Costa Rica: salida de multinacionales enciende alerta sobre modelo de desarrollo
El despido masivo de 3.000 empleados de las multinacionales INTEL y Bank of America encendió las alertas sobre el modelo de desarrollo al que le han apostado las últimas administraciones de gobierno en Costa Rica.
La disyuntiva es entre brindar un mayor apoyo a las empresas de capital nacional o definir un modelo claro de atracción de inversiones; analistas coinciden en que el país requiere examinar los dos motores de la inversión extranjera y el desarrollo de las empresas locales.
El economista y diputado electo Henry Mora opina que el actual escenario mundial en el modelo de desarrollo obliga a mirar el sector interno costarricense: un espacio al que, en su opinión, no se han brindado los mejores incentivos de crecimiento.
“Lo que cuestiona es el poco peso o la poca prioridad que durante los últimos años se ha dado al desarrollo de la economía nacional o interna, a pesar de que muchas veces nos ha salvado de la crisis”.
La recesión en el 2008 y el 2009 puede ser un buen ejemplo de ello, comenta Mora. En ese periodo, la producción interna logró mantener a flote la economía costarricense, ante la crisis del sector inmobiliario, de turismo y agropecuario de exportación.
DEPENDENCIA EXTRANJERA
Coincide con Mora la analista de la Universidad Nacional Roxana Morales, quien opina que en este momento es fundamental replantearse la alta dependencia de inversiones extranjeras que mantiene el país.
“Más del 50% de las exportaciones son de zonas francas; hemos tenido una alta concentración y dependencia de la economía en ese tipo de empresas y no se han profundizado las capacidades de la economía interna”.
Como parte de la solución al error en el modelo que señala, la economista considera que es importante diversificar y apoyar aún más la producción nacional. Según Mora, buena parte de los capitales e inversiones extranjeras son volátiles y no se debería depender exclusivamente de estas para la sostenibilidad económica.
Para el economista Luis Paulino Vargas, el modelo que se concentra en la inversión extranjera es frágil e inestable.
“No hay que extrañarse de nada”, señaló Vargas. “Tratándose de estas compañías nada es para siempre, las cosas se mantienen y se terminan en el momento en que a ellos les convenga”.
Según el economista, un país no debería fundar su desarrollo alrededor de este tipo de compañías que “no garantizan estabilidad para el país”.
“Hay que buscar una reorientación, lo cual no significa que se deba renunciar a la inversión extranjera ni que nos debamos volver hostiles con la inversión extranjera, pero no debe ser el centro de la estrategia”.
DEFINIR EL MODELO
Con una visión diferente, el economista Leiner Vargas cuestionó la forma en que el país ha definido la estrategia de atracción inversiones, que considera un eje fundamental en la consolidación del modelo de desarrollo.
Según Leiner Vargas, esta decisión ha recaído especialmente en la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde) una organización privada responsable de atraer a más de 250 compañías en las tres últimas décadas.
“En eso ha faltado la definición de una estrategia nacional y se ha relegado buena parte de estas funciones en Cinde; lo han hecho bien, pero creo que deberíamos haber cuidado más las decisiones”.
Vargas considera que el país debe analizar su modelo de otra manera. Según el economista, la principal cuestión está en averiguar cuáles son las razones de que Costa Rica dejara de ser un país tan atractivo para la inversión extranjera y se convirtiera en un país de costos elevados para los inversionistas.
Opina también que existe un error de concepción sobre la economía interna: “el tamaño de las empresas que se pueden desarrollar a partir del mercado interno es un tamaño muy pequeño en relación con los requerimientos de competitividad de las empresas de hoy en día”
“Uno tiene que partir de que las empresas transnacionales no son empresas de beneficencia. La principal responsabilidad para que el aporte de estas empresas pueda maximizarse es interna” dice el economista Henry Mora.
“Me temo que en el caso de Costa Rica pesa mucho más la imagen internacional de una empresa, el aporte al volumen de exportaciones y al Producto Interno Bruto pero no tanto al valor agregado nacional, que es lo que debería importar” concluye.
http://www.semanariouniversidad.ucr.cr/noticias/pais/12879-2014-04-23-04-43-02.html