Masiva marcha de estudiantes chilenos pide concretar con urgencia reforma educativa
Estudiantes piden concretar con urgencia cambios en la educación
El balance de los dirigentes estudiantiles sobre la marcha de este jueves fue más que positiva ante la masiva concurrencia de la que fueron testigo las calles de Santiago y otras ciudades del país. En el fondo del discurso, se mantiene sobre la mesa la preocupación por la participación de los distintos actores en la elaboración de los proyectos que envíe al Gobierno y el mismo contenido de éstos.
Fue durante el Gobierno de Sebastián Piñera que la Intendencia Metropolitana no autorizó más marchas en el tramo de la Alameda que atraviesa el Palacio de La Moneda.
Este jueves, una multitudinaria movilización, de cerca de 100 mil personas, volvió a cruzar dicho espacio en la primera marcha del movimiento estudiantil en lo que va del año y del Gobierno de la Nueva Mayoría.
Ante esto, varios de los lienzos y pancartas presentes en la actividad llamaban a no caer en “los errores del 2006”, cuando el Gobierno de entonces respondió al movimiento estudiantil con una reforma que no propició cambios estructurales al modelo educativo.
La presidenta de la FECH, Melissa Sepúlveda, dio cuenta de las desconfianzas, asegurando que los dirigentes han salido insatisfechos de los encuentros con el ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre. Su par de la FEUC, Naschla Aburman, insistió en la necesidad de participación ciudadana en la confección de políticas públicas.
“Nosotros estamos muy orgullosos de lo que hemos hecho como movimiento estudiantil, estamos muy orgullosos de la convocatoria que tenemos, y estamos muy orgullosos de las demandas que hemos levantado, que no es menor, que es legítimo y que nadie puede negar que este país ha cambiado en parte por las demandas y por el proceso que ha hecho el movimiento estudiantil”, destacó la líder estudiantil.
Naschla Aburman, recalcó que “pero queremos estar orgullosos también de cómo se concretan esos cambios y si no tenemos un proceso participativo, si no tenemos un espacio donde podemos conjugar los distintos actores, difícilmente el pueblo de Chile se va a sentir parte de esta reforma, así es que esperamos ojala tener respuesta pronto. El gobierno se pone un plazo de 100 días, el 21 de mayo, nosotros queremos que la urgencia no le gane a la profundidad que tiene que tener esta reforma”.
Enfatizó en esto, la vocera de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), Lorenza Soto, quien aseguró que el Gobierno insiste en un modelo educativo de mercado, insistiendo que “el gobierno no ha dado respuesta, el gobierno no va a responder al problema principal de la educación que tiene que ver con el concepto mercantil de ésta, entonces es el pueblo chileno, es la movilización y son las comunidades quienes tenemos que hacernos parte de este problema, quienes tenemos que protagonizar los cambios en la educación chilena”.
La vocera de la ACES, puntualizó que “nosotros sabemos cuáles son los problemas que nos atañen y frente a eso se viene un año de movilizaciones pero también se viene un año de proactividad, ya no vamos a ser un movimiento estudiantil que estemos tocando la puerta sin que jamás se abra, vamos a ser un movimiento estudiantil que saldrá a la calle, pero que también estará en la construcción de propuestas creativas”.
En Valparaíso marcharon las diputadas comunistas Camila Vallejo y Karol Cariola, además de Giorgio Jackson, y en la capital incluso se vio al RN Gaspar Rivas. También el independiente Gabriel Boric, ex presidente de la FECH, asistió a la convocatoria en Plaza Italia y se refirió a cómo el Gobierno ha ido instalando su agenda en la materia.
Boric, criticando la “actitud errática” del ministro de Educación, señaló que “es importante que nos mantengamos alertas, que nos mantengamos en las calles movilizados, el gobierno ha presentado ciertos temas que merecen ser apoyados como es el tema del fin a la selección, del fin al lucro, pero sin embargo no podemos discutir una reforma educacional de manera parcelada, acá lo importante es que discutamos el fondo del asunto y yo creo que ese es el gran sentido de esta marcha. Insisto, donde hay derechos no hay mercado y eso requiere una mayor democratización del proceso de reformas”.
Desde la intendencia el jefe de zona Metropolitana oeste de Carabineros, General Ricardo Solar, dijo que los disturbios fueron hechos por “un grupo minoritario agresivo”, pese a que la acción de Fuerzas Especiales se concentró sobre todo el acto central en el Parque Almagro.
