50 años del golpe militar en Brasil: la preparación – Por Mateus Ramos

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El próximo 1° de abril marcará los 50 años del golpe militar en Brasil. Por este motivo Adital publica, a partir de hoy, una serie de cuatro reportajes que abordarán, desde el punto de vista histórico, los motivos que llevaron al país a adherir al golpe, inclusive con apoyo de gran parte de la población; hablaremos también sobre la actuación de los órganos de represión; la resistencia contra la represión de los militares; y, finalmente, construiremos un paralelo entre la actual situación del país y la época del golpe.

El pre-golpe

El golpe militar ocurrido en 1964 estableció en Brasil una dictadura que se extendió hasta el año 1985. A lo largo de esos 21 años, el régimen militar endureció el gobierno, convirtiendo en legales prácticas totalmente contrarias a los derechos humanos, como la censura y la tortura. Los militares combatieron, sin piedad, cualquier amenaza «comunista” o de manifestantes contrarios al gobierno, marcando, en la historia de Brasil, un período sombrío, caracterizado por actos autoritarios y violentos. La simple desconfianza de que alguien era «comunista” ya era motivo para espiar y detener a esa persona para averiguación de antecedentes, empezando, en ese momento, un cruel proceso de tortura psicológica y, en muchos casos, física.

La decisión, por parte de los militares, de aplicar un golpe de Estado a un gobierno electo democráticamente no fue algo repentino, ocurrió como consecuencia de una serie de hechos políticos acumulados en el período post Getulio Vargas, agravados por la decisión de este presidente de suicidarse. Después de la muerte de Vargas, Juscelino Kubitscheck (JK) fue electo en forma directa. JK desenvolvió una forma de gobernar que le posibilitó la conquista de un gran apoyo de la población; su slogan «50 años en 5” se volvió extremadamente popular entre los brasileros. Sin embargo, el gobierno de JK también estaba siendo marcado por indicios de que los militares preparaban un golpe de Estado.

 

Janio Quadros y el intento de auto-golpe

«¡Barre, barre, escobita!

¡Barre, barre la indignidad!

Que el pueblo ya está cansado

De sufrir de esta manera…”

El trecho musical arriba es parte del jingle de la campaña electoral del sucesor de JK en la Presidencia de la República, Janio Quadros. El jingle y la campaña electoral como un todo causaron una óptima impresión en los brasileros, convirtiendo a Quadros en presidente con una aprobación nunca antes vista en las urnas. La victoria avasalladora, con 5,6 millones de votos, hizo que el presidente electo creyese en un autogolpe de Estado. Creyendo que el pueblo siempre estaría a su lado, el propio Quadros orquestó una renuncia. El objetivo era volver al poder mediante un pedido amplio de retorno, que sólo sería aceptado si le fuesen datos poderes absolutos. Siete meses después de su elección, puso en práctica este plan y renunció al cargo. Sin embargo, contrariando las expectativas, el pueblo nunca le pidió que volviera y el cargo de presidente terminó siendo ocupado por su vicepresidente, João Goulart, conocido como Jango. Sin embargo, no fue fácil para Goulart asumir el cargo que era su derecho.

En la época de la renuncia de Janio Quadros, éste estaba en un viaje diplomático en la República Popular China, lo que causaba escalofríos a los militares brasileros, asumidamente anticomunistas. Aprovechando la situación, los militares acusaron a Jango de ser comunista y le impidieron asumir el cargo máximo del país.

Después de muchas negociaciones, mediadas inclusive por su cuñado Leonel Brizola, los que apoyaban a Jango y la oposición terminaron haciendo un acuerdo político por el cual se crearía un régimen parlamentarista, en el que el presidente es sólo un jefe de Estado con poderes reducidos. En 1961, João Goulart asumió ese gobierno parlamentarista. Sin embargo, dos años después, hubo un plebiscito y el pueblo, con un porcentaje del 82%, optó por la vuelta del presidencialismo. Entonces, en 1963, Jango, finalmente, asumió la Presidencia con amplios poderes.

Durante el gobierno de Jango, se hicieron notorios los varios problemas estructurales de la política de Brasil, acumulados en las décadas que precedieron al golpe, y las disputas de naturaleza internacional, en el ámbito de la Guerra Fría, que desestabilizaron a su gobierno.

Jango adoptó una política económica más conservadora, disminuyendo la participación de las empresas extranjeras en sectores estratégicos de la economía e instituyendo un límite para el envío de ganancias de las empresas internacionales, siguiendo las orientaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI). A pesar de este conservadurismo, el entonces presidente siempre fue maleable en relación con las reivindicaciones sociales, lo que aumentaba la desconfianza de los militares.

