Cien mil indígenas de Nicaragua y Honduras recibirán formación de cuidado del ambiente y liderazgo
Unos cien mil indígenas de Honduras y Nicaragua aprenderán a realizar actividades económicas que no dañen las reservas donde viven y ejercer un liderazgo que les permita articular sus demandas e incluso recurrir a instancias gubernamentales para buscar soluciones.
Que los mayangnas, miskitos, garífunas, pech y tawahkas que viven en la reserva de biosfera Bosawas de Nicaragua, el Parque Nacional Patuca y las biosferas de Río Plátano y Tawahkas Asangni en Honduras, puedan usar sus tierras para obtener ganancias y a la vez aporten a la conservación de la biodiversidad, es uno de los objetivos que persigue la Agencia de Cooperación Alemana en Nicaragua (GIZ).
A través del proyecto binacional (se realiza en Honduras y Nicaragua) “Conservación de la diversidad biológica y desarrollo local en el corredor biológico mesoamericano”, la GIZ busca mejorar la calidad de vida de los indígenas pero siguiendo sus propias formas de vida.
Además esperan fomentar la educación en las zonas para que los indígenas tengan mejores herramientas para defender sus derechos y hagan escuchar sus denuncias.
Según el coordinador del proyecto, Heinz-Gerhard Jansen, durante las primeras consultas realizadas al inicio del proyecto, los indígenas han expresado tener “enormes problemas como el avance de la frontera agrícola, colonos, tema de los títulos de las áreas, son temas calientes para acá”.
“Para los indígenas era muy importante usar eso (consultas) como una oportunidad para articular sus demandas”, afirmó Jansen.
En los últimos dos años, las denuncias de parte de los líderes mayangnas sobre las constantes invasiones a sus territorios han incrementado, al igual que el daño ambiental a Bosawas.
Por ello, Jansen valoró como un aporte más del proyecto el proteger “una de las áreas boscosas más grandes de Centroamérica”.
Las tres áreas protegidas de Honduras incluidas en el proyecto suman 14,596 kilómetros cuadrados, mientras que Bosawas tiene un área de 20,000 kilómetros cuadrados.
LAS METAS
El proyecto arrancó en marzo de este año con la firma del convenio y según explicó Jansen, se ha venido desarrollando basado en “amplias consultas a los pueblos indígenas a los dos lados de la frontera”.
Si bien, está planteado para concluir en diciembre de 2016, la esperanza es que con todo el trabajo realizado, ya sea a través de la cooperación o los mismos indígenas, le den continuidad, aplicando lo aprendido.
Jansen detalló que la idea principal del proyecto es la protección a través del uso sostenible de las áreas protegidas.
Otro punto a fortalecer es el liderazgo indígena para que sean ellos mismos quienes busquen el intercambio de conocimiento, ya sea con personas de las comunidades o con autoridades del Estado.
http://www.laprensa.com.ni/2014/08/20/ambito/208324