Presidenciales en Colombia: con casi 60% de abstención, Santos y Zuluaga van a segunda vuelta
Con una diferencia de sólo el 3,5%, el candidato del Centro Democrático y el jefe de Estado definirán el 15 de junio la Presidencia 2014-2018. La votación del Polo Democrático fue la sorpresa, la candidatura conservadora demostró que ahora tiene poder de decisión y la Alianza Verde se marchitó. Empieza el juego de las alianzas.
Tal y como lo anticiparon las encuestas, ayer no hubo ganador absoluto en las elecciones presidenciales y habrá segunda vuelta entre Juan Manuel Santos, de la Unidad Nacional, y Óscar Iván Zuluaga, del Centro Democrático, quienes obtuvieron 3’301.295 y 3’759.907, respectivamente, escrutado el 99,96% de los votos. La sorpresa de la jornada fue la notable votación por Clara López, del Polo Democrático, quien ocupó el cuarto lugar con 1’958.358 sufragios. Eso sí, la abstención siguió mostrando la apatía electoral de los colombianos, el voto en blanco no alcanzó un registro significativo y la tercería, que se creía determinante, no apareció a la hora de contar los votos.
En estas condiciones, quedó claro que la Presidencia de Colombia para el período 2014-2018 se definirá el próximo 15 de junio entre antagonistas irreconciliables, lo cual significa una polarización política entre los candidatos que en las últimas semanas han librado un pulso aparte, con escandalosas situaciones de efectos judiciales. Ahora será el juego de las alianzas el que va a definir si se mantiene el actual mandato y su apuesta del proceso de paz en La Habana, o si hay un cambio de rumbo con el retorno del uribismo ‘purasangre’ a la Casa de Nariño.
Los resultados electorales dejaron también otra división marcada. En la Costa Caribe y la región del suroccidente del país la opción reeleccionista de Santos mostró su tendencia mayoritaria. En el centro del país, especialmente en Antioquia, el Eje Cafetero y Bogotá, además de buena parte de los Llanos Orientales, ganó la opción del Centro Democrático con Zuluaga. Asimismo, el Polo Democrático, con Clara López, demostró que a pesar de los cuestionamientos a los gobiernos de la colectividad, su plaza fuerte sigue siendo Bogotá.
La votación alcanzada por la candidata conservadora, Marta Lucía Ramírez (1’995.656 apoyos), le dio la razón a su persistencia pese a los vientos de división que afloraron en su partido, pues no sólo superó los resultados alcanzados por la colectividad en los comicios legislativos de marzo pasado, sino quedando con un apreciable margen de maniobra de cara a las alianzas de la segunda vuelta. Con esta votación, el liderazgo de Ramírez frente a la resistencia de un sector de la bancada de su partido en el Congreso será importante en las decisiones políticas inmediatas.
De otro lado, lo que llegó a pensarse como una tercería decisoria se desinfló en las urnas. La votación del exalcalde de Bogotá Enrique Peñalosa, candidato de la Alianza Verde (1’065.129 respaldos), fue tan baja respecto a lo esperado, que apenas una hora después de cerrada la jornada electoral ya había reconocido su derrota. Un claro retroceso de los verdes frente a lo sucedido hace cuatro años, cuando su candidato Antanas Mockus pasó a segunda vuelta y disputó la Presidencia con el hoy primer mandatario, Juan Manuel Santos.
Con una abstención del 60% y un voto en blanco aún muy débil para influir en la política colombiana, el panorama electoral quedó sujeto a las alianzas. Y ya hay un guarismo de partida que demuestra lo complejo que va a ser el proceso de cara a la segunda vuelta. Entre los tres que no pasaron —Marta Lucía Ramírez, Clara López y Enrique Peñalosa— suman más de cinco millones de votos, una cifra muy por encima de lo alcanzado individualmente por Zuluaga y Santos.