En medio de la inestabilidad económica, Jango publicó el Plan Trienal, que buscaba combatir la inflación y hacer que Brasil crezca a una tasa del 7% anual, además de iniciar una política de distribución de ingresos. Sin embargo, el plan no consiguió alcanzar las metas esperadas y las reivindicaciones populares se volvieron más fuertes. Después del fracaso del plan, Jango apostó a las reformas de base, para reestructurar al país. Estas medidas incluían las reformas agraria, tributaria, administrativa, bancaria y educacional.

En una gran elección, llamada ‘Comicios de la Central’, por haber sido realizada en la Plaza de la República, frente a la estación Central de Brasil, en Río de Janeiro, el presidente anunció a más de 150 mil personas que daría comienzo a las reformas y libraría al país del caos en que se hallaba. Los comicios, sin embargo, fueron otro motivo para que la oposición lo acusara de comunista. A partir de allí, se intensificó una movilización social anti-Jango.

 

El golpe

La clase media, al ver las banderas rojas y los pedidos de reforma agraria, se asustó con una posible revolución socialista y brindó su apoyo a los militares. Algunos días después de los comicios, se organizó la ‘Marcha de la Familia con Dios por la Libertad’, que llevó a miles de personas a las calles, pidiendo el alejamiento del presidente. Estas manifestaciones fueron vistas por los militares como un consentimiento al entonces Golpe de Estado que estaba siendo preparado.

En la madrugada del 31 de marzo de 1964, el golpe militar fue deflagrado contra el gobierno de João Goulart. Lo que se destacó fue la total falta de reacción del gobierno y de los grupos que le daban su apoyo. Jango cayó sin resistencia, sin siquiera accionar su dispositivo militar que le daba apoyo. Comenzaba entonces un período sombrío para la historia brasilera, marcado por el autoritarismo, la censura y violentas violaciones de derechos humanos.

De acuerdo con el profesor de historia de la UFRJ, Carlos Fico, autor del libro Además del Golpe, Jango podría «haber tomado con facilidad el Palacio de Guanabara, donde estaba el gobernador Carlos Lacerda, que se defendía en forma precaria. Podría haber dispersado las tropas golpistas con pocos aviones bombarderos, sin embargo, prefirió evitar una guerra civil, o sólo evaluó que sería inútil resistir”. Goulart salió del país, pero antes de hacerlo, ya había perdido su mandato. Fue hacia el exilio en Uruguay, de donde sólo retornaría a Brasil para ser sepultado, en 1976.

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50 años del golpe militar en Brasil: represión y tortura

«Es como si ellos corrompieran tu alma, destruyendo lo que uno tiene de bueno (…). Ellos quieren, a través de la masacre, de la inhumanidad, que uno traicione, que uno rompa todos los vínculos que tiene, como en el caso que vi de una niña, que entregó a su propio padre”.

El trecho de arriba es parte de una larga entrevista concedida por María do Carmo Serra Azul a Adital. Cacao, tal como es conocida por los amigos, es una ex-presa política, que fue torturada en los sótanos del DOI-CODI, uno de los órganos represores de la dictadura militar brasilera.

Presos políticos, como Cacao y tantos otros, son personas que fueron encarceladas por las autoridades de un país por expresar, en palabras o actos, su discordancia con el régimen político en vigencia. Cabe resaltar que la existencia de esos presos, está, usualmente, asociada con regímenes políticos dictatoriales, o sea, no hay presos políticos si no hay dictadura.

Las torturas a las que eran sometidos los presos políticos llevaron al surgimiento de otro término: desaparecidos políticos, personas que simplemente desaparecían después de ser detenidas por la policía.

El sitio web www.acervoditadura.rs.gov.br revela que existen más de 200 muertes oficiales en el período de la dictadura, sin embargo, ese número debe ser mucho mayor, teniendo en cuenta que muchos muertos fueron simplemente «desovados”, para utilizar un término que los propios opresores usaban.

Otro número oficial, que en la realidad también debe ser mucho mayor, es el de los desaparecidos. En el sitio web www.desaparecidospoliticos.org.br se publica un listado de 379 nombres de personas que desaparecieron después de ser detenidas durante el régimen militar. Ese número es bajo si tenemos en cuenta que muchas familias no relataron la desaparición de sus seres queridos por miedo a sufrir represalias por parte de los militares.

Métodos de torturaReprodução

«Ellos me hacían el ‘submarino’, introducían mi cabeza en el agua a la fuerza, me ahogaban y después me hacían respirar, como si me hubiese ahogado en la playa, eso me dejaba loca”, se desahoga Cacao al recordar los 15 días que pasó siendo torturada.

Antes de hablar de los órganos de represión, es necesario explicar los métodos de tortura utilizados, que muchas veces eran tan crueles, que llevaban a la muerte a los torturados o los dejaba locos.