Mientras, el intendente Claudio Orrego llamó a focalizar el repudio en los “encapuchados organizados”.
http://radio.uchile.cl/2014/05/08/estudiantes-piden-concretar-con-urgencia-cambios-en-la-educacion
La Moneda saca cuentas alegres tras irrupción del movimiento estudiantil en el escenario político
Los pronósticos estuvieron acertados y los hechos confirmaron las apuestas gubernamentales. El primer gran despliegue del mundo estudiantil en las calles en el gobierno de Michelle Bachelet estuvo lejos de ser un dolor de cabeza para La Moneda, al contrario, las casi cien mil personas marchando en las calles es precisamente “la justificación” que necesitaban en estos días las reformas impulsadas por la actual administración, tributaria y educacional, que han encontrado férrea resistencia en la derecha y el mundo empresarial.
A las pocas horas de concluida la marcha, en La Moneda se reconocía que “el balance es más que positivo” y que “todo estuvo dentro de lo esperado”. Es que fue inevitable ayer en el gobierno la lectura de que sumaron agua a su molino, porque diferencias más, matices y discrepancias de por medio, lo cierto es –agregan en Palacio– que las demandas ciudadanas son coincidentes con las promesas gubernamentales de fin al lucro y reforma educacional.
El despliegue del movimiento social en la calle es una pieza no menor en el cuadro actual. Por un lado, dijeron en el gobierno, está la campaña del terror de los detractores de las reformas y, por otro, está la presión social por los cambios, con un gobierno instalado en medio y que sabe que debe canalizar de buena manera esas demandas.
Es por ello que la marcha de ayer, en el balance político, fue de cifras azules, porque eso es precisamente lo que necesita el gobierno de Bachelet: respaldo ciudadano para mantener su discurso y el contenido de las reformas durante el debate legislativo.
“La marcha en sí es pura ganancia para La Moneda”, reconocieron en Palacio ayer, mientras que otros en el gobierno agregaban que “lo que se quiere es educación gratuita y, para eso, hay que hacer una reforma tributaria, es la misma gente en la calle la que justifica las reformas”, recalcó un asesor de gobierno.
Ya con el acto del 1 de mayo organizado por la CUT la semana pasada, se hizo una lectura similar, donde se demandó una reforma tributaria. Así, en los días previos a la marcha de ayer, en La Moneda se apuntaba precisamente a que el primer despliegue de fuerza del mundo estudiantil permitiera generar el mismo efecto, aunque a mucha mayor escala.
En La Moneda advierten que ese es el peor escenario: una “reacción ideológica del mundo conservador que los haga movilizarse” y el foco está puesto en la Iglesia Católica, que en más de una ocasión ya ha puesto sus reparos públicos a varios lineamientos de la reforma educacional, como el fin de la selección.
Los dardos del mundo estudiantil no estuvieron realmente enfocados en deslegitimar al gobierno ni la reforma educacional, sino principalmente en demandar ser escuchados y considerados en el debate de los contenidos de esta. La presidenta de la FEUC, Naschla Aburman, fue clara: “No hay nada zanjado, esto no ha terminado, los problemas en la educación no se han resuelto, y por eso que hoy, cuando se está construyendo la reforma, nosotros queremos sentirnos parte, queremos ser parte, que el día de mañana podamos defender esto, y eso requiere participación, requiere inclusión, no sólo que nos vean pasar por La Moneda, sino que también que nos escuchen”.
En el gobierno consideran “lógico” y como “parte de lo esperado” el gallito público de los estudiantes en este punto, más aún ad portas del primer discurso presidencial de Bachelet ante el Congreso Pleno el 21 de mayo, precisamente para tratar de influir.
En realidad las críticas y cuestionamientos al gobierno o a aspectos de la reforma educacional, nunca fueron parte de las preocupaciones centrales de La Moneda. El foco estaba puesto en la seguridad, en que hechos de violencia marcaran la jornada y, con ello, el acento fuera la satanización de la movilización social, los encapuchados y no la fuerza del movimiento estudiantil en las calles, que se traduce en la demanda ciudadana de cambios.
En el gobierno –explicaron– querían evitar a toda costa imágenes de excesos, de lado y lado, tanto de carabineros golpeando a estudiantes, lo que habría el flanco de la crítica a la represión, como de los propios manifestantes, dominados por los encapuchados y los desmanes.
Sí, hubo accidentes, es más, la presidenta de la FECH, Melissa Sepúlveda, acusó a Carabineros y la Intendencia de actuar de forma violenta durante la marcha. “No se cumplieron los tratos con Carabineros y la Intendencia, tuvimos el ingreso de Fuerzas Especiales que de forma prepotente sacaron gente del lugar, se violaron acuerdos y esto es muy preocupante”, acusó.
