que se continúe celebrando el Grito de Lares con Concepción de Gracia, con Juan Mari Brás o con Filiberto, lo importante es que se sigue celebrando y tiene esa continuidad de lo que representa para la lucha patria. Lo triste de todo esto, con Filiberto nos enseña la maldad del enemigo, a diferencia de la maldad, quizás, que ni los españoles hicieron, de asesinar a un ser humano a sus 72 años de edad por su amor a esta patria. Ése fue el ejemplo que nos había dado a todos nosotros.
¿Más allá de Lares, qué le evocan a usted estas figuras?
OLR. Los ejemplos son para ser emulados, y cada uno de ellos nos da un ejemplo un poquito diferente. Cada cual imprime en su práctica sus creencias y cómo ellos ven su lucha. Para mí eso es bien significativo. También son parte las ideas, tenemos que celebrarlas, aunque muchas veces no estemos de acuerdo con ellas.
Ante los cambios políticos, cambios en el mundo, las estrategias de las luchas también han cambiado. Ante esa evolución, ¿cómo visualiza el camino, el desarrollo, de nuestra independencia?
OLR. Bueno, es un momento bien complejo el que vivimos y es bien difícil si no tomamos ventajas de la misma crisis. Las crisis son para cambios. Si miramos los años ’30, a principios de la década del ‘30 la crisis que se avecinó hizo que hubiese un cambio grande en la mentalidad de los independentistas, nacionalistas. Es Albizu el que le da ese empuje a la lucha, introduce nuevos métodos, le mete energía, fuerza al pueblo, lo motiva, lo levanta de la crisis. Creo que el fallo nuestro es no poder hacer algo similar a eso.
¿Qué observaciones puede hacer sobre el papel de nuestras organizaciones políticas, comunitarias, culturales? ¿Qué papel le adscribe, más allá de las diferentes concepciones de lucha? Desde la distancia, ¿ve algún modo de cooperación?
OLR. Lo bueno es que hay esfuerzos. Mientras haya lucha comunitaria y haya lucha cultural, hay lucha. No es difícil que se dé algún tipo de unidad cuando hay lucha. Cuando no hay lucha es que la cosa está mala. Mientras haya lucha, sea grande, o sea pequeña, hay esa posibilidad de que pueda haber algún tipo de colaboración, algún tipo de unión, porque el espíritu de lucha está vivo.
Creo –aun a larga distancia y puede ser que esté equivocado– que en Puerto Rico existe lo que es necesario para que se empiece a dar un frente unido. La lucha en sí, la independencia en sí, no va a pertenecer a los quioscos, no va a pertenecer a esa mentalidad de que ‘yo tengo algo’, o de pequeños grupos. Primero que nada, creo que los independentistas podemos unirnos porque tenemos una meta clara. También hay sectores progresistas y puertorriqueños que no han dejado de ser puertorriqueños, lo que falta es encontrar esa orientación de que vean la posibilidad de que Puerto Rico, su independencia es viable y que un proyecto de futuro también es viable. La viabilidad les garantiza o les da las esperanzas a las personas para seguir luchando.
Creo que en Puerto Rico existen las variables, o los factores, los elementos necesarios, para que se levante un frente unido.
El papel de la diáspora
¿Cómo define el papel de los boricuas en Estados Unidos en la lucha?
OLR. La diáspora puertorriqueña siempre ha sido parte de la lucha por la independencia de Puerto Rico. Hoy día, cuando hay más puertorriqueños fuera que dentro de Puerto Rico, la diáspora debe y tiene un papel bien importante en la lucha por la Patria. Una de las cosas que es bien importante entender es que nosotros estamos perdiendo el recurso principal, que es el recurso humano. De una forma u otra, ese puertorriqueño, aun no viviendo en Puerto Rico, sin regresar a Puerto Rico, puede hacer una contribución enorme a un Puerto Rico libre, a un Puerto Rico soberano, a un Puerto Rico en vías a su desarrollo.