Silla del Dragón – «Me ataron a la silla del dragón, desnuda, y me dieron choques eléctrico en el ano, en la vagina, en el ombligo, en los senos, en la boca, en el oído”. (María Amelia Teles, ex-militante del Partido Comunista de Brasil) Era una especie de silla eléctrica revestida de zinc y vinculada a terminales eléctricas, donde los presos se sentaban desnudos. Cuando se lo activaba, el aparato trasmitía choques eléctricos a todo el cuerpo del torturado. Además, muchas veces los torturadores colocaban un balde de metal en la cabeza de la víctima, donde también eran aplicados choques eléctricos.

Palo de arara – «Fui al palo de arara varias veces (uno es atado a un palo como si fuese un ave o un animal para transporte). De tanto porrazo, una vez mi cuerpo quedó en muy mal estado, me agitaba convulsivamente en el suelo”. (Maria do Socorro Diógenes, ex-militante del Partido Comunista Brasilero Revolucionario (PCBR) – El palo de arara es una de las formas más antiguas de tortura, utilizada en Brasil desde la época de la esclavitud. Los torturadores colocaban una barra de hierro atravesando los puños y las rodillas del preso, que quedaba desnudo. La víctima era colgada a cerca de 20 centímetros del suelo, en una posición que causaba dolores desgarradores y no terminaba allí. Después de estar colgando el torturado recibía choques eléctricos, golpizas y quemaduras con cigarrillos.

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Ahogamientos – «Los torturadores me introducían con capucha en un tanque de agua sucia, hedionda, asquerosa. Cuando retiraban mi cabeza del agua, yo no podía respirar, porque aquel paño se pegaba a mi nariz.” (Maria do Socorro Diógenes, ex-militante PCBR) – Con este método, los torturadores tapaban las narinas del preso y colocaban una manguera dentro de la boca de la víctima, obligándolo a tragar agua. Otro método de ahogamiento era el de sumergir la cabeza del torturado en un tanque de agua, forzando su nuca hacia abajo hasta el límite del ahogamiento. Muchas veces el preso se desmayaba, lo que no significaba el fin de la tortura.

Heladera – Los presos eran obligados a quedarse desnudos dentro de una celda pequeña hacia lo alto, lo suficiente como para impedirles estar de pie, después de eso los torturadores accionaban un dispositivo que, controlado por ellos, alternaba la temperatura de la celda entre extremadamente baja y lo suficientemente alta que enloquecía a cualquiera. Sumado a eso, altoparlantes reproducían sonidos extremadamente irritantes. Los presos llegaban a pasar días en esas celdas, sin agua ni comida.

Suero de la verdad – Existen varios tipos de «sueros de la verdad”, el utilizado por el régimen militar era el pentotal sódico. Una droga que provoca en la víctima un estado de somnolencia y que reduce las barreras inhibitorias. Bajo su efecto, la persona puede hablar cosas que normalmente no diría (de ahí el nombre de suero de la verdad). El problema es que el efecto de ese suero es poco confiable, ya que la víctima puede tener alucinaciones y fantasear cosas que no son necesariamente verdaderas. Además, en algunos casos, la droga puede llevar a la muerte.

Palizas – «Ellos giraban a los presos dentro de las celdas y los empujaban contra la pared, dejando marcas de sangre por todos lados, mi marido tiene una cicatriz en la cabeza hasta hoy a causa de ello” (Cacao) – Como el propio nombre lo dice, era literalmente una paliza. El preso recibía agresiones físicas de todas las maneras posibles, entre las más violentas estaba el «teléfono”, donde el torturador golpeaba con las dos manos, en forma de concha, al mismo tiempo en los oídos del preso. Esta técnica dejaba al torturado zonzo y podía hasta estallarle los tímpanos, causando sordera permanente.

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Abusos sexuales – «Ellos usaban y abusaban. Sólo nos interrogaban totalmente desnudas, juntando el dolor de la tortura física con la humillación de la tortura sexual”. (Gilse Cosenza, ex-militante de Acción Popular, AP). Una forma cruel de tortura, ya que afecta tanto lo físico como lo psicológico. Esos abusos se sumaban a las golpizas, insultos y mucha sumisión, muchas veces además del estupro, hombres y mujeres tenían objetos introducidos en sus cuerpos.

Tortura psicológica – «Con certeza la peor tortura fue ver mis hijos entrando en la sala cuando yo estaba en la silla del dragón. Estaba desnuda, toda orinada a causa de los choques eléctricos. Cuando me vio, Janaína preguntó: ‘Madre, ¿por qué estás azul y nuestro padre verde?’. Edson dijo: ‘Ah, madre, aquí la gente queda azul, ¿eh?’. Ellos también me decían que iban a matar a los niños. Llegaron a decir de que Janaína ya estaba muerta dentro de un cajón”. Considerada por muchos como la forma más cruel de tortura. Iban desde la humillación del preso hasta amenazas de violencia contra sus familiares. Mujeres embarazadas o que tenían hijos recién nacidos, muchas veces escuchaban decir a los torturadores que nunca más los verían. Hay también relatos de hombres que eran obligados a ver los abusos sexuales contra sus mujeres.

