Tras Intensos cierres de campaña, Chile se prepara para elegir presidenta este domingo
Dos actos de cierre en los que las candidatas a la Presidencia mantuvieron el «momentum» de mayor intensidad evidenciado en el último debate televisivo dieron la partida al período de espera de 48 horas, antes del balotaje que decidirá este domingo quién será la próxima ocupante de La Moneda.
En Santiago, la postulante de la Nueva Mayoría, Michelle Bachelet, evidenció mayor dureza en su discurso. Apuntó dardos contra el actual Gobierno, al que acusó de desplegar un «activo esfuerzo» para «atacar nuestras propuestas y culparnos de los problemas económicos», y de no colaborar a construir «una buena política» en el país.
Al mismo tiempo, junto con enfatizar que Chile está «maduro» para enfrentar cambios, se apoyó en la ventaja que la coalición opositora muestra en el Congreso tras las últimas parlamentarias. «Tenemos las ideas, tenemos la fuerza en el Parlamento y en los Consejos Regionales», desafió.
En Temuco, la aspirante de la Alianza, Evelyn Matthei, arreció en sus emplazamientos contra la opción de centroizquierda. En ese plano, advirtió sobre los intentos opositores de «derribar esta casa» y de intentar cambiarlo todo, incluyendo la Constitución, «para parecerse a Venezuela».
También reforzó su mensaje dirigido a la clase media, a la que prometió «cambios «revolucionarios», e insistió en que las demandas y necesidades de este sector serán el «principal foco» de un eventual gobierno encabezado por ella.
El riesgo de la abstención
Junto con los últimos disparos públicos de la campaña, ambos comandos se preparan a desplegar sus postreros movimientos estratégicos.
Desde el flanco de la Nueva Mayoría, cuyos partidarios dan por descontada la victoria, se multiplican los llamados a votar para evitar el fantasma de una prevista baja participación en los comicios.
El comando de la aspirante oficialista, quien reconoció este jueves que vencer en el balotaje sería «un milagro«, apuesta a llevar a su gente a votar a través de la fórmula «1 + 1». Ello implica que cada partidario se comprometa a llevar a otro votante -parientes, amigos o personas cercanas- ante las urnas con el horizonte de mejorar el desempeño de Matthei en primera vuelta, cifrado en poco más de 25%.
El propio ministro del Interior, Andrés Chadwick, mostró su preocupación sobre ese resultado y planteó el fin de semana pasado, en una entrevista concedida al diario «El Mercurio», que el Ejecutivo vería con agrado «que el respaldo al Gobierno -superior a ese porcentaje, según encuestas- no sólo sea endosable, sino superable por Matthei».
Mientras se mantiene la incertidumbre sobre el grado de participación ciudadana que mostrará un balotaje efectuado en pleno ajetreo navideño, la encuesta más reciente, elaborada por Ipsos-Usach, estimó que Bachelet podría obtener entre 63,7% y 66,3% de los votos. La postulante de la Alianza llegaría, según el sondeo, a entre 33,7% y 36,3%, es decir, el histórico «tercio» asignado a la derecha en la tradición política chilena.