Discurso completo de la embajadora de EEUU en la Universidad de San Pedro Sula
Palabras de la embajadora de Estados Unidos de América, Lisa Kubiske, en la ceremonia de graduación de la Universidad de San Pedro Sula. 8 de noviembre de 2013.
Permítanme primero felicitar a la Universidad de San Pedro Sula en su trigésimo quinto aniversario. En nombre de todo el gobierno y pueblo de Estados Unidos de América, les deseo éxitos continuos para el futuro.
Esta es una ceremonia de graduación. En Estados Unidos la llamamos una ceremonia de iniciación. Esta selección de palabras es importante. Si bien es cierto que el día de hoy marca la conclusión de su programa de estudios y el fin de los pagos de colegiatura (por lo que sus padres estarán agradecidos), esta ceremonia celebra primordialmente un nuevo comienzo.
Graduandos, hoy inicia una nueva etapa en sus vidas. Muchos de ustedes han sido supervisados y cuidados hasta ahora. Sus familias y sus comunidades los criaron y les dieron la protección que necesitaron para crecer y alcanzar este punto en sus vidas. Aunque sus familias continuarán brindándoles apoyo, su mundo cambia a partir de hoy.
Tendrán más responsabilidades. Dependerá de ustedes trazarse sus propios caminos. Supongo que esa puede ser una noción temible.
Sin embargo, está bien no tener todas las respuestas de inmediato. Un secreto que nos gusta guardar a nosotros los adultos mayores es que tampoco nosotros tenemos todas las respuestas. Ahora que se están graduando, podemos admitirlo ante ustedes.
Hay un punto importante que tomar en cuenta: la búsqueda de respuestas; respuestas que harán eco en sus vidas, que les ayudaran a perseguir aquello que les hace felices, esa es la obra de una vida, una obra que comenzarán en este día.
Existe otro cambio que está sucediendo hoy. Así como ustedes están comenzando a tomar decisiones sobre sus propias vidas, a partir de hoy también estarán tomando decisiones -intencionalmente o por omisión- sobre la vida de su país. Como ciudadanos en una Honduras democrática, están tomando un puesto en la mesa en la que la dirección que este país tomará en el futuro será debatida y decidida.
Honduras enfrenta muchos desafíos:
• La pobreza existe en demasiados partes del país y es persistente.
• La violencia arrebata demasiadas vidas llenas de promesa.
• La corrupción destruye la fe que el pueblo quisiera tener en su gobierno y sus vecinos.
No hay duda de que están heredando una situación difícil.
Sin embargo, puedo decirles que tengo esperanzas para el futuro de Honduras. Por una parte, ustedes están acá y tienen conocimientos y habilidades para construir una Honduras mejor. Además de esto, la historia nos enseña que sin importar lo difícil que aparenta ser una situación, las cosas sí pueden mejorar. Sin embargo, para que ocurra un cambio