Valerosa disidente – Periódico Panamá América, Panamá

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

La expulsión de la diputada venezolana María Cristina Machado por decisión política del presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, exmilitar golpista de la camada de Hugo Chávez, es otra prueba del autoritarismo de un gobierno temeroso de la libertad de expresión.

Machado ha denunciado, en diversos foros nacionales e internacionales, la entraña totalitaria del régimen que expulsa, encarcela, destierra o abalea a sus opositores, porque le tiene miedo al debate. Obtuvo la votación más alta de los candidatos a diputados. Ha sido golpeada en el recinto parlamentario por gorilas chavistas. Ha sido denunciada ante tribunales sumisos por instigación a la violencia. La detuvieron en el aeropuerto cuando retornaba de la OEA. Ahora la desafueran y le arrebatan su curul por un rapto de cólera de Cabello.

Panamá la nombró representante alterna de la delegación en la OEA, para concederle la tribuna libre que le negaron los chavistas. No debe sorprender la interpretación cuartelera del chavismo del gesto diplomático y simbólico de Panamá.

La han convertido en una heroína de la democracia por quienes queriendo doblegarla, han agigantado su coraje. José Rafael Pocaterra relata en “Memorias de un venezolano de la decadencia” las persecuciones y suplicios de los opositores descargados en la prisión de la Rotunda por los esbirros del benemérito general Juan Vicente Gómez. De 1909 a 1918, la dictadura del benemérito ultrajó a varias generaciones de venezolanos que no se derrumbaron e impusieron su coraje cívico.

Machado pertenece a esta estirpe de venezolanos a los que los ataques dictatoriales no arredran, sino exacerban. No debiéramos descartar que el gobierno de Maduro llegue a inflingirle el agravio de la prisión, como lo han hecho contra otros miembros de la oposición.

En cualquier circunstancia adversa, María Cristiana cuenta con el respaldo del Gobierno panameño y de los compatriotas que residen en nuestro país. La historia venezolana registra en su decurso héroes y villanos, tiranos y demócratas, esbirros del totalitarismo y combatientes por la libertad. Al final de cuentas, los tiranos desaparecen del escenario y sobreviven los demócratas. Cipriano Castro, Juan Vicente Gómez, Marcos Pérez Jiménez, y sus discípulos modernos refulgieron un momento, pero luego se esfumaron como fuegos fatuos.

Los descaecimientos políticos y diplomáticos del oficialismo ahora son escoltados por la devaluación del bolívar en un 88%, agravando la crisis económica. Mientras el régimen se dedica a la persecución y desangramiento de los opositores, la situación económica adquiere dimensiones dramáticas. Tarjetas de racionamiento empujan a Venezuela a un escenario cada vez más similar al cubano, como quiere el régimen chavista.

Las amas de casa madrugan en largas filas para comprar no lo que necesitan para la subsistencia de las familias, sino lo que el Gobierno puede importar del extranjero con dólares más caros por la creciente diferencia entre el valor de la moneda nacional del dólar.

El nuevo sistema de dólares regulados no logra disfrazar la realidad del mercado negro. El venezolano medio anhela salir del país para librarse de la asfixia moral y material, pero afronta dificultades. Está atrapado en un callejón sin salida.

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