Cuando existía el MPI (Movimiento Pro Independencia) se hablaba de una sola nación. Recuerdo que Jim Blaut (profesor de Ciencia Política en la Universidad de Chicago, amigo de la independencia de Puerto Rico, ya fallecido), escribió un pequeño ensayo sobre la posibilidad de una sola nación. Si nos vemos como una sola nación, si todavía celebramos nuestra puertorriqueñidad con tanta fuerza dentro de Estados Unidos, quiere decir que hay algo de la puertorriqueñidad dentro de nosotros, que la puertorriqueñidad late dentro de nuestros corazones. Eso es importante para nuestra lucha.
La ONU
¿Qué papel considera que todavía puede jugar la Organización de Naciones Unidas en nuestro proceso? ¿Cree que llegará el momento en que la Asamblea General vea el caso de Puerto Rico?
OLR. Nosotros siempre vemos las posibilidades de todo y todo es posible si lo luchamos. La lucha de la ONU ha ido progresando y cada año se le añade algo más significativo a esa parte de la lucha. La viabilidad y factibilidad de una lucha es que se haga el trabajo. Mientras se dé ese esfuerzo, es posible que se ventile, que vaya a la Asamblea General completa y que se tome un voto. Definitivamente, por mucho que Estados Unidos trate de obstaculizar eso, llegará el momento en que no pueda.
Mientras estemos dando lucha, mientras estemos teniendo presencia allí y mientras estemos llevando el caso de Puerto Rico, claro que sí.
Puerto Rico falto de esperanza
En la medida que puede, Oscar se mantiene al tanto de lo que sucede en Puerto Rico y en el resto del mundo. De lo que escucha, de lo que lee sobre Puerto Rico, sobre nuestra situación actual, ¿qué es lo más que le consterna?
OLR. La desesperanza, lo más que me desespera a mí es ese déficit de esperanza en Puerto Rico. La mayoría, mucha de la correspondencia que recibo, casi siempre hay, se siente, se puede hasta palpar, ese déficit de esperanza que existe en el pueblo. Eso es malo, eso es negativo. ¿Cómo podemos superar eso? De nuevo, hay que seguir luchando.
La situación internacional
A nivel internacional hay episodios que provocan consternación; la situación de Palestina, todo lo que está pasando en el Oriente Medio, la situación entre Rusia y Ucrania. Como observador político, ¿qué apreciación le merece la política de Estados Unidos sobre estos asuntos?
OLR. Estados Unidos tiene una política ya establecida bien clara, que tiene desde la administración de Reagan, es la política neoliberal donde la guerra es la solución. Todo se soluciona a través de las armas. Estados Unidos tiene un ejército mercenario, tiene dinero en cantidad para gastar en su industria militar y sigue una política de la solución violenta, la solución a través de la guerra. Lo podemos ver en el Oriente Medio, lo podemos ver en Ucrania, donde quiera que haya un problema no se le busca una solución pacífica, sino por la fuerza, tiene que ser a través de la fuerza que se solucione. Ya van casi cuatro décadas de la misma política y cada día se intensifica más.
La cuestión de Palestina es una cuestión muy seria, es una cuestión donde vemos dos pensamientos que son casi iguales. El sionismo que prevalece en Israel es igualito que el imperialismo estadounidense. La política neoliberal no se diferencia mucho con la política de los sionistas y podemos ver que cuando convergen son bien parecidos. Por ejemplo, en el caso de Sur África tenemos que recordar que Estados Unidos e Israel querían hacer de Sur África una república nuclear. Como los palestinos son tratados por los sionistas es un ejemplo viejo que viene de Estados Unidos, porque Estados Unidos hizo lo mismo con todos los nativos, los primarios en Estados Unidos. El genocidio que experimentaron no es muy diferente a lo que está haciendo Israel con los palestinos.