Los órganos de represión

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«Usted, ahora, va a conocer la sucursal del infierno”. (Palabras proferidas por un oficial del ejército a Frei Tito, cuando éste era llevado hacia el interrogatorio y, consecuentemente, a las torturas)

«Decían que la tortura no era institucional, yo me entregué en la 10ª Legión militar y salí de allá encapuchada y sufriendo agresiones, entonces, todo es una gran mentira, todos sabían lo que ocurría con los presos políticos (…). En el propio cuartel, había una placa con la sigla DOI-CODI”, recuerda Cacao, sobre el día en que se entregó a la policía.

Los órganos de represión de la dictadura militar brasilera eran varios, pero vamos a atenernos a los más importantes y temidos, como el DOI-CODI. Fue en los sótanos de ese órgano donde la mayoría de los presos políticos fueron torturados, humillados y muchas veces asesinados.

El DOI-CODI, que era dirigido por el entonces Capitán Carlos Alberto Brilhante Ustra, estaba constituido por dos órganos diferentes, el Destacamento de Operaciones y de Informaciones (DOI), responsable de las acciones prácticas de búsqueda, detención e interrogatorio de sospechosos, y el Centro de Operaciones de Defensa Interna (CODI), cuyas funciones incluían el análisis de informaciones, la coordinación de los diversos órganos militares y el planeamiento estratégico del combate a los grupos de izquierda. Aunque fuesen dos órganos distintos, eran frecuentemente asociados en la sigla DOI-CODI, lo que reflejaba el carácter complementario de los dos órganos.

Ustra, en 2008, se convirtió en el primer militar en ser reconocido por la Justicia brasilera como torturador en el período de la dictadura. Durante una sesión de la Comisión de la Verdad, en 2013, el ex-sargento del Ejército Marival Fernandes declaró que el ex-comandante, era el «señor de la vida y de la muerte» del DOI-CODI y que «elegía quien iba a vivir y quien a morir».

Otro brazo importante de la represión y que causaba escalofríos en los presos era el Escuadrón de la Muerte, liderado por el delegado Sergio Fleury. El Escuadrón, que surgió en la década de 1960 en San Pablo, era un grupo paramilitar cuyo objetivo era perseguir y matar a supuestos delincuentes tenidos como peligrosos para la sociedad.

Su comandante, Fleury, era uno de los más crueles interrogadores, frecuentemente los presos interrogados por él morían durante las torturas. «Él frecuentemente contaba victorias, afirmando haber sido la persona que mató a Marighella”, cuenta Cacao.

María do Carmo fue una de las personas que enfrentó el interrogatorio de Fleury y sobrevivió. Ella cuenta que todos los interrogatorios realizados por él alternaban torturas con conversaciones. «Él me preguntaba: ¿te está gustando? ¿Quieres que te lo repita? Entonces yo decía: ¡no! Y él retrucaba, pues entonces habla. Y yo respondía: pero es que no se”.

Censura

Además de la represión violenta, había también censura. Durante la dictadura, fue enorme la censura a las producciones culturales que contrariaban las doctrinas militares. El órgano responsable de la censura, durante el régimen, era la División de Censura de Diversiones Públicas (DCDP). Para aprobar la letra de una canción, por ejemplo, era necesario enviarla al DCDP y si no era liberada por el órgano, la grabadora podía abrir un recurso a ser juzgado por los censores, que estaban en Brasilia. Ellos analizaban cómo se trataban las buenas costumbres y la crítica política contra el régimen militar.

«Ellos se creían omnipotentes, inalcanzables, lo que no era tan verdad. Yo tenía aún el control sobre lo que yo haría. Lo que ellos querían, yo lo sabia, y sólo lo diría si yo lo quisiera”, resalta Cacao.

Curiosidades

Algunos hechos curiosos ocurrieron en la época de la censura, cosas que pocas personas saben. Veamos:

Gilberto Gil hizo la composición de la canción «Aquel abrazo”, después de haber sido detenido en un carro blindado de la policía. Él pensó que sería asesinado.

Chico Buarque, cuando escribió la canción ‘Apesar de você’, lo hizo por el disgusto que sentía por la falta de libertad durante la dictadura. El cantor expresó su decepción en la canción, donde la crítica se disfrazada como si fuese una pelea entre enamorados. Al enviar la canción al departamento de censura, él imaginó que la letra sería vetada, pero terminó siendo liberada;

Después de la grabación de «Apesar de você”, los censores se volvieron bastante rígidos con Chico Buarque, que entonces pasó a utilizar también el heterónimo Julinho de Adelaide, para huir de la censura. Después del descubrimiento de que Julinho de Adelaide y Chico eran la misma persona, los censores pasaron a exigir copias de RG y CPF a los artistas.

