Los rumores de La Haya -Por Raúl Sohr
Conforme se acerca el día (lunes 27 de enero) y la hora (11 AM) de la lectura del fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), crece la tensión y aumentan las especulaciones. En Chile, el Gobierno ya prepara al país para un resultado ingrato.
¿Hay algo que el ex Presidente peruano Alan García sabe y le permite llamar a embanderar Lima? La sospecha, como es natural, es que se filtró información sobre el inminente fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya.
Frente a esta especulación, la línea oficial de los gobiernos de Santiago y Lima es que nada se sabe, ni se sabrá, hasta el lunes 27 de enero a las 11 AM. Entonces el máximo tribunal intencional, ante el cual no hay apelación, dictaminará qué territorios marinos quedarán en manos de Chile o Perú.
Conforme se acerca el día y la hora crece la tensión y, cómo no, aumentan los rumores. Si de precedentes se trata el más cercano es la disputa dirimida por la CIJ entre Colombia y Nicaragua. En dicho caso el secreto fue total. A tal punto que Bogotá recibió el fallo como un balde de agua fría y el Gobierno del Presidente Juan Manuel Santos fue tomado por sorpresa. El veredicto le significó una caída en picada de su popularidad perdiendo decenas de puntos en las encuestas.
Esta experiencia habría llevado a la CIJ, según lo señala un alto diplomático de la Academia Andrés Bello de la Cancillería chilena, a considerar la conveniencia de emitir algunas señales anticipadas. Así habrían trascendido algunas líneas gruesas del fallo aunque sin precisar los detalles. Sobre esta información descansaría el triunfalismo de García. Para un político con ambiciones de volver a la Presidencia, y que llevó a Chile ante La Haya, sería un error costosísimo elevar las expectativas para concluir en un fallo negativo.
En el caso de Chile, la narrativa del Gobierno llama a la prudencia. Más aún se resta importancia y relativiza la importancia de los territorios marítimos en disputa.
No se puede escapar a la conclusión de que el Gobierno del Presidente Sebastián Piñera prepara al país para un resultado ingrato. Ello explica que la Cancillería ni siquiera hable de pesca sino que apenas de la anchoveta destinada a la harina y aceite de pescado. Es revelador que el canciller Alfredo Moreno enseñe transparencias y entre a detallar dónde se sitúan los mejores sitios de pesca. Ellos están cerca de la costa, el 84 por ciento de las capturas se obtienen en las primeras 20 millas. A esa distancia, la profundidad del océano aumenta en forma drástica y en consecuencia disminuye la pesca. Estas explicaciones tienen sentido si se piensa que Chile perderá una parte de lo que hasta ahora ha constituido su Zona Económica Exclusiva.
Y ello implica que la frontera ya no será, como ahora, determinada por una línea recta como un paralelo sino que será, como lo postula Lima, una línea bisectriz que se interna desde las costas peruanas hacia el sur.
Lo que al parecer no está claro es desde dónde partiría dicha línea. Ello podría ser desde el Hito 1, desde el punto 266, como lo reclama Perú, o desde mar afuera a 12 millas o más aún.
En definitiva, la CIJ es soberana y podrá fallar ajustada a la interpretación del derecho que a sus jueces le parezca pertinente.
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