Pero en el gobierno insistieron en que fueron hechos aislados, que los desórdenes se registraron al final de la jornada de movilización, nada que se destacara más que la masividad de la marcha.
Y ese no es un elemento menor a considerar. Al gobierno –explicaron– le interesa mantener una relación con el mundo social y, por lo mismo, dar la señal de legitimización de las movilizaciones, de recuperación de los espacios públicos, que se use la Alameda como marco de expresión, precisamente porque es esa ciudadanía la que legitima las reformas en debate.
Así, en La Moneda consideraron clave en este punto los esfuerzos notorios y evidentes desde el propio movimiento estudiantil, desde las horas previas a la marcha, para “desmarcarse de los encapuchados”, tomar distancia y poder contener los desórdenes.
¿Fecha de vencimiento?
En el Ejecutivo había otro foco al que pusieron atención y ese era si el ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, se transformaba en el blanco principal de la marcha y los estudiantes. Es que en las semanas previas y en el marco de la ronda de reuniones que el secretario de Estado ha tenido con todos los actores vinculados al mundo de la educación, efectivamente se ha escuchado la crítica de que en esas citas deja a todo el mundo contento, pero no concreta nada.
En La Moneda explican que era realmente un riesgo que, en la marcha de ayer, Eyzaguirre se transformara en el principal objetivo, lo que podría haber sido un puntapié inicial a un proceso por minar su legitimidad como interlocutor válido en la negociación de la reforma.
Eso no sucedió, pero en el gobierno reconocen que el ministro tiene efectivamente “fecha de vencimiento” y esa es el 21 de mayo. A partir de ese momento se deben comenzar a bajar todas las cartas, los contenidos en materia de educación, por lo que deberá transitar por campo minado. “Es desde ahí que comienza su prueba de fuego”, sentenciaron en Palacio.
Hasta ahora Eyzaguirre ha cumplido, aseguran en La Moneda. Ha recibido a todo el mundo, se ha reunido con todos, ha desplegado “un sello dialogante”, en términos prácticos se ha movido bien, porque ha hecho que el gobierno gane tiempo y hasta ahora “no ha incumplido ningún compromiso”.
En ese sentido, precisan que aún está en el período “que tiene respuestas”, considerando que se mandó ya el proyecto que crea la figura de administrador provisional y de cierre de las instituciones de la Educación Superior.
Si el tema es después del 21 de mayo, recalcan, “cuando se bajen todas las cartas”. En Educación y el gobierno dicen que el ministro sabe que “debe cuidarse” y de “debe saber maniobrar políticamente”, porque lo peor que le puede pasar es ser atacado y cuestionado por todos los frentes, o sea, por quienes quieren una reforma a la educación, pero también por quienes son sus detractores y los que quieren defender el statu quo.
El peor escenario para Eyzaguirre sería tener protestas de los estudiantes y de la derecha; aseguran que él lo sabe y que la forma de sortearlo es con muñeca política. “A lo que debe temer es a la movilización, pero no a la de los estudiantes, sino que a la de los que nunca marchan, de los que nunca se han movilizado, la de los sectores conservadores”, advierte un alto asesor de Palacio.
Al respecto, algunos en el gobierno consideran “imprudente” no manejar esta posibilidad y, más aún, creer que “se conoce bien al movimiento social, que este es sólo de izquierda”.
Sobre eso, advierten que ese es el peor escenario, una “reacción ideológica del mundo conservador que los haga movilizarse” y el foco está puesto en la Iglesia Católica, que en más de una ocasión ya ha puesto sus reparos públicos a varios lineamientos de la reforma educacional, como el fin de la selección. Un punto que, aseguran, Eyzaguirre tiene clarísimo, y que sabe que deberá lidiar con esto casi cotidianamente en el futuro próximo.
Otros en el gobierno advierten que una debilidad que debe corregir pronto el ministro es que ha descuidado la necesidad de establecer una alianza real con los partidos de la Nueva Mayoría. “No está trabajando las complicidades políticas y en este tema no se puede abusar de las mayorías parlamentarias de la coalición, ahí hay un flanco”, advierten en Palacio.
Si no dialoga con los partidos de la Nueva Mayoría, dicen que Eyzaguirre va a tener más de un dolor de cabeza, porque, cuando estén los contenidos de la reforma educacional sobre la mesa del Congreso y comiencen “los tironeos” de todos los sectores, serán los partidos –agregan– los que deberán apuntalar la reforma. “Debe tratar a los aliados como aliados y no lo ha hecho”, aseguran.