 

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50 años del golpe militar en Brasil: la resistencia

«Pasamos a realizar con más frecuencia, los llamados discursos relámpagos, que eran una acción muy característica del PCBR; hacíamos así, en determinado lugar donde había aglomeración, que había un esquema armado, un esquema de seguridad, una persona que tuviera más facilidad de oratoria, llegaba y tenía de 30 a 45 segundos para hablar a aquella aglomeración, y decía lo que estaba ocurriendo en el país, que el país estaba en una dictadura civil militar, inclusive una dictadura que también tuvo la colaboración del gobierno americano [estadounidense], del Imperialismo americano. Teníamos que decir todo eso, sintéticamente, y sacar una conclusión como máximo en 45 segundos, porque la represión no jugaba…”

Foto: AditalQuien brinda este relato a Adital es el profesor Valter Pinheiro, otro ex-preso político, que tal como tantos otros, luchó contra la dictadura militar en Brasil. En su entrevista, Pinheiro relata, además de las torturas, algunas acciones que los resistentes practicaban para combatir al régimen dictatorial brasilero.

A diferencia de lo que ocurrió con la acción del golpe militar, el régimen en sí, tuvo amplia resistencia por parte de diversos grupos en todo el país. Partidos políticos como el PC de B, PCBR (Partido Comunista Brasilero Revolucionario), PCB (Partido Comunista Brasilero) y otros grupos formados por estudiantes, como la propia UNE (Unión Nacional de Estudiantes), la JEC (Juventud Estudiantil Católica), hicieron la resistencia ideológica y armada contra la dictadura.

De hecho, es posible afirmar, según el historiador Guilherme Diógenes, de la UFC (Universidad Federal de Ceará), que los estudiantes tuvieron gran parte de responsabilidad en la confrontación ideológica contra el régimen, muchos de ellos entraban en los movimientos bastante jóvenes y por simple curiosidad. «En aquella época yo era adolescente, estaba haciendo lo que se llamaba gimnasia en el Liceo de Ceará. Creo que estaba en el séptimo grado. No tenía en ese período, en ese comienzo, en el 64, no tenía una vivencia política. Estudiaba en el liceo y me involucré en algunas actividades, porque en aquella época el Liceo era un colegio que fomentaba manifestaciones, entonces yo iba a esas manifestaciones, más por la movilización, por la curiosidad (…) mi participación más activa, ya con una comprensión de lo que realmente significaba aquel golpe y partir hacia el combate de militancia fue cuando entré en la facultad…”, revela el profesor Pinheiro.

Además de la resistencia ideológica, realizada en gran parte por los movimientos estudiantiles, otros grupos también protagonizaron la resistencia contra los militares, entre ellos se destacan el MR8 (Movimiento Revolucionario 8 de octubre), los movimientos sindicales, las ligas campesinas, etc.

El movimiento estudiantil

«Los jóvenes entraban armados en nuestro colegio, en esa época hombres y mujeres estudiaban en colegios separados, entonces ellos entraban, hacían sus discursos y a la salida nosotros íbamos escoltándolos, como escudos humanos…” (María do Carmo Serra Azul, Cacao)

El movimiento estudiantil realmente fue el mayor contrapunto ideológico en aquella época de la dictadura. Incluso después de ser prohibida, el 27 de octubre de 1964, la UNE, actuando en la clandestinidad, promovía manifestaciones, acciones de panfleteo y comicios en todas las grandes ciudades del país.

«(…). Yo me involucré en un grupo que había en la Facultad llamado Guardia Roja, que, a pesar del nombre, no tenía nada que ver con la Guardia Roja de China (…). Con el paso del tiempo vinieron militantes más experimentados, con una formación política más sólida, y ese grupo pasó a denominarse MCI (Movimiento Comunista Internacional), entonces nuestra actividad no fue más de simple estudio y preparación teórica, ya nos ocupábamos de la publicación de obras, actividades de panfleteo en puerta de fábrica, e inclusive, la cuestión de la publicación de obras de autores marxistas, en aquella época había un número muy reducido de librerías que vendían obras de autores marxistas”, relata Pinheiro.

El auge de las protestas se produjo después de la muerte del estudiante Edson Luís de Lima Souto, asesinado por la Policía Militar, el 28 de marzo de 1968, durante una confrontación en el centro de Río de Janeiro. Edson Luís entró en la historia de manera trágica, fue el primer estudiante muerto oficialmente por la dictadura militar.

