Sociólogo brasileño Rudá Ricci: «No existe un entusiasmo por las elecciones»
Sociólogo y cientista político brasileño especializado en movimientos sociales, Rudá Ricci es autor del libro En las calles, la otra política que emergió en junio de 2013, sobre las masivas manifestaciones que tuvieron lugar el año pasado en Brasil. En esta entrevista con La Tercera, Ricci analiza el impacto del Mundial sobre la escena política y social de su país, a tres semanas de iniciado el torneo.
A su juicio, ¿cómo ha impactado la Copa del Mundo la agenda política en Brasil durante estas últimas tres semanas?
No percibo impacto directo en el proceso electoral. Yo diría que hubo un empate entre el gobierno y la oposición. Hubo, inicialmente, una gran repercusión en la prensa brasileña que afirmaba que (el torneo) sería un desastre en términos de transporte y movilidad urbana en función del retraso de las obras de preparación de la Copa. Esto no ocurrió. En el primer partido de Brasil en esta Copa, los espectadores en el estadio abuchearon y se burlaron de la Presidenta Dilma Rousseff. La reacción en masa de gran parte de los electores, que consideraron una falta de respeto a la mujer y la autoridad, revirtió lo que podría haber sido un impacto negativo. Líderes de la oposición alentando los abucheos en el estadio fueron fotografiados. Al final, el gobierno y la oposición decidirán si recogen lo que parece ser el interés de los brasileños por el momento, que no quieren oportunismo en ambos lados. No percibo un entusiasmo en Brasil en relación con las elecciones. Al menos en este momento.
¿A qué se debe el descenso en las protestas?
Hay dos factores que son primordiales: la violencia de las policías y las acciones de (los grupos radicales) Black Bloc, y la Copa del Mundo. Desde octubre del año pasado, el gobierno federal se articuló con varios gobiernos estaduales para reaccionar violentamente contra los manifestantes, teniendo como foco del discurso la represión a la práctica del Black Bloc. El clima de terror promovido por los gobiernos inhibió, y mucho, las protestas. Pero es muy importante aclarar que la Copa Mundial de Fútbol es la principal efeméride nacionalista de Brasil. Es el único momento en que el brasileño llora mientras canta el himno nacional. Todo Brasil calza sus zapatos de fútbol.
¿Podrían surgir nuevas protestas si Brasil no gana el Mundial?
Sí. Sin embargo, sucede que hay indicios de cierta resignación, como ocurrió con el resultado del segundo partido de Brasil contra México, que terminó en un empate. La reacción popular no fue de rabia o humillación. Lo que podría indicar que una posible derrota puede ser aceptada como algo esperado. Pero no es algo seguro, ya que la humillación de la derrota de 1950 aún no fue digerida por el país.