Diane Rodríguez Zambrano, referente GLBTI en Ecuador: «Este año hemos ganado más terreno que el que los políticos nos pudieron haber dado»

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La presidenta de la Asociación Silueta X evalúa al 2013 como un año de posicionamiento del discurso en favor de grupos GLBTI. Expresa que no le disgusta que la llamen por su antiguo nombre, Luis Benedicto, ya que es una manera de que su activismo sea conocido.Se autocalifica como transfeminista y activista común. La lucha pública de Diane Rodríguez Zambrano comenzó en 2008 cuando fue despedida de una empresa hotelera por participar de una campaña sobre VIH.

“Creo que fue la primera vez que salí en televisión. Al día siguiente debía entrar al hotel y llamaron para decirme que fuera a Recursos Humanos. Me dijeron que había sido seleccionada de una lista de 20 personas para salir del trabajo. Otra compañera trans también fue despedida. No fue coincidencia”, recuerda.

Rodríguez interpuso una queja ante la Defensoría del Pueblo alegando que el hotel la había discriminado por su orientación sexual. Si bien la acción no tuvo éxito, este fue el primer paso de la activista por la reivindicación de la comunidad GLBTI. En 2013 la meta de Rodríguez fue llegar a la Asamblea y aunque no lo logró considera que su candidatura posicionó a la diversidad en la escena política del país.

¿Cómo cataloga la lucha de los grupos GLBTI durante el año?
Hemos ganado más terreno que el que los políticos nos pudieron haber dado. El discurso GLBTI ya está posicionado y está cayendo en la realidad. Tenemos además un acercamiento con el Presidente y hemos generado compromisos.

Hay un hito importante este año. Un candidato presidencial (Pastor Nelson Zabala) fue denunciado por ustedes. ¿Cómo valoran que un candidato fuera amonestado moral y socialmente?
Creo que fue un avance emblemático y que tuvo una eficacia en el proceso. Analizando el contexto, se había presentado este señor con un discurso acosador y peyorativo contra la diversidad sexual. Dijo cosas sobre  mí como “esa señorita que no es señorita; es un hombre que se viste de mujer”.  Si  él tiene esa definición, perfecto, pero  no la puede emitir en un medio de comunicación porque su opinión origina discriminación.
Él perdió las elecciones y ustedes también, ¿qué implica en el desarrollo político del país que dos candidaturas extremas no hayan logrado  aceptación?  
Es un proceso y  yo no esperaba ganar porque estaba tercera en la lista. Es más, me  cuestionaba qué pasaría si llegase a ganar, cómo haría para abandonar mis luchas, no sabía si el cargo me iba a permitir seguir en la Asociación.

¿Lo hizo más como un activismo, para sentar un precedente?
Sí, era  un posicionamiento. No trataba de ser pionera sino de posicionar la temática. Cuando lo hice me sentí identificada con Matilde Hidalgo de Procel, aunque ella es una mujer espectacular y no le llego a los tobillos.

¿En qué se diferenció su postulación frente a otras como la de Óscar Ugarte?
La candidatura de él no era abiertamente. Él no dijo “yo soy un candidato homosexual”. Algunas personas me dicen que estuvo mal que haya estigmatizado mi candidatura, que dijera ‘soy transexual’, y que eso era utilizar mi cuerpo. Yo soy lo que soy y si me toca usar mi cuerpo como plataforma política lo hago con tal de reivindicar derechos. Si toca desnudarme y que vean cómo soy, lo haré para que el resto de poblaciones no vivan lo que yo he vivido. La imposibilidad de vivir como una persona transexual nos ha relegado a hacer trabajos sexuales y artesanales. Yo fui prostituta, no lo niego ni me da vergüenza. El hecho de renegar de uno de los dos empleos no nos lleva a ningún lado. La lucha realmente implica que se abra el abanico de oportunidades. Los profesionales homosexuales lo tienen abierto hasta que no se invisibilizan, porque cuando lo hacen en la mayoría de los casos las empresas los botan, no por el tema de la orientación sexual sino por otros motivos. Siempre dicen que es por recorte de personal.

¿En qué momento Diane Rodríguez adquiere conciencia de que su cuerpo y condición es un arma para la defensa de los derechos?
En el momento que fui candidata. Algunos compañeros de Ruptura 25 me decían que tratara de no usar un discurso estigmatizante, un discurso que me victimizara, pero yo les decía que la idea no era victimizarme, sino usar lo que soy políticamente. Les dije: ‘no voy a pasar desapercibida’, porque por algo aposté a esto. Eso sí, sabía que si llegaba a la Asamblea  tenía que dejar cosas de las que vivo enamorada porque hacer activismo no es lo mismo que hacer política.

¿El cuerpo puede ser una herramienta política?
Exactamente, porque no me victimizo, sino que me utilizo. Mi cuerpo es una herramienta para decir que yo existo, que soy parte de esta sociedad. Si mis compañeras no quieren desnudar su vida, sus momentos íntimos porque la gente no las conoce, yo tengo que hacerlo para que la gente se dé cuenta de eso y nos acepte.