En síntesis, por ahora, la diferencia entre la opción reeleccionista y la del uribismo es de sólo el 3,5%. De cierta manera, un voto-finish que promete una final de infarto el próximo 15 de junio. En las cuentas del presidente Santos pesa otro resultado complejo: perdió más del 50% de los votos alcanzados en 2010, hecho que no tiene una interpretación distinta a la cuenta de cobro del uribismo. Ahora se vendrán tres semanas de arduo debate, ojalá de propuestas y no de juego sucio, y las alianzas serán definitivas.
http://www.elespectador.com/noticias/politica/zuluaga-y-santos-sigue-el-pulso-articulo-494498
Expresidente Uribe, recuperaremos sus banderas: Zuluaga
Óscar Iván Zuluaga, el candidato del Centro Democrático, al celebrar su triunfo en las elecciones de este domingo que obligan a una segunda vuelta el 15 de junio, aseguró que llegará al poder para recuperar las banderas de su mentor el expresidente Álvaro Uribe.
Al agradecer a su familia y al equipo que lo acompañó Zuluaga le dijo al jefe del uribismo que “usted le devolvió la esperanza al país y nosotros recuperaremos sus banderas”.
Zuluaga destacó las campañas que hicieron Marta Lucía Ramírez, Clara López y Enrique Peñalosa, con quienes aseguró coinciden en varias propuestas.
“Más allá de las diferencias hay un motivo que nos une, cambiar nuestro país y no seguir en el estanca miento que vivimos”.
En su discurso, en el que enumeró los temas sobre los que se centrará en caso de llegar al gobierno, aseguró que la paz será una de sus prioridades, pero no a cualquier precio.
Según dijo “Conozco sus necesidades porque he recorrido el país como ministro, como candidato y como presidente para mantener el diálogo fraterno. Mi compromiso es trabajar por un paz seria, responsable y financiera, una paz justa determinada a desmontar la violencia. Trabajaré todos los días por la paz, pero una paz que beneficie al pueblo colombiano”.
“No podemos dejar que las farc pretendan comandar el país desde La Habana. El presidente no se puede dejar manipular de las farc el principal cartel del narcotráfico. debe ser un ejemplo para los ciudadanos, principalmente para los jóvenes. Si permite la impunidad estará transmitiendo un mensaje de que al final no hay camino sin justicia”, insistió Zuluaga.
En su mensaje a los electores Zuluaga preguntó si quieren más de lo mismo con un gobierno centralista y ausente “o un gobierno cercano que escuche a todos, que gobierne desde San Andrés hasta Leticia, del Pacífico a los llanos, ayudando a pequeños pueblos y ciudades” y declaró que será el presidente de la educación.
‘Vamos a escoger entre el miedo y la esperanza’: Santos
«Mis felicitaciones al candidato Zuluaga por su buen resultado. Lo invito a que en estas tres semanas demos un debate con altura y nos concentremos en las propuestas. Es lo que el país reclama”.
Con estas palabras, pronunciadas anoche al inicio de su discurso, el presidente-candidato, Juan Manuel Santos, le reconoció el triunfo al candidato uribista del Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga, quien le tomó una ventaja de casi 460.000 votos, según el preconteo de la Registraduría, en la primera vuelta de este domingo. (Lea también: Segunda vuelta de infarto entre candidato uribista y presidente Santos).
El mandatario, quien busca la reelección ondeando la paz como principal bandera de campaña, dejó claro que quiere el respaldo de los otros tres aspirantes presidenciales que estaban en la contienda para triunfar –si las urnas se lo permiten– durante la segunda vuelta, del próximo 15 de junio.
Por eso, no es gratuito que le haya dedicado a cada uno de ellos no solo unas palabras de reconocimiento, sino que habló concretamente de las propuestas programáticas que impulsaron en campaña y que le gustaría retomar en un eventual segundo mandato.
