Brasil: 30 años del MST y el odio de los medios de comunicación – Por Altamiro Borges

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La semana pasada, el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra, MST, celebró 30 años de lucha.  Los medios de comunicación «privados» -en los dos sentidos de la palabra- simplemente omitieron este importante acontecimiento histórico.  Algunos periódicos, como el oligárquico Estadão, que nació vendiendo anuncios de trabajo esclavo en el siglo pasado y siempre ha sido un enemigo acérrimo de las movilizaciones sociales, incluso publicó un editorial con sus viejos ataques contra el MST.  Los medios impresos alternativos, con sus escasos recursos -el gobierno prefiere colocar sus anuncios en los medios de comunicación de los grandes agricultores – destacaron la larga y exitosa trayectoria de este movimiento social y plantearon con seriedad sus retos a futuro.

Vale destacar la entrevista a João Pedro Stédile realizada por los periodistas Igor Carvalho y Glauco Faria, de la Revista Fórum Digital.  Los autores señalan que hay varias razones para celebrar el aniversario.  «Con presencia en 23 estados además del Distrito Federal, y más de 900 asentamientos que albergan a 150 mil familias, el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra cumplió 30 años en esta semana.  Creado en enero de 1984, en un encuentro nacional que reunió a 80 trabajadores del campo en Cascavel (Paraná), el movimiento realizó a lo largo de su historia más de 2500 ocupaciones, creo 2000 escuelas en los asentamientos y entre otros logros se destaca el acceso al crédito para la producción.»
En la entrevista, el miembro de la coordinación nacional del MST da una visión general del movimiento y señala los retos a futuro de la lucha por la reforma agraria en Brasil.  João Pedro Stédile afirma que es necesario actualizar esta bandera de lucha, como resultado de los cambios en el campo, en los últimos años.  «El capital está adoptando un modelo de explotación de la agricultura llamado agronegocio.  En este modelo, hay una nueva alianza entre las clases dominantes, que agrupa a los grandes propietarios de tierras, empresas transnacionales y medios de comunicación burgueses.  Ellos utilizan todos sus instrumentos, como el Poder Judicial y el Congreso, para defender su propuesta, desmoralizar la reforma agraria y toda la lucha social en el campo».
«Hubo un cambio, en los últimos años, en nuestro programa agrario y creamos lo que llamamos la propuesta de reforma agraria popular.  En el período anterior, dominado por el capital industrial, existía la posibilidad de una reforma agraria de tipo clásico, que representaba la democratización de la propiedad de la tierra e integrar a los campesinos en el proceso.  Pero ahora, la economía mundial está dirigida por el capital financiero e internacional.  En el campo, este modelo implementó el  agronegocio, que excluye y expulsa a los campesinos y la mano de obra del campo.  Ahora, no sólo basta con distribuir la tierra, porque el proceso en curso es de concentración de la propiedad de la tierra y la desnacionalización».
Stédile también critica el ritmo actual de las expropiaciones de la tierra.  «En el gobierno de Dilma, este proceso está totalmente paralizado, como resultado de una correlación de fuerzas más adversas, por la base social y política que conforman el gobierno, y una impresionante incompetencia operativa de los sectores que constituyen el gobierno».  Para él, la lucha por la tierra pasa hoy, más que nunca, por profundos cambios políticos en el país.  Él aboga por la urgencia de la reforma política, el fin del financiamiento privado de las campañas electorales y el fin del monopolio de los medios de comunicación.  Sin superar esos obstáculos, entre otros, la reforma agraria no avanzará en el país.
La próxima semana, más de 15 mil líderes sin tierra se reunirán en Brasilia en un congreso que definirá los pasos a seguir en la lucha por la reforma agraria y el cambio político en el país.  Los medios de comunicación «privados», que hasta ahora tiene un silencio casi absoluto por los 30 años del MST, hasta podrían informar sobre el encuentro.  Pero tienden a seguir la línea reaccionaria del editorial del Estadão publicado el pasado martes (21).  Para el periódico, que no oculta sus vínculos con los grandes agricultores, el movimiento «se enfrenta a una grave crisis de identidad» y tiende a desaparecer.  El editorial elogia el agronegocio, «la gallina de los huevos de oro de la economía nacional», y condena el «sesgo ideológico», socialista del MST.
En la práctica, el texto confirma la tesis de Stédile, de que la reforma agraria en el país sólo avanzará con el fin del latifundio en los medios de comunicación. (Traducción ALAI)
– Altamiro Borges, periodista brasileño, es Presidente del Centro de Estudos da Mídia Barão de Itararé

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