¿Hubo diferencias en la campaña con las de los otros candidatos de Ruptura 25?
En la candidatura surgieron cosas que no compartíamos. Una de estas fue el corte de cabello que hicieron mis compañeras trans. La molestia de la diversidad sexual es que se veían propagandas, pero no me sacaban a mí. ‘¿Por qué no sales?, me decían’. Trataba de decirles que eran cuestiones del  movimiento, además era nueva en esto y no sabía cómo eran las cosas, cómo funcionaba la inversión para los candidatos. Las compañeras trans entonces dijeron que iban  a organizar un corte de cabello para que me conocieran, y no les podía decir que no.  Yo no estoy en posición de cuestionar lo que ellas crean  que es mejor porque  son las bases comunitarias.

¿Por qué la sexualidad es -en la práctica- un prurito moral en la lucha política?
Eso se debe a la cultura que heredamos. Si nos remontamos al pasado, ese tabú no tiene que ver con nuestras raíces. Es una cultura mudada a Latinoamérica, que se posicionó con el tiempo.

Pero en el sector indígena la homosexualidad es penada…
Habría que analizar si hay  interacción entre el movimiento GLBTI y la ciudadanía indígena, si no lo hay se genera el rechazo. En un estudio que hizo una organización de Quito sobre el proyecto transgénero se  encontró a un grupo de enchaquirados. Este es un grupo transexual de indígenas en el sector  Engabao (Playas), que pasó de generación en generación. En este sector, en la época incaica, había un hombre que se vestía con chaquiras y que estaba junto al emperador y tenía la misma  importancia que la mujer.

Han ocurrido muchos éxitos simbólicos para la comunidad GLBTI como el hecho de que el Alcalde de París sea abiertamente homosexual. ¿Qué hace falta para que simbólicamente la gente entienda que es una realidad y que se genere un mayor nivel de tolerancia?     
Hacen falta más  leyes a favor de la diversidad. La mayoría de las personas actúan de manera conductual. Con la resistencia viene la aceptación de las leyes, se regula el proceso y pasa a ser normativo. Falta además mayor visibilización; sé de mucha gente de TV que es  parte de la diversidad y no lo acepta.

Sobre la reunión con el Presidente, argumentaban en redes sociales que él no ha aceptado el matrimonio homosexual y que ustedes no han alcanzado nada, ¿qué dice al respecto?
Con el señor Presidente llegamos a acuerdos para investigar el asesinato de transexuales y estamos hablando de derechos y ponderación de derechos. Si analizamos esto: una boda en relación con el asesinato de un GLBTI, ¿qué prepondera más? El tema del matrimonio se lo va a hablar en otras reuniones, no era el momento más oportuno, había temas más urgentes como  la vida de las personas, la salud y el empleo. Creo que alcanzamos a decirle al Presidente de la República: esta es mi realidad, usted no me conoce y ahora se la estamos contando.

¿Por qué no se reúnen con el Alcalde de Guayaquil?
(Se ríe con fuerza) Ni hago el esfuerzo porque durante seis años hemos tratado de pedirle permiso para salir legalmente caminando por la 9 de Octubre durante el Día del Orgullo Gay. Igual lo hacemos, pero no hay un papel ni recibido de por medio que nos legalice para hacerlo. Hemos ido a dejar cartas a través de colectivos del Guayas y nunca nos responde. Dicen que la carta la tiene el jefe de tal departamento, que la tiene la Fundación Malecón 2000, pero nunca aprueban el desfile.

¿Por qué es histórico para ustedes la reunión con Correa?
Porque existe un compromiso desde mayo. Él me invitó y mostró su respeto por mi activismo vía Twitter. Aparte, si revisamos la historia veremos que nunca ha existido una reunión parecida.

¿Es posible tener próximas reuniones con el Presidente?
Por supuesto, y estoy segura de que  él va a cumplir los compromisos adquiridos porque fue él quien lanzó el avance y las conclusiones del encuentro durante el enlace.

El papa Francisco dice que la Iglesia Católica ya ha hablado demasiado sobre el tema del aborto y del matrimonio entre parejas del mismo sexo, ¿qué opina al respecto? 
Creo que la función de la Iglesia es darme un dogma religioso, o asegurar mi existencia, pero esta institución no tiene por qué intervenir en la creación de políticas. Aún las religiones en general no entienden la lección: ellas  no pueden intervenir en los proceso de reivindicación social. En la carta que le envié al Papa, primero lo felicité por su apertura a la diversidad, pero argumenté que por qué él debe preguntar a las parroquias si ahí realizan matrimonios entre las diversidades. Esa no es su función.

¿Se sienten con más confianza para ejercer sus derechos a la sexualidad?
Claro que sí, pero hay cosas que tenemos que construir. Sabemos que existe aceptación política del Gobierno para ciertos puntos, pero para otros no, y lo entendemos. Hay otras temáticas que no se cumplen,  no porque no haya compromiso, sino porque los mandos medios no las entienden.