A Marta Lucía Ramírez –del Partido Conservador– le reconoció sus iniciativas para combatir la corrupción, “un flagelo que roba a todos los colombianos”. A Clara López –del Polo Democrático– la invitó a trabajar mancomunadamente para “apostarle a la reconciliación en el posconflicto”.
Y al candidato de la Alianza Verde, Enrique Peñalosa, quien con más de 1’060.000 votos puede ser clave en segunda vuelta, le destacó sus propuestas ambientales, en seguridad ciudadana y en educación de calidad.
“Quiero pedirles a ellos y a sus seguidores que nos acompañen en la lucha contra la pobreza, la guerra, la desesperación que quieren vendernos, contra el pesimismo”, afirmó Santos en un tono conciliador, pero lejos de mostrarse derrotado. Incluso advirtió: “Vamos a escoger entre el miedo y la esperanza”.
Esta línea discursiva del Presidente-candidato es una apuesta por mantener lo que denominó la Unidad Nacional, pero sumando apoyos, a todos los niveles. Santos y su círculo cercano son conscientes de que necesitan los votos que obtuvieron los otros tres candidatos y, además, de que se requiere su respaldo para impulsar las reformas propuestas si gana la reelección.
“Felicitaciones por realizar campañas con profundidad democrática y ajenas a los insultos”, les dijo Santos tras añadir: “Ustedes han hecho propuestas muy importantes que podemos hacer realidad juntos en los próximos cuatro años”.
Tan clara es la intención de Santos de atraer a estos sectores que, anoche mismo, en su sede de campaña en Bogotá, se reunió por casi una hora con su círculo más cercano –que incluye a líderes liberales, conservadores, de Cambio Radical y de ‘la U’, incluidos algunos de sus familiares– para analizar la forma como puede conquistarlos frente al 15 de junio.
Debate de ideas
Otro punto clave de las palabras de Santos, que no obstante mencionó muy rápido, es la invitación que le hizo a Zuluaga para pasar de los ataques personales a la discusión de ideas en las tres semanas que restan para la nueva cita en las urnas.
Santos y Zuluaga sostuvieron una dura confrontación por los escándalos que rodearon la campaña, relacionados con narcodineros y espionaje ilícito, lo que –en su momento– llevó a judicializar la contienda electoral.
Esta situación, incluso, se hizo evidente en los dos debates que los cinco candidatos realizaron esta semana.
“Recibo este resultado como un mensaje de millones de colombianos que quieren que les sigamos explicando todavía mejor, lo que hemos hecho en estos cuatro años y lo que haremos en adelante para consolidar la paz y la prosperidad”, enfatizó el Presidente-candidato.
De hecho, insistió en que esa será su tarea, por lo cual espera que su contradictor vaya en el mismo camino de debatir ideas y bajarle el tono al enfrentamiento que caracterizó la campaña y que –a juicio de no pocos analistas– le quitó espacio a la discusión de propuestas programáticas.
Marcar diferencias
Santos, no obstante, utilizó varias líneas para dejar claras sus diferencias con Zuluaga y, sobre todo, en lo relacionado con sus visiones de país.
El Presidente-candidato remarcó su mensaje de paz, en el sentido de que en las urnas se definirá –a su juicio– entre quienes quieren mantener el conflicto y quienes quieren ponerle punto final a más de 50 años de confrontación armada.
“Lo que ha quedado claro es que en tres semanas los colombianos tendrán dos opciones: podrán escoger entre quienes queremos el fin de la guerra y los que prefieren una guerra sin fin”, enfatizó Santos ante unas 1.000 personas que lo acompañaron en su sede de campaña en la capital del país.
El competidor de Zuluaga marcó su distancia con el candidato uribista en temas como las relaciones internacionales, ya que aseguró que en el otro sector “quieren guerra con los vecinos”.
También aseguró que el país tendrá que decidirse entre los que “insultan y dividen y los que preferimos convocar y unir”.
Y, por supuesto, Santos no desaprovechó la oportunidad para lanzar algunas pullas, con el fin de distanciarse de lo que considera es un modelo de país que impulsa su contradictor y puede llevar a Colombia hacia “el pasado”.
