Por encima de la izquierda o la derecha -Por Franchesca Mata
Algunas personas creen que están por encima del bien y el mal, o más bien, por encima de la izquierda y la derecha en cuanto al tema electoral y por eso piensan que no vale la pena ir a votar. Ninguno, ni licuados, ninguno de los candidatos a la presidencia de nuestro querido paisito llenan sus grandes expectativas. De acuerdo, quiero decirles que ni las mías. Pero, ciertamente, alguno me ha decepcionado más que otros y por eso como lo digo literal e ideológicamente, mi corazón sigue estando a la izquierda.
Cuando estamos a unos días de decidir dejar hacer, dejar pasar o hacer algo para incidir minimamente en ello, me preocupa escuchar a más de una decena de personas con capacidad crítica decir que están cansados de los mismos cuentos. Que probablemente por ser esta la segunda vez que puedo ir a votar en elecciones presidenciales, sigo así: ilusa y pensando que los políticos van a resolver mis problemas.
Pues a mi edad y desde hace varios años atrás, soy consciente que ningún político, va a resolver MIS problemas: sí quiero estudiar, vestir y alimentarme debo trabajar todo el día, todos los días necesariamente. Qué si quiero paz en las calles debo empezar por no gritarle groserías a aquel que se me atraviesa porque es un abusivo y que debo tener la cortesía de ceder el paso. Qué no puedo asustarme de tanta violencia social, sí en mi casa no controlamos nuestros caracteres y queremos resolver las cosas gritando. En fin, he aprendido que los cambios empiezan en uno mismo, estoy más que convencida que sí queremos un cambio social, debemos empezar por cambiar individualmente.
Otra de las cosas sobre las cuales tengo pleno convencimiento es que sí bien es cierto, y como era de esperarse, este gobierno no era el hada madrina que muchos estaban esperando; sin embargo, sí ha realizado cambios que aunque mínimos e insuficientes han abonado más que a la utopía y a la esperanza, a cambiar de forma real la vida de miles de personas.
Quienes no comparten mi opinión, probablemente nunca han pasado o se han puesto en el lugar de una madre que no tiene para dar la cuota voluntaria que exigían en los hospitales, o que no ha visto a su hija o hijo ir la escuela muriendo de hambre porque la pobreza ha sido tanta que no hay “ni para un vaso de leche”. Tampoco se han puesto en el lugar de las cientos de personas que por años fueron ninguneadas y burladas con la falsa promesa de que algún día tendrían un título legítimo sobre la propiedad en la que vivían.
Pero sí, nunca hemos estado en alguna de esas circunstancias; seguramente sí sabemos que hubo, hace no muchos días, un gobernante que nos prometió construir aquel bulevar Diego de Holguín y que nunca lo hizo, ni nos rindió cuentas por ello. También sabemos que existieron dos gobernantes –del mismo partido político, por cierto- que sin más nos hicieron “el favor de nuestras vidas” siendo duros y luego súper duros con la violencia, en vez de resolver aunque sea un poco algunas de las causas estructurales que la causaron (pobreza, hambre, exclusión, etc.)
Pues bien, las personas, que creen que no votar o anular su voto es lo ideal, porque da igual, porque cualquiera de los candidatos que gané no nos va a sacar de donde estamos, deben de saber que sí todo les da igual, no están haciendo bien las cuentas porque ciertamente no es lo mismo que un partido acuse a un presidente por aceptar 3 milloncitos siendo en ese momento una persona de la sociedad civil a qué un ex presidente de ese mismo partido acepte haber recibido 15 ó 20 milloncitos siendo funcionario público sin comprobar a donde fueron a parar esos costalitos de dinero, tampoco es lo mismo pagar 1 ó 2 dólares por acceder a ser atendido en un hospital a no pagar ese par de dólares que nos servirán para alguna otra cosa. Por eso no es lo mismo ir o no ir a votar, ni ir a votar por la derecha o votar por la izquierda. Recordemos que, como decían por ahí, aunque vos no te metás en política, la política ¡sí se mete con vos!
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