Previo a visita de Bachelet, EEUU presiona por el acuerdo Transpacífico
El próximo lunes, el canciller Heraldo Muñoz viajará a Washington. Aunque el motivo de la visita será participar en la conferencia «Our ocean», donde estará con el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, también tendrá otras reuniones de trabajo. Una de ellas será con el United States Trade Representative (USTR), Michael Froman, negociador del polémico Transpacific Partnership (TPP), acuerdo de libre comercio entre 12 países de la cuenca del Pacífico y del que Chile ha tomado distancia.
El TPP ha sido objeto de cuestionamientos a nivel internacional a raíz de fuertes exigencias que ha intentado imponer Estados Unidos en temas como patentes y marcas, propiedad intelectual o acceso a contenidos de internet. Chile ha sido uno de los países que han levantado esas críticas.
Ahora, la cita de Muñoz con Froman, dicen fuentes de gobierno, se producirá en momentos en que EE.UU. ha aumentado la presión con miras a que Santiago acepte acelerar la negociación del TPP.
Los mensajes norteamericanos han apuntado a que es necesario apurar las tratativas para tener el acuerdo cerrado completamente en un plazo de tres o cuatro meses. Esto, para que pueda ser sometido a aprobación del Congreso norteamericano antes de las elecciones legislativas de noviembre próximo en ese país.
Si bien este mensaje ha sido transmitido por Washington a todos los países que negocian el TPP, en el caso de Chile hay una situación especial, pues -dicen las mismas fuentes- Obama espera obtener alguna postura favorable de la Presidenta Michelle Bachelet durante la reunión que ambos sostendrán el 30 de junio en la Casa Blanca.
Una de las primeras señales en ese sentido -de la que tomaron nota en Santiago- fue la declaración con que el 8 de mayo confirmó la visita de Bachelet a Washington. En La Moneda no pasó inadvertido que, pese a que la agenda de temas de la reunión aún no había sido cerrada, la Casa Blanca señalara que Obama «está deseoso de consultar» a la Presidenta «sobre las negociaciones en marcha» en torno al TPP, además de otros temas.
El asunto, además, es una de las prioridades en la gestión del embajador norteamericano en Santiago, Mike Hammer, quien llegó en marzo a Chile.
Chile pide flexibilizar
Sin embargo, la presión norteamericana ha chocado con las fuertes reticencias planteadas por el gobierno de Bachelet en torno al acuerdo.
La «piedra de toque» para el gobierno chileno está en las normas sobre propiedad intelectual incluidas en el TPP, algunas de las cuales significarían mayores protecciones para empresas norteamericanas. Esto provocaría, por ejemplo, alzas en los precios de medicamentos en Chile.
En este cuadro, Chile ha pedido a EE.UU. flexibilizar las regulaciones que impulsa en el marco del TPP. Mensaje que fue transmitido en marzo pasado por el canciller Muñoz directamente a Froman en conversaciones en Nueva York.
Dicho marco crítico había sido definido por Bachelet durante la campaña presidencial de 2013, marcando distancia con el apoyo de Piñera a las negociaciones con EE.UU. «Tenemos preocupación ante la urgencia por negociar el TPP (…) Para nuestro país es prioritario impedir aspectos cuestionables que pudieran surgir en este acuerdo, pues, mal manejado, se transformaría en una renegociación indirecta de nuestro TLC con EE.UU., debilitando acuerdos ya establecidos en materia de propiedad intelectual, farmacéuticos, compras públicas, servicios e inversiones, o llevaría a la instalación de nuevas normas en el sector financiero», dice el programa de gobierno de Bachelet.
Además, dicen fuentes chilenas, que Bachelet acepte acelerar las negociaciones implicaría apostar por el cierre de las tratativas pese a que la Casa Blanca aún no ha obtenido el llamado Trade Promotion Authority (TPA) o «fast track», aprobación especial del Congreso de EE.UU. que entrega el marco en que el gobierno de Obama podría negociar el pacto comercial. «Si aceptamos negociar ahora en ciertas condiciones y luego el Congreso norteamericano rechaza esos acuerdos, quedaríamos en un pésimo pie», dice un personero chileno, quien agrega que -hasta ahora- ningún otro de los 11 países involucrados ha aceptado negociar antes de la aprobación del TPA.