Según encuesta, en eventual balotaje Vázquez obtendría 50% y Lacalle 48%

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La encuesta, realizada entre 968 personas de todo el país, con un margen de error de más menos 0,5, consultó por quién prefiere entre dos candidatos para presidente de la República.

En el escenario entre Tabaré Vázquez y Luis Lacalle del Partido Nacional, Vázquez obtiene el 50% de las intenciones de voto, y el candidato nacionalista 48%.

Comparando los resultados con el mes pasado, se registra una caída de un punto de Vázquez y un aumento de 2 puntos para Lacalle.

En la serie desde febrero hasta agosto, Vázquez pasa de una intención de voto del 59% a 50, perdiendo 9 puntos, mientras que Lacalle pasa de 34 a 48%.

El otro escenario de la consulta es enfrentando a Vázquez con el candidato del Partido Colorado, Juan Pedro Bordaberry. En este caso el candidato del Frente Amplio llega al 52% y Bordaberry al 43%.

En este caso, Vázquez pierde dos puntos y el candidato colorado gana un punto. Vázquez arrancó con 60% en febrero y se redujo a 52% en agosto, mientras que Bordaberry pasó del 34 al 43%.

En la última encuesta hacia las elecciones de octubre, presentada la semana pasada, Factum le atribuyó al Frente Amplio una intención de voto del 41%, mientras que el Partido Nacional llega al 31%, Partido Colorado 15%, Independiente 3%, Unidad Popular y Partido Ecologista 1% cada uno.

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Encuestadores dicen que «efecto susto» no incide en los votantes

Los principales dirigentes del Frente Amplio consideran que hay una correlación entre la baja movilización que observan y la caída en intención de voto que reflejan las encuestas. El lunes, en un comité de base del Parque Batlle, la senadora Lucía Topolansky afirmó que las encuestas, que dan al FA con una intención de voto del entorno del 40%, dieron un «susto» que «le aclaró la cabeza al militante». «Se despertó el mamado», dijo en alusión al refrán que alude a que el borracho reacciona ante el peligro.

No obstante, los responsables de las empresas encuestadoras relativizaron el poder de la difusión de su trabajo para torcer la voluntad del votante y señalaron que, en realidad, es el dirigente político el que puede, con sus mensajes o actos, cambiar el escenario.

La directora de Cifra, Adriana Raga, dijo que los políticos «tienden a sobredimensionar la importancia que tienen las encuestas en el electorado» cuando en realidad «tienen muy escaso peso» y es «muy difícil» que logren cambiar una elección. «Esto está estudiado en Uruguay y en el mundo. Las encuestas inciden sobre el dirigente político que está muy informado y las puede tomar como un insumo para modificar su estrategia. En este caso en particular, la difusión de una encuesta puede incidir en el dirigente frentista más informado, puede ser un sacudón para el que está en la primera línea, pero lo que el Frente necesita es convencer al votante común, al menos informado, al que está ajeno a la política y para el que las encuestas son algo lejano y difícil de entender», afirmó Raga.

Eduardo Bottinelli, director de Factum, sostuvo que es «probable» que la caída en las encuestas sirvan de revulsivo para los militantes, pero puntualizó que «para que efectivamente se pueda producir un cambio es necesario que el propio Frente Amplio, los líderes sectoriales y la fórmula presidencial también logren transmitir esa necesidad a la militancia y sobre todo logren entusiasmarla». No obstante, sostuvo que para generar un cambio los dirigentes frentistas necesitan llegar al «potencial votante». «Este es el gran cambio que necesita el Frente Amplio en las próximas semanas», afirmó.

El director de Interconsult, Juan Carlos Doyenart, coincidió en que la sensación de estar perdiendo una elección puede ser un acicate para la militancia pero precisó en que es «muy distinta la reacción del indeciso». «En ese votante, que antes dio el voto a la izquierda pero ahora duda, las encuestas no inciden o, incluso, pueden volcarlo hacia los partidos tradicionales que hoy muestran una renovación que en el Frente Amplio no se produjo».

«Hoy se da un fenómeno que antes sufrieron los partidos tradicionales. Para muchos hoy resulta socialmente vergonzoso decir que se es frenteamplista. Antes eran blancos y colorados pero hoy es el Frente el que en determinados sectores genera cierta vergüenza social», afirmó.

«En otras épocas la militancia frenteamplista era contagiosa y generaba una presión social que hacía que mucha gente volcara su voto a la izquierda, hoy. Hoy la militancia frenteamplista está muy apagada y no creo que alcance con un susto para cambiar esto», aseveró Doyenart.
Tiempo.

A dos meses de las elecciones, las encuestadoras coindicen en señalar que la foto actual muestra un escenario de balotaje con resultado incierto y ningún partido con mayoría parlamentaria.

Bottinelli consideró que si bien el tiempo es «muy corto para cambios estructurales» aún hay un electorado flotante que puede cambiar el actual escenario y el Frente Amplio está en condiciones de reconquistar. «Podría recuperarlo si logra dar con las respuestas que ese segmento necesita. Con la foto de hoy y si las elecciones fueran en estos momentos, es seguro una segunda vuelta y sería muy difícil que el FA alcanzara mayoría parlamentaria, igualmente no está descartado que pueda ocurrir, al día de hoy es un escenario muy complejo pero no imposible», explicó.

Raga, por su parte, consideró que «hasta el último día un votante se puede recuperar, pero todo depende del mensaje que va a recibir del dirigente político. Ese votante necesita un mensaje muy fuerte porque no está comprometido con nadie. Es muy difícil dar vuelta una elección pero cualquiera puede meter la pata o tener un gran acierto. A veces ocurre algo que no resulta muy concreto pero despierta antipatía o simpatía en el elector».

Sin embargo, estimó que el tiempo que resta de campaña es «muy justo» para que el Frente Amplio revierta la situación y logre las mayorías parlamentarias en octubre. «En noviembre se juega otra cosa. Falta más tiempo y el votante vuelve a reflexionar en esa instancia», dijo.

Doyenart estimó que no habrá «cambios dramáticos». «Yo descarto que el Frente Amplio pueda ganar en primera vuelta y me animo a decir que no va a tener mayoría parlamentaria. Con un 40% de intención de voto a ocho semanas de la elección debería ocurrir algo realmente dramático para que la izquierda llegue al 48% que necesita. Lo mejor que le puede pasar al Frente Amplio es emparejarse con los partidos tradicionales y llegar así a octubre», sostuvo Doyenart.

En dos años el apoyo al plebiscito que propone bajar la edad de imputabilidad se precipitó y hoy parece difícil que sea aprobado cuando partió con un 65% de respaldo. No obstante, Raga explicó que ese proceso no es comparable al de una elección nacional.

«La tendencia en el caso del plebiscito es sostenida a lo largo de mucho tiempo. Ahí hubo gente que pensó en votarlo, luego reflexionó y decidió no apoyarlo. Es un proceso largo y sostenido. Es muy raro cambiar esa tendencia», dijo. Acotó que es difícil que el plebiscito sea aprobado porque esas iniciativas necesitan de un margen de apoyo mayor al actual.

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