Comienza un nuevo ciclo de diálogos entre las FARC y el gobierno de Colombia
El XXII ciclo de las conversaciones de paz entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el gobierno de esa nación continúa hoy aquí para abordar el punto sobre las drogas ilícitas.
Este nuevo momento de los diálogos, que se desarrollan en La Habana desde noviembre del 2012, inició la víspera con el rechazo de los guerrilleros a la revocación del alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, firmada por el presidente de ese país, Juan Manuel Santos.
El líder de la delegación guerrillera, Iván Márquez, se refirió a la decisión como un «golpe de mano» y la calificó de absurda.
Dijo que la acción crea dudas y desconfianza a lo interno de la mesa de diálogo, pues genera susceptibilidad hacia el respeto de lo acordado parcialmente por las partes en cuanto a participación política tras el fin de la confrontación.
Con este tipo de actitud no puede expandirse la democracia en Colombia, pues se desconoció la voluntad del pueblo que llevó a Petro a la alcaldía, subrayó Márquez.
Recordó, además, la negativa gubernamental ante propuestas de la FARC-EP de un alto al fuego y la firma de un tratado de regularización de la guerra para reducir al máximo posible los efectos de la contienda en la población civil y los combatientes.
La FARC-EP reiteró la necesidad, para lograr una solución definitiva del conflicto con el gobierno colombiano, de establecer una comisión esclarecedora de la verdad e historia de la confrontación.
De acuerdo con la delegación insurgente, su contraparte en la mesa de diálogo de La Habana ha demorado la respuesta a la petición de crear una instancia que indague sobre las responsabilidades de los diversos actores.
Aseguraron que no se puede acusar a uno solo de los implicados ni establecer como juez a ningún participante.
Márquez, aseveró que las FARC-EP rechazan esta pretensión, más aún cuando en el conflicto no existe un vencedor.
Presumir que sobre la guerrilla recae toda la responsabilidad de los daños es una apreciación irreal que mina la intención de lograr la paz y la reconciliación nacional definitivas, dijo.
En este ciclo se aborda el punto tres de una agenda que abarca seis temas y en este acápite la guerrilla propuso un plan para la regularización del cultivo y comercialización de plantas empleadas en la producción de drogas.
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