Tras histórica huelga general, sindicatos paraguayos convocarán a otra si Cartes no atiende reclamos
Dirigentes sindicales destacan capacidad de convocar otra huelga general
Tras la clausura de la huelga general del miércoles 26 de marzo, los dirigentes de las centrales sindicales destacaron que tienen la capacidad de convocar otra medida similar en breve si el gobierno de Horacio Cartes no atiende los reclamos de los trabajadores.
Julio López, secretario general de la Confederación de la Clase Trabajadora (CCT), sostuvo que la jornada histórica de la huelga general derrotó a la soberbia del gobierno, que poco tiempo atrás no aceptaba siquiera sentarse a dialogar sobre los reclamos de los trabajadores.
Apuntó que la jornada marcó el inicio de la recuperación del movimiento sindical para ocupar el lugar que le corresponde en la historia y derrotar los nefastos planes de entrega del gobierno.
“Podemos organizar otra huelga general la próxima semana”, advirtió añadiendo que tras la histórica jornada el campo sindical está en mejores condiciones para exigir la derogación de la Ley de Alianza Público-Privada (APP).
Por su parte, Aldo Snead, de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), señaló que el éxito de la medida es un claro mensaje al gobierno de Cartes, que en un principio minimizó el efecto que tendría la huelga y amenazó incluso con declararla ilegal.
Rescató que la magnitud de la medida muestra que los campesinos y trabajadores ya no están dispuestos a tolerar los atropellos del gobierno neoliberal de Cartes.
Entretanto, José Pineda, presidente del Sindicato de Trabajadores de la ANDE (Sitrande), satirizó las supuestas informaciones de “inteligencia” que manejaba el gobierno sobre hechos de violencia e incluso muertes que se provocarían con supuestos fines desestabilizadores.
“Dónde están las cubiertas, quién grabó el famoso audio. Con este nivel de inteligencia de la policía seguro que el EPP (Ejército del Pueblo Paraguayo) está tomando café frente al Ministerio del Interior”, expresó.
Luego se preguntó dónde estaban las muertes de las que habló el gobierno, que había señalado que se buscaba gestar otro “Marzo paraguayo”.
“Los muertos que ellos dicen gozan de buena salud”, ironizó.
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Sindicalistas advierten que los diálogos tienen que generar resultados
Las centrales obreras plantearán al Gobierno la instalación de una mesa de diálogo temática para que todos los temas puedan ser analizados, anunció el dirigente Bernardo Rojas de la CUT-A. También advierten que los diálogos deben generar resultados.
La instalación de la mesa de diálogo entre el Gobierno y los sectores que se movilizaron durante la huelga general se dará este jueves.
Plantean una mesa temática, dividiendo los temas y que trabajadores, empresarios y Gobierno discutan los puntos reivindicados y elaborar conjuntamente la propuesta a ser ejecutada. Rojas dijo que tienen propuestas muy interesantes para compartir, indicó Bernardo Rojas de la Central Unitaria de Trabajadores Auténtica (CUT-A) a radio Monumental 1080 AM.
Mencionó que hay un antes y un después de la huelga general del 26 de marzo porque ahora deben adecuar su postura tras el éxito de la movilización y saber explotar eso en beneficio de los trabajadores.
No obstante, indicó que el diálogo es muy importante para debatir sobre temas, pero que debe generar resultados porque caso contrario «no valdría para nada».
Reconoció que el país necesita de un sindicalismo más fuerte para luchar por las reivindicaciones laborales. En ese sentido, expresó que están trabajando para la formación de nuevos líderes.
«Es muy importante la formación de líderes. Nosotros somos conscientes de la responsabilidad que tenemos a partir de ahora. Tenemos que demostrar que realmente somos inteligentes y tenemos propuestas serias y creíbles», manifestó.
Clima incierto para acuerdo en diálogo gobierno-sindicatos paraguayos
El diálogo iniciado entre el gobierno paraguayo y los actores de la huelga general del pasado miércoles comenzó con un clima incierto, según el balance de la primera jornada y la reiterada posición oficial.
En realidad, el primer encuentro de la misión gubernamental con representantes de las centrales sindicales, concluido al final de este jueves, solamente sirvió para que los sindicalistas reclamaran se renuncie por el Poder Ejecutivo a cualquier descuento salarial a participantes en el paro.
Sin embargo, fue notable que a pesar de la presencia del vicepresidente de la República, Juan Afara, encabezando la delegación nombrada por el gobierno, este no pudo tomar decisiones al respecto y pidió hasta dos días para poder consultar el asunto con el presidente Horacio Cartes.
Otro tanto sucedió con la demanda de que la administración central renuncie a las amenazas vertidas de plantear a la Justicia la declaración de ilegalidad de la huelga efectuada, lo cual también parecia fácil de tener una respuesta inmediata.
En definitiva, se pasó el segundo contacto para la próxima semana después que las centrales pidieron la constitución de mesas separadas para temas como reforma agraria, derogación de la privatizadora Ley de Alianza Público-Privada (APP) y el inmediato aumento salarial de 25 por ciento.
Otro posible balde de agua fría sobre eventuales acuerdos pareció venir de parte del propio vicepresidente Afara en sus declaraciones posteriores a la reunión con las organizaciones protestantes.
Acá no vinimos a negociar nada, vinimos a hablar, a conversar, porque el gobierno tiene voluntad política y no puedo decir alegremente que modificaremos alguna ley, planteó.
La afirmación se refería bien claro a la derogación de la APP, demanda irreductible tanto de los sindicatos como de las agrupaciones campesinas que declinaron acudir al diálogo mientras no haya marcha atrás en la aplicación de ese instrumento por considerar viola la soberanía nacional.
Por su parte, Bernardo Rojas, líder de la Central Unitaria de Trabajadores, recordó que todos los reclamos tienen absoluta prioridad pero pidió una decisión urgente para el aumento del salario mínimo en 25 por ciento, algo desechado también por Afara en sus declaraciones.
Estuvieron ausentes de este primer tope la Federación Nacional Campesina, la central Corriente Sindical Clasista y la Coordinación de Organizaciones Campesinas e Indígenas, pero el gobierno invitó a representantes de pequeños grupos de labriegos de posición moderada.
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