Guatemala, 60 años después – Por Oscar Peláez Almengor
“Todos sabemos cómo han bombardeado y ametrallado ciudades, inmolado a mujeres, niños, ancianos y elementos civiles indefensos”. Así inició su discurso de renuncia el presidente Jacobo Árbenz Guzmán por cadena nacional de radio el día 27 de junio de 1954. Continúo indicando: “Todos conocemos la saña con que han asesinado a los representantes de los trabajadores y de los campesinos en las poblaciones que han ocupado…”. Señalando lo que había sucedido en Bananera, en donde a su criterio se había realizado una expedición punitiva.
“un acto de venganza de la frutera”. (Árbenz, 27/6/1954).
La renuncia de Árbenz, hace 60 años, se constituyó en el último acto de una tragedia. Pero, ¿cuáles fueron los crímenes de la Revolución de Octubre?
En su discurso de toma de posesión, Árbenz había indicado: “Nuestro gobierno se propone iniciar el camino del desarrollo económico de Guatemala… convertir a nuestro país, de una nación dependiente y de economía semicolonial en un país económicamente independiente; a convertir a Guatemala, de un país atrasado y de economía predominantemente feudal en un país moderno y capitalista, y hacer porque esta transformación se lleve a cabo en forma que traiga consigo la mayor elevación posible del nivel de vida de las grandes masas del pueblo”.
Agregando que parte sustancial de su plan de gobierno sería, como lo anunció en la campaña electoral, la reforma agraria y la industrialización del país. (Árbenz, 15/3/1951) Un año después, Árbenz señalaba las precarias condiciones sociales del país, indicando: “Son la miseria, las enfermedades y la ignorancia que privan en las grandes mayorías de la población; la falta de fuentes de energía y vías adecuadas de comunicación; la gran disparidad existente en cuanto a la tenencia de la tierra…”.
Árbenz insistió: “Se quiere aumentar la producción y la capacidad adquisitiva de la población y desarrollar la industria nacional; es decir, convertir a nuestro país en una República capitalista moderna”. (Árbenz, 1/3/1952). Uno de los mayores logros de Árbenz fue la Reforma Agraria, a la que él se refería como: “El instrumento por el cual se podrá iniciar el camino de una transformación profunda de la vida económica, política y social de Guatemala, hacia una época de progreso y de mayor bienestar de la población”. (Árbenz, 20/6/1952). La promesa y la acción para llevar a cabo las transformaciones que el país necesitaba fueron la sepultura de la Revolución de Octubre, pero no se enterraron con ella las necesidades que aún hoy, a 60 años de aquella traición, sufre la población más necesitada.
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