“En tres semanas vamos a elegir, y vamos a elegir bien”, precisó en su condición de candidato para explicar que la elección se hará entre dos modelos distintos: “Entre los que respetamos los poderes públicos, la justicia y las instituciones, y quienes piensan que todo vale. Entre quienes respetamos la oposición y la prensa libre, y los que prefieren el unanimismo y la intolerancia”.
Aprovechó la oportunidad para defender uno de sus programas claves: las casas gratis. Aseguró que su continuidad en el poder es la garantía de que las viviendas para los más pobres continúen construyéndose y sean cada vez más los beneficiando con este programa.
En definitiva, como lo mostró en estos cuatro meses de contienda, Santos quiere que los colombianos lo vean como la persona indicada para terminar el proceso de paz que formalmente inició su Gobierno con las Farc el 19 de noviembre del 2012, lo que le permitiría, como mandatario, poner a andar las reformas que considera sustanciales para que Colombia pueda dejar la guerra en el pasado.
“Vamos a demostrar que somos más los que estamos decididos a terminar un conflicto que lleva ya medio siglo de dolor y sangre. Que somos más los que le apostamos a un país incluyente, moderno, solidario y sin guerra”, puntualizó Santos en tono enérgico.
Un domingo lleno de consultas y en familia
Como es habitual de un presidente en ejercicio, Juan M. Santos llegó sobre las 8 a. m. a la mesa 1 del Capitolio, en la plaza de Bolívar de Bogotá, para dar inicio a las elecciones.
Lo acompañaban su esposa, María Clemencia Rodríguez, y sus tres hijos: Martín, María Antonia y Esteban, quienes votaron en la misma mesa. “Podremos seguir adelante sea quien sea el que gane, para que este país siga por buen camino”, dijo Santos.
A esa hora se veía algo tenso pero optimista. De un lado se notaba ansioso por los resultados y, del otro, satisfecho por liderar, como Jefe de Estado, las elecciones “más seguras” en muchos años.
Dijo que las autoridades electorales y los organismos del Estado tomaron las disposiciones para que fueran “unas elecciones transparentes y tranquilas”. Y así fueron. Al final de la jornada, el ministro del Interior, Aurelio Iragorri, daba un parte positivo sobre el desarrollo de los comicios. Después de votar, Santos y su familia se desplazaron hasta la iglesia de La Milagrosa, en el occidente de la ciudad, a una misa. Allí llegaron algunos miembros de la cúpula militar y del gabinete ministerial, con sus familiares. La eucaristía se hizo en la más absoluta reserva. A su salida, Santos explicó que es un fiel devoto de La Milagrosa pues ha sido su guía y confesó que le había pedido “el milagrito”.
Sobre el mediodía reunió en la Casa de Nariño a sus ministros y su familia para almorzar. De hecho, desde allí siguió los primeros boletines de la Registraduría Nacional.
Solo a las 6:10 de la tarde hizo su aparición en la sede de campaña, en el nororiente de Bogotá, donde lo esperaban sus seguidores y varios líderes políticos, que no escondieron su sorpresa por los resultados parciales en los que el mandatario registraba menos votos que Óscar Iván Zuluaga, candidato del Centro Democrático.
Reforzar mensaje
La Unidad Nacional considera clave la paz
Para los miembros de la Unidad Nacional es indiscutible que la principal tarea de Santos, para asegurarse la victoria el próximo 15 de junio, es reforzar el mensaje de la paz y la terminación del conflicto armado por la vía del diálogo. El senador de ‘la U’ Armando Benedetti aseguró que “la segunda vuelta será entre quienes quieren más muertos y a quienes nos importan más las víctimas”. Y para Carlos Galán, jefe de Cambio Radical, “los resultados son un llamado de atención, pero dejan claro que la mayoría quiere la paz”.
