La ola de protestas estudiantiles iniciada en Venezuela en febrero de 2014 ofrece continuidades y rupturas frente a la tradición movimientista del país. La principal novedad ha sido la emergencia de un conflicto altamente descentralizado y en red, como consecuencia de la ausencia del liderazgo carismático de Hugo Chávez, la crisis de representación en el sector opositor y el uso intensivo de redes sociales ante el avance de la hegemonía comunicacional bolivariana. El contexto de las protestas ha sido la crisis económica y la conmoción ocasionada por el asesinato de una actriz de telenovelas, que detonó el malestar por la situación de inseguridad experimentada en el país.
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