La muerte del joven marcó el comienzo de un año turbulento y de fuertes movilizaciones contra el régimen dictatorial. Cientos de carteles fueron pegados en Cinelandia, con frases como «¿Bala mata hambre?», «Los viejos en el poder, los jóvenes en el cajón» y «Mataron a un estudiante. ¿Y si fuese tu hijo?».

El 26 de junio del mismo año, ocurrió la manifestación que quedó conocida como la Marcha de los 100 mil, en alusión al número superior a 100 mil personas que participaron en la protesta, realizada también en Cinelandia, centro de Río de Janeiro. La Marcha se hizo como consecuencia de la muerte de Édson Luis y se convirtió en una de las más significativas protestas en el período dictatorial brasilero.

Foto: Reprodução

La lucha armada

Para Carlos Marighella, uno de los organizadores de la resistencia al régimen militar, llegando a ser considerado el enemigo número 1 de la dictadura, las acciones urbanas servían para causar una tensión política. En el libro ‘Manual del Guerrillero urbano y otros textos’ él afirma que esa tensión sería alcanzada «llevando la inseguridad y la incertidumbre a las clases dominantes, desgastando y desmoralizando a las fuerzas militares de los gorilas”.

Después de la prohibición de la UNE, muchos líderes estudiantiles migraron hacia otros grupos y partidos políticos. Algunos de esos grupos eran parte de sectores más radicales de la izquierda política, y fue de allí que surgió el combate armado, aunque en forma clandestina.

Las acciones se dieron tanto en las ciudades como en el campo. La parte urbana hacía acciones, como asaltos a bancos, secuestros de diplomáticos y atentados contra autoridades y unidades militares.

El secuestro del embajador estadounidense

Foto: Jornal do BrasilUna de las acciones más exitosas fue el secuestro del embajador estadounidense, Charles Burke Elbrick, realizado por el MR8 en cooperación con la ANL (Alianza Nacional Libertadora). El objetivo del grupo, en el cual participó Fernando Gabeira, escritor, periodista y ex-diputado federal por Río de Janeiro, era exigir la liberación de 15 presos políticos y su amnistía hacia México. La acción, que se convirtió en un libro y posteriormente en un filme, fue muy exitosa y consiguiendo la liberación de todos los presos solicitados.

Acciones en el campo

De todas las acciones ocurridas en el campo, la más conocida fue la Guerrilla del Araguaia. A pesar del nombre en singular, ‘Guerrilla’, no fue sólo una, sino una serie de guerrillas ocurridas en la década de 1970.

El movimiento, organizado por el PC de B (Partido Comunista de Brasil), pretendía combatir al gobierno militar e implementar el comunismo en Brasil, iniciando el movimiento en el campo. En su mayoría estudiantes, profesores y profesionales liberales, los guerrilleros se establecieron en una región de frontera entre los Estados de Goiás, Pará y Maranhão, en las márgenes del río Araguaia-Tocantins.

Los integrantes de la Guerrilla discutían las reivindicaciones de interés de los habitantes locales, estimulando la consciencia política de la población y buscando apoyo. Además, también promovían entrenamientos de guerrilla.

Foto: ReproduçãoEn 1971, el Ejército brasilero descubrió la localización del núcleo guerrillero, haciendo a partir de ahí tres embestidas contra los rebeldes. Tomados de sorpresa, muchos se refugiaron armados en la floresta, ofreciendo resistencia hasta marzo de 1974.

Se estima que participaron alrededor de 78 guerrilleros, cuya mayor parte se dirigió a aquella región alrededor de 1970. Entre ellos estaba el ex-presidente del Partido de los Trabajadores (PT), José Genoíno.

Combate cultural

Hoy es usted el que manda

Dijo, está dicho

No hay discusión

Toda mi gente hoy anda

Hablando bajito

Mirando al suelo, vio?

Usted que inventó este estado

E inventó el inventar

Toda la oscuridad

Usted que inventó el pecado

Se olvidó de inventar

El perdón

(…)

Cuando llegue el momento

Todo el sufrimiento

Cobraré seguro, juro

Todo ese amor reprimido

Ese grito mordido

Este samba en lo oscuro

Usted que inventó la tristeza

Tenga hoy la fineza

De desinventar

Usted va pagar y bien pagada

Cada lágrima brotada

Desde mi penar

(…)

[A pesar de usted – Chico Buarque de Holanda]

Durante la dictadura militar en Brasil, artistas, periodistas y otros sectores de la cultura nacional sufrieron la censura aplicada por los militares. A pesar de eso, muchos enfrentaban las consecuencias y publicaban obras que iban en contra de los intereses de los militares.

