Pedagogía del especulado (Venezuela) – Por José Félix Rivas Alvarado

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Las medidas tomadas por el gobierno nacional en la pasada semana, convirtieron al país en una gran aula de clase de economía política, y especialmente de economía política del capitalismo venezolano. Un capitalismo particular, porque es un capitalismo de la periferia dependiente y además es un capitalismo cuya acumulación cuenta, adicionalmente, con la captura de una renta internacional en virtud de la actividad petrolera.

Paulo Freire nos enseñó que toda acción política liberadora era una acción fundamentalmente  concientizadora por parte de los oprimidos. De ahí que Freire, escribió y pregonó sobre la “pedagogía del oprimido”.
El Gobierno y el pueblo organizado, se encuentran en una fase de la guerra económica enfrentando a los especuladores. Cada acción de esta primera etapa de la guerra económica contra la especulación, teniendo como referencia a  Freire, debe convertirse en una “pedagogía del especulado”.
Algunas lecciones de esta jornada:
1)   La inflación NO es un «hecho natural” resultado de la concurrencia de las principales fuerzas del mercado. La inflación es un hecho económico con variadas causas,  pero es ante todo un hecho social, expresión particular de una pugna distributiva  (Juan Noyola). Y si es tal su determinación, es un hecho sociopolítico que encubre una relación de poder:
El poder de aquellos que pueden fijar precios y el no poder de aquellos que no lo pueden fijar (principalmente los trabajadores). Se puede hablar, en la terminología que utilizó el Presidente Chávez, que el aumento de precios es un acto de especulación. Y a eso, que frecuentemente se le llama inflación, es más una demostración de aquellos que tienen el poder de especular (Luis Salas), no sólo sobre la base de activos financieros (tal como se les explica a los economistas el término especulación) sino sobre cualquier mercancía.
2)   Los comerciantes son los eslabones de la cadena más visible. Especialmente los comercios de bienes importados semidurables, quienes no están involucrados en ningún proceso productivo de los bienes que venden, sino que participan en la fase de “realización” de esos bienes. Ellos son intermediarios entre los compradores finales y el mercado internacional; entre el mercado interno y la importación. Son uno de los vínculos, principales,  entre la acumulación del capitalismo dependiente y la acumulación a escala mundial.
3)  El margen de beneficios en este segmento comercial es enorme. De acuerdo al gobierno, en algunos casos, hay incrementos de 1.400% con respecto a un precio de referencia. Eso lo lograron, a través de empresas  que crearon para fungir de intermediarios entre la obtención de dólares preferenciales (CADIVI, SITME, SICAD)  y la fijación del precio final, que se hacía sobre la base de un dólar ficticio cuya cotización ha sido elevada a la enésima potencia, por obra y gracia de un clic en la computadora del terrorista financiero.
4)  Se puede tener el gobierno, vía electoral, pero no el poder. El poder lo tienen los que dominan la economía, eso es así desde el origen de la humanidad, y es una dura y cruel verdad desde el origen del capitalismo. Las experiencias socialistas, lo fueron porque lograron tener el poder sobre gran parte de la economía.
5)   Si no se utiliza el poder del Estado en contra de los enemigos del pueblo, se termina en contra del pueblo. Si no se aplica la ley, el destino es el de las democracias formales y burguesas: el pote de la demagogia. De ahí que aquél artículo de la Constitución Nacional que reza “Están prohibidos los monopolios…” se termina convirtiendo en el mayor acto de retórica demagógica.
6)  El Gobierno, en una coyuntura donde se mezclaban las festividades navideñas y las elecciones, supo manejar un factor cultural –antropológico- del venezolano y del habitante de un país que ha vivido durante siglos en la cultura occidental, capitalista y judeo-cristiana.