¿Cuáles son estas temáticas?
Por ejemplo, si alguien de la comunidad va a un centro de salud lo humillan, lo llaman por el nombre masculino, yo lo he vivido. En el estudio que hicimos en Silueta X enviamos preguntas sobre legalizaciones de uniones de hecho a 40 notarías de Guayaquil, de estas solo 17 contestaron y 5 dijeron que sí, que allí  sí reconocen las uniones de hecho entre homosexuales.

¿Quién es Diane Rodríguez en esta época?
Soy una ciudadana y activista como cualquiera que tiene un poco más de conocimiento que el resto. Cualquier persona GLBTI puede empoderar un proceso de diversidad sexual, pero con conocimiento. Antes las personas que lideraban los procesos los complicaban en lugar de favorecerlos porque no sabían los términos ni el lenguaje adecuado.

¿Cómo vive Diane Rodríguez?
Si alguien ve mi casa, pensará que soy una hippie. Le digo a mi novio que no me gustan las camas, eso sí, tenemos un colchón grande, un televisor y una cocinita que nunca la usamos porque no soy esclava doméstica ni sexual.

¿Habla con su mamá?
Claro que sí, ella siempre me bendice, tiene 55 años y yo la entiendo, no puedo tratar de cambiar lo que piensa.  Eso no quita que me ame, además ella ha pasado por un proceso. Y el señor Presidente tiene que pasar por ese proceso, y tiene que relacionarse con otros grupos diversos.

¿Quizá por eso estudió psicología en lugar de leyes?
Sí, para ayudar a las personas a que pasen por ese proceso; las leyes son complicadas, pero las he combinado con mis estudios de psicología. Esta rama me ayuda a entender cómo una persona está construida y cómo interactúa dentro de la sociedad.

Cuando alguien  en la calle le dice Luis Benedicto, ¿responde al saludo?
Nadie me lo dice, pero si llamas por el nombre masculino a una transexual que no es activista, se puede molestar mucho. Pero como ya sé cuál es mi discurso político, me gusta que me digan Luis Benedicto para que la gente me conozca.

¿A quién le pertenece el cuerpo, a Luis o Diane?
A Luis Benedicto. Alguna vez me preguntaron si preferiría nacer mujer si volviera a nacer y dije que no. Yo nacería hombre. Es más quisiera nacer intersexual, con interacciones cromosómicas.

RODRÍGUEZ ESTÁ A FAVOR DE LA UNIÓN CIVIL

2013 ha sido un año favorable para el avance del matrimonio igualitario en Latinoamérica y el mundo. 15 países ya permiten las uniones entre parejas del mismo sexo. Antes de que llegue Navidad el último estado en EE.UU en aprobar los enlaces homosexuales fue Utah, hogar de la Iglesia de Jesucristo de los Santo de los Últimos Días.

Convertido en un estandarte de la lucha GLBTI, los colectivos ecuatorianos de la diversidad cuestionaron a Diane Rodríguez que el matrimonio igualitario no haya sido abordado ampliamente en la reunión con el presidente Rafael Correa. “Hay algunos activistas que no entienden que hay cosas más importantes. La gente está tan cegada con el tema del matrimonio igualitario, y esto no les permite ver que el señor Presidente ha dicho que va a armar una comisión para investigar asesinatos de trans”, expresa la excandidata a asambleísta por Guayas.

Luego del encuentro con Correa, el Gobierno acord  formar una comisión gubernamental para dar seguimiento a los asesinatos expuestos en el informe “Acceso a la Justicia y los Derechos Humanos GLBTI”. De los 20 casos presentados, 15 fueron contra ciudadanas transexuales.

Rodríguez expresa que celebra los avances del matrimonio GLBTI en el mundo, pero no comparte la definición utilizada. “Quienes siguen mi pensamiento decimos que en un país como Ecuador, que es laico, no debe existir la palabra matrimonio. Esa palabra tiene un simbolismo relacionado con la religión. En un país laico no debería existir esa figura sino la palabra unión civil para todo”, agrega.

En 2008, cuando se redactaba la nueva Constitución en la Asamblea de Montecristi, los temas del matrimonio igualitario y la adopción para parejas GLBTI fueron relegados para conseguir otro derecho: la legalización de las uniones de hecho. “Eso fue lo más estratégico que hicimos”, dice.

Otro de los compromisos acordados durante el conversatorio con Correa fue la promoción de los derechos de la diversidad a través de una campaña masiva en los medios de comunicación. El Gobierno también se comprometió a capacitar a los funcionarios públicos en diversidad sexual: “algunos no saben cómo tratar a las poblaciones GLBTI”.

En aspectos relacionados con la Justicia, Rodríguez manifestó al mandatario Correa que existe una buena relación con las instituciones judiciales, pero que aún falta mayor precisión. De acuerdo con la activista existen casos sin resoluciones por parte de la Defensoría del Pueblo. Rodríguez expresa que el Presidente no dio fecha exacta de cuándo comenzarían tanto la campaña en medios como la sensibilización de funcionarios. “Este es un proceso, no quiero decir que con esta reunión ya pasó todo. Tendrá que haber más reuniones para que él conozca nuestra realidad”.

http://www.telegrafo.com.ec/sociedad/item/lider-glbti-celebra-avances-que-colectivo-logro-durante-2013.html

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