La alternativa fue Clara
Clara López y el Polo Democrático se acercaron a la histórica votación de las elecciones presidenciales de 2006 cuando el respetado profesor y constitucionalista Carlos Gaviria dobló a Horacio Serpa y, aunque perdió con Álvaro Uribe, consiguió más de 2 millones de votos, casi 25 por ciento de la votación, la cifra más alta y contundente que ha logrado la izquierda colombiana en toda su historia.
Pocos le auguraban un buen desempeño electoral a la candidata amarilla y en las encuestas no pasaba del 10 por ciento. Pero, pese a la polarización que se impuso en la recta final de la campaña, Clara López no solo casi se queda con el tercer puesto (no lo logró por menos de 40.000 votos de diferencia con Marta Lucía Ramírez) sino que, con casi 2 millones de votos, logró la hazaña de pisarle los talones a la votación histórica de Gaviria. “Esperamos un fenómeno similar al de Carlos Gaviria”, le dijo a fines de abril a La Silla Vacía el representante del Polo Wilson Arias. La verdad es que así fue.
Por lo visto, en medio del enfrentamiento enconado y entre el presidente-candidato y su opositor uribista, el intento de López y Avella de centrarse en temas de fondo, como el debate sobre el modelo económico, la educación y la salud, entre otros, lograron cautivar una importante franja de indecisos.
No pesaron ni el ‘factor Moreno’ (la debacle que representó para la izquierda la administración de Samuel Moreno y su hermano en Bogotá), ni la salida de Gustavo Petro y sus seguidores del Polo. Algunos, incluso dentro del mismo partido, creyeron que, con la inclusión de Aída Avella como fórmula vicepresidencial, López se cerraba espacio entre el electorado que no fuera de izquierda y estuviera indeciso, pero, no fue así.
“Hemos consolidado un proyecto de izquierda democrática, moderada, con ganas de llegar al poder, justo en medio de un ambiente catastrófico en el que muchos nos daban por muertos”, le dijo Clara López a SEMANA. Aunque no hay aún evidencia de ello, es posible también que su candidatura haya logrado sacar provecho del descontento y las movilizaciones agrarias, algo que ningún otro candidato consiguió.
Aída Avella cree que la gente logró identificar en ellas dos una forma diferente de hacer política, sin grandes cantidades de dinero, sin mermelada y con propuestas reales de cambio. “En un país en el que no hay debates, en el que los temas sociales no les interesan a los medios de comunicación, nosotros logramos despertar a una parte importante de los colombianos para que apoyaran nuestras ideas de cambio”.
Un elemento clave es que ambas se convirtieron en una alternativa a la tradición machista que ha imperado en la política en Colombia.
Algunos pueden preguntarse por qué la izquierda no logró convertirse en la tercería y pasar a segunda vuelta, en una coyuntura en la que las estrellas parecían alineadas a su favor. No solo por la persistente desigualdad y los elevados niveles de pobreza, sino por una coyuntura de desprestigio de la clase política y de protestas que han puesto al orden del día las consignas tradicionales de la izquierda. Colombia es uno de los pocos países de la región donde estas situaciones no han inclinado la balanza hacia ese lado del espectro.
Pero es evidente que los integrantes del Polo Democrático Alternativo y sus dos candidatas se pueden dar por bien servidos con este resultado que consolida su proyecto como el más importante de la izquierda en el país. Y ese 15,2 por ciento será crucial a la hora de las alianzas y las negociaciones programáticas que son las que van a decidir la segunda vuelta. No se descarta que por su compromiso por la paz Clara López apoye a Santos y logre a cambio concesiones importantes. Por más que en la izquierda no quieran mucho a Juan Manuel Santos, es claro que lo prefieren de lejos al binomio Zuluaga-Uribe y que Clara y sus seguidores se inclinarán por apoyar la negociación en La Habana.
http://www.semana.com/nacion/articulo/la-alternativa-fue-clara-lopez/389497-3