Entre La Moneda y marchas en la calle: la nueva postura que vive el Congreso con los estudiantes que hoy son diputados
La primera marcha por la reforma a la educación en el segundo gobierno de Bahcelet trae la particularidad de que son parte de los diputados los que hoy salen a manifestarse. Las críticas de “dejar la pega tira” quedan atrás y parlamentarios defienden la acción de los ex dirigentes.
Desde 2012 que no se lograba que una marcha ciudadana lograra transitar por frente del Palacio de La Moneda, un hito que grafica las diferencias del actual con el anterior gobierno. Según sus organizadores concurrieron cerca de 120 mil personas a manifestar su apoyo ciudadano a la causa: educación gratuita y de calidad.
Pero en esta ocasión hubo una importante variante; recuerde que a fines de 2013 hubo elecciones parlamentarias. En la primera manifestación que enfrenta el gobierno de Michelle Bachelet, cuatro diputados salieron a la calle para hacerse presentes. Se trata de los ex dirigentes Karol Cariola y Camila Vallejo, ambas del PC, y los independientes Giorgio Jackson y Gabriel Boric.
La seña es un guiño a lo que los parlamentarios prometieron cuando eran candidatos, no dejar atrás los movimientos que, finalmente, los llevaron al Congreso. El espíritu de «un pie en La Moneda y otro en la calle» muestra los nuevos aires y disposición del parlamento, aunque en algunos sectores haya sido criticado.
A ellos, la diputada Vallejo fue clara. Por medio de su cuenta en Twitter dijo: «La contradicción entre legislar y movilizarse es falsa, la lucha por transformar el sistema educacional se da en todos los espacios».
Para el diputado Fidel Espinoza (PS), miembro de la comisión de Educación de la Cámara, no existe razón para que los parlamentarios no salgan a manifestarse en este tipo de marchas, puesto que fue, precisamente gracias a ello que ahora están en el Congreso.
«Ponerse a cuestionar que hoy estén en las calles exigiendo los derechos de los jóvenes me parece que es un contrasentido. Es lamentable que hoy alguien intente sacarle provecho político a esto», dijo el parlamentario.
«Yo podría estar mañana marchando para reivindicar los derechos de los trabajadores en el país, y eso no significa que esté en contra del gobierno. Estoy en la comisión (de educación) y destaco los aportes de Jackson y Vallejo», dijo Espinoza.
Como reloj: sincronizados
Por su parte, la diputada y ex ministra de Educación, Yasna Provoste (DC), dice no tener ninguna dificultad en que los parlamentarios participen de estas manifestaciones. Para ella, la postura de «un pie en La Moneda y otro en la calle» es coherente con lo que ellos son.
Marchar en las manifestaciones «es absolutamente legítimo, esto forma parte de la capacidad de diálogo que tienen los parlamentarios de la Nueva Mayoría o independientes y siempre facilita tener una mejor sincronía con las demandas de la ciudadanía».
«Es muy coherente con lo que ellos fueron, han sido y seguirán siendo», concluyó.
El curioso caso Rivas
Sobre Vallejo, Cariola, Boric y Jackson ya se sabía, todos participarían de la movilización en Valparaíso y Santiago. Lo que desencajó en el panorama de «marchas parlamentarias» fue el curioso caso del diputado de Renovación Nacional, Gaspar Rivas, quien dejó en su escritorio de la sala un cartel con el «justificativo» de su inasistencia a la sesión: «Hoy ausente: Estoy en la marcha x educación».
La situación fue ampliamente criticada por las redes sociales. Mientras que la diputada Provoste dijo que «es una decisión personal, si está en la marcha, no tengo dificultad en aquello». El parlamentario Espinoza fue más duro, acusando que él no tiene nada que hacer en la lucha contra el lucro.
«RN y la UDI no tiene estatura moral para referirse a este tema. Ellos han defendido por largos años el lucro en la educación, han sido cómplices de las universidades que se han enriquecido a costa de los estudiantes. Prefiero que coloquen eso a que yo podría ponerles un cartel a ellos de «soy cómplice del lucro en la educación chilena», sentenció el socialista.
La presidenta de la Fech, Melissa Sepúlveda, al respecto fue breve «si quiere ser parte de la marcha, tiene todo el derecho de hacerlo»
http://cambio21.cl/cambio21/site/artic/20140508/pags/20140508184754.html