En vísperas de las festividades del mes de diciembre, la gente quiere comprar cosas nuevas, para eso sacia su “necesidad” (hedonista diría Erich Fromm) en el mercado de bienes que le provee la sociedad capitalista. Para ellos, para nosotros, como consumidor (no sólo venezolano, sino el consumidor globalizado) el consumo de alimentos es importante, pero el consumo de bienes  semidurables y durables es también importante. Esto hay que comprenderlo, más allá de los juicios de valor que tengamos sobre lo que debe ser el consumo enajenado y el consumo no enajenado.
7) Es difícil establecer una canasta de “bienes esenciales”, ahora que hasta los bebés se crían con el biberón en una mano y el celular (o la cámara digital) en la otra. El capitalismo extiende su existencia mientras amplía sus mercados (Iztván Mészáros), mientras nos convierte de seres humanos a meros consumidores.  Desde que nacemos somos parte del target del mercadeo. La sociedad capitalista es una “sociedad líquida” donde todo se transa, el dominio capitalista avanza hasta que nuestro cuerpo se convierte en territorio del mercado (Zygmunt Bauman). Pero eso lo logra porque domina el sistema necesidades, lo logra mientras organiza el deseo.
8) De acuerdo a esta óptica del capital: somos consumidores antes que personas, somos mercados antes que Patrias, Países o Naciones. Ser Consumidor es un estatus mayor que ser Ciudadano, de ahí que es más importante tener la tarjeta de crédito que tener la cédula. La cédula de identidad o el pasaporte, en este mundo de consumo, se convierte en un anexo ante las formas actuales del dinero. Por eso, para el capitalismo lo importante no son las Naciones Unidas sino los Mercados Unidos.
9)   La acción de gobierno, fue una acción cívico-militar en el marco de  lo que se ha llamado la guerra económica. El enemigo, en este caso, había preparado el escenario para crear un ambiente de malestar, de impotencia, de desgobierno… a partir del control que tiene del sistema de necesidades, a través del control cultural.
Por eso había preparado el terreno, lo había ablandado con constantes bombardeos sensibles:  que faltara el papel sanitario, la harina de arepas, la harina de trigo, el aceite, los repuestos, el café, el azúcar, el arroz, la electricidad… y otros artículos que hacen insoportable la vida cotidiana, que crean zozobra, que irritan, que hacen percibir la impotencia. Era fundamental esta acción para dispersar, frustrar…pero les faltaba asestar el golpe final: el consumo navideño y el uso del dinero de los aguinaldos y utilidades.
10)   Independientemente,  que seamos críticos del consumismo, tenemos que comprender las determinaciones culturales de ese contingente humano que llamamos pueblo. Eso no se logra plenamente en un aula ni en un cafetín, se logra comprender en un barrio humilde, por ejemplo. Donde las personas más pobres tratan de tener su “estreno”, si es posible, de navidad y de fin de año.
11)   Los capitalistas criollos, conocedores de nuestra cultura, dominadores del sistema de necesidades,  le negaron al pueblo el béisbol y la cerveza durante el golpe económico de 2000-2003. Ahora pretendieron “quitarle la navidad” a la clase media y a los sectores populares, colocando precios exorbitantes a los electrodomésticos. El gobierno se les  adelantó, y -ante la incredulidad de chavistas y no chavistas- tomó acciones.
12)   Lo interesante es que sólo los diarios, las radios y las televisoras controladas por los capitalistas, es decir por los verdaderos opositores del gobierno,  fueron los únicos que defendían a los especuladores, con eufemismos como “la propiedad privada”, la “libertad de comercio”, y demás frases huecas…Algunos sospechosos defensores de los derechos humanos, salieron en defensa de las páginas web  que abiertamente venían realizando terrorismo financiero, con un argumento poco creíble: “se establecen mecanismos de censura sin proceso judicial…”.
13) Da la impresión que las medidas tuvieron una amplia aceptación, incluso en aquellos sectores que votan contra el gobierno. Hubo una precaria, muy cuestionable tal vez, toma de conciencia de clase… se identificó a un enemigo común que no se visibiliza en una boleta electoral. Se pasó del mundo político-político al mundo económico-político, al microcosmos de la vida cotidiana.
14)   El Gobierno aplicó el arte marcial del Aikido en el tatami político. Los ricos y algún segmento de los sectores medios pueden comprar en Miami,  y el resto de los mortales no tienen derecho en comprar en el país, porque los comerciantes aplicaron el garrote vil de la especulación. Cuando lo hacen los pobres, según la gran prensa, es consumismo, cuando lo hacen los ricos es disfrute por derecho…
El diario El Universal, a pocos días de la toma de DAKA, sacó un titular donde trata de criticar la acción del Gobierno como pro-consumista. El titular rezaba “Electrodomésticos tienen una incidencia mínima en la inflación”, lo cual es cierto. Y es cierto porque el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) es un promedio agregado del consumo de toda la población, donde entra el consumo de los más ricos y el consumo de los más pobres. Eso trata de reflejar, estadísticamente, la siguiente realidad: mientras menos ingresos tienes, más dedicas del presupuesto de gastos a los alimentos.
Los ricos dedican, proporcionalmente, menos ingresos a su alimentación, y más plata a satisfacer otros placeres como viajes a Europa, a Miami, a Panamá, a Costa Rica, y a donde los lleve el poder del dinero que poseen.   Ahora bien, lo frágil de esta crítica de El Universal al “socialismo consumista”, se devela al comprender que: cuando los precios de los electrodomésticos, que tienen un peso pequeño en el INPC, son aumentados en 1.400%, afecta de forma diferente al periodista que escribió el artículo, suponiendo que éste vive principalmente de su sueldo, que a la familia de los dueños del diario El Universal. Ahí, se puede comprender políticamente el accionar del gobierno
15) Quedan algunas interrogantes, después de esta fase de la guerra económica: a) Si los comercios deciden cerrar sus puertas o si  tienen que cerrar porque se les cortó la cadena de suministros… ¿Cómo enfrentará esta segunda etapa? Ya los voceros de los capitalistas hablaron: “los inventarios se acabarán en algún momento”;
b) ¿Qué puede hacer CADIVI y SICAD, como los dos principales distribuidores de dólares, para evitar estas situaciones en el futuro?; y,
c) ¿Cómo no afectar a los que sí necesitan de las cadenas de proveedores actuales para sus procesos productivos? Desde empresas manufactureras de diferentes tamaños hasta comercios…ellos, en no pocos casos, son víctimas de los oligopolios de distribución, en algunos casos agrupados en grandes cámaras y asociaciones empresariales mencionadas por el Presidente Maduro.
16)  Ahora bien, esperamos que estas «Lecciones de Capitalismo», avancen en las siguientes  unidades del programa de estudio: la producción y la banca, por ejemplo. Por ahora, debido a la acción del Gobierno, sólo se ha desnudado al capitalismo mercantil, ojalá lleguemos a la sesión de clase que trata sobre la explotación capitalista  (la apropiación indebida de la plusvalía). Ojalá se discuta sobre el papel de la banca privada en todo este circuito de acumulación.
17)    Pero, además, como aspiramos que se supere el consumo capitalista por el consumo basado en las necesidades que nos dicte nuestra condición humana y no nuestra condición mercantil, ojalá lleguemos a la lección que trata sobre el tema de la enajenación, de la alienación capitalista (Carlos Marx), del control del sistema cultural trasnacional (Immanuel Wallerstein).
Porque el camino de una sociedad diferente a la sociedad capitalista, pasa por rescatar la condición humana, y para ello tenemos que desintoxicarnos de esta sociedad adicta que difunde la droga del consumismo. Ahí todos tenemos que aprender mucho. Ojalá comprendamos, que el mayor enemigo del socialismo está en nuestras cabezas.
Ojalá continúen estas lecciones, donde la clase la impartimos entre todos y, por tanto, no hay un solo profesor.
– José Félix Rivas Alvarado es economista venezolano. Director del Banco Central de Venezuela.

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