Gran parte de las personas que enfrentaron la censura fueron detenidos o exilados, y sus producciones sumariamente censuradas. Sin embargo, con mucha creatividad, algunos de esos artistas conseguían publicar sus trabajos, repletos de doble sentido, que pasaban desapercibidos a los censores, como es el caso de la canción destacada en este reportaje, de Chico Buarque. Además, muchos de ellos, ya conocidos por el régimen, utilizaban heterónimos, o sea, publicaban con el nombre de otras personas para huir de una fiscalización más rígida.

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50 años del Golpe Militar en Brasil: la búsqueda de justicia

«Recuperar la memoria, no con el objetivo de recordar el pasado, sino para evitar que retorne.” (Eduardo Galeano)

Casi 30 años pasaron desde que el país finalmente se vio libre de la dictadura militar y de los abusos perpetrados por ese sistema de gobierno. Desde que la sociedad civil, conjuntamente con personas famosas del medio artístico y político, salió a las calles para pedir el fin del régimen militar y elecciones directas para presidente, vivimos en una democracia.

La dictadura dejó un saldo muy alto de muertos y desaparecidos. Además, muchas personas fueron torturadas y exiliadas del país. Con el propósito de investigar esas graves violaciones de los derechos humanos cometidas durante la época del régimen militar brasilero fue instituida, el 16 de mayo de 2012, la Comisión Nacional de la Verdad (CNV). Sin embargo, esa Comisión, creada por la Ley 12528/2011, ha recibido críticas, principalmente de las víctimas de la represión.

«Esa Comisión de la Verdad, para mí, es una farsa, fue formada por la presidente [de la República] Dilma para dar una satisfacción a los organismos internacionales de derechos humanos, pero ella no jugó pesado, inclusive nombró a gente de la derecha en esa comisión. Entonces, hay gente hasta del PSDB, hay un juez que nunca compareció a una reunión. (…). Comienza por el plazo de que la Comisión tiene dos años para apreciar procesos de décadas. Para mí esa Comisión fue una farsa. El propio nombre ‘memoria y verdad’, y para ahí. Porque sólo queda este año de 2014 para concluir sus trabajos y no va a pedir el castigo de nadie. Por esa Comisión no se llegará a la etapa de la justicia. (…). Los comités sí tienen una función muy importante y, en mi opinión, ellos deben ir más allá que esa Comisión. Terminados los trabajos, en mi opinión, los Comités deben continuar insistiendo por que se haga justicia”, afirma Valter Pinheiro, ex-preso político y miembro del Comité de Memoria, Verdad y Justicia del Estado de Ceará.

De hecho, según Lúcia Alencar, también miembro del Comité, la CNV fue creada y gestada para tratar sólo los casos de tortura y abusos conocidos, para que esos casos no sean olvidados, «La Comisión Nacional de la Verdad no tiene carácter punitivo, fue pensada y gestada de esa forma, pero, en su informe final, la CNV va a hacer algunas recomendaciones en relación con la cuestión de la justicia, porque eso es importante para nosotros (comités), para la continuación de esta lucha, y eso fue aceptado en una reunión realizada entre comités y la CNV a comienzos del año”.

Foto: ReproduçãoLúcia, que es sobrina de Frei Tito de Alencar, sacerdote y ex-preso político cruelmente torturado, que alcanzó notoriedad en Brasil por su lucha contra la dictadura, y por la forma como falleció en el exilio –informaciones oficiales divulgan que Frei Tito cometió suicidio a causa de los impactos psicológicos de las torturas sufridas- afirma que, después del fin de la CNV, el trabajo va a continuar mediante los Comités Estaduales y Municipales, inclusive con carácter de justicia. «Esas recomendaciones en los informes son muy importantes para nosotros, es muy importante el apoyo del Estado en esta cuestión”.

A pesar de las críticas, Lúcia avisa que, aún sin el carácter punitivo, no hay como negar que el Estado ya realizó algunas acciones en la cuestión de la justicia, como el trabajo de la Comisión de Amnistía del Ministerio Público (MP), que, según ella, ha feito uno de los mejores trabajos hoy en Brasil, en el sentido de justicia de transición. En el carácter reparador. «Hay, inclusive, un movimiento del Ministerio Público de San Pablo, que tomó la delantera en esas acciones, y, actualmente, ya tiene alrededor de nueve acciones de búsqueda y la detención de torturadores. Todavía no hay orden de detención, pero ya hay un pedido en trámite en el Ministerio, a pedido de la familia de los torturados y de un sector de derechos humanos del propio MP. Entonces, mucho se habla de Dilma Rousseff, pero tenemos que recordar que, a pesar de que ella está en la Presidencia de la República, no es sólo ella y su grupo político el que gobierna al país, tenemos ahí, todavía, a las oligarquías, las familias, las grandes empresas, y eso le genera una presión enorme. Yo también creo que ella podría haber avanzado un poco más, ya que tenemos un gran apoyo popular, pero desgraciadamente eso no fue posible y la presión es muy grande.”

La única decisión ya tomada, en el aspecto de castigo fue el caso del pago de una indemnización, por parte personal del coronel Brilhante Ustra. «Él tendrá que pagar esa indemnización de su bolsillo, de su persona. Eso es inédito en Brasil”, revela Lúcia.

Además de esos grupos citados por ella, es posible destacar también otro gran problema para la identificación de las personas responsables de los delitos de tortura durante la dictadura: mucha gente que participó en esos delitos todavía está viva. Existe una presión muy fuerte de la sociedad civil, que también participó en la dictadura, y no quiere ver sus nombres relacionados con las investigaciones. «Sabemos que el Congreso Nacional es la gran casa del lobby brasilero, entonces, hay mucho juego de intereses por detrás de todo. Aquí en el Estado de Ceará, por ejemplo, el comando de caza a los comunistas tenía a un empresario financiando las actividades, esa gente no quiere ser vinculada a esos episodios. Además, está nuestro atraso político, que es una cosa triste, uno habla de las cuestiones y es tachado de comunista. Es una gran ignorancia, digámoslo así. Entonces, es un proceso lento, muy lento, voy hasta repetir a los militares, es un proceso lento y gradual.”, bromea Lúcia

Los Comités

Los Comités Municipales y Estaduales tendrán una gran responsabilidad en la lucha por justicia. Con el fin de la CNV, prevista para diciembre de 2014, serán ellos los responsables de buscar un castigo para los autores de delitos contra los derechos humanos. En Ceará, por ejemplo, existen dos y hay la posibilidad de ser creado otro.

Entre las acciones realizadas por los Comités están las de educación. «Son las acciones en las escuelas, lo priorizamos bastante, porque sabemos que es en esta franja etaria donde existe la mayor desinformación en relación con aquel período del país, entonces jugamos todas nuestras fuerzas en la Enseñanza Fundamental superior y Enseñanza Media, y prioritariamente en la red pública de enseñanza.”, explica Lúcia Alencar.

Ella destaca otras acciones realizadas por los Comités en conjunto con la CNV, como es el caso de los ‘Sitios de la Memoria’, que son aquellos espacios donde ocurrían las torturas. Stella Maris, de la Comisión de Acceso a la Justicia del Comité de Memoria, Verdad y Justicia de Ceará completa, relatando que, en Fortaleza, capital de Ceará, ya hay una experiencia en esto, que es la Secultfor (Secretaría de Cultura de Fortaleza), donde, en la década de 1970, funcionaba la Delegación de la Policía Federal. Allá, hay un espacio reservado para el memorial de la resistencia.

«Existe también el memorial Frei Tito, en el Museo de Ceará, que es el primer memorial del país en tratar la cuestión de la memoria y de la verdad de la dictadura militar, dentro de un equipamiento del Estado. Es un espacio donde hay una cantidad de visitas de cerca de 4 mil jóvenes por mes, y a partir de la imagen de Frei Tito hay una discusión acerca de este asunto.”, explicó la sobrina del ex-preso político.

Según Stella, los trabajos de concientización histórica por parte del Comité no paran aquí. «Hay, inclusive, uno muy interesante, que fue realizado por la Comisión de Acceso a la Justicia. A lo largo de dos años, se gravaron declaraciones de ex-presos políticos, relatando cómo ocurrían las torturas, cómo eran los lugares donde se realizaban esas torturas, la represión y la persecución, ese material fue enviado a la CNV, con el objetivo de que, durante este año, los declaraciones sean televisadas”.

Cultura

Para recordar los 50 años del golpe militar en Brasil, varios filmes que hablan sobre el tema están siendo transmitidos, tanto en eventos como en canales de televisión.

La Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) realizó, entre los días 17 y 21 de marzo, el evento «Cine, Literatura y Memoria: el Golpe de 1964 y las dictaduras en América del Sur”. El evento, que también contó con discusiones acerca del tema después de las exhibiciones de cada filme, tuvo el objetivo de promover la reflexión sobre la experiencia de las dictaduras en América del Sur, en particular en Brasil, a partir del análisis de la producción cinematográfica y literaria relacionada con el tema.

El Canal Brasil también recuerda la época con una serie de filmes, exhibidos entre marzo y abril. Las exhibiciones comenzaron el último 26 de marzo y se extienden hasta el 6 de abril, siendo transmitidos 10 filmes en total.

En la página de Facebook ‘Historia, Memoria y Cine – Filmes completos’, también es posible encontrar varios filmes sobre el tema. En la fan page, cualquier persona puede agregar un filme. Hay inclusive una lista con 50 películas seleccionadas para recordar los 50 años del golpe militar, de esos 50, 43 tienen links para verlos completos por internet.

http://site.adital.com.br/site/noticia.php?lang=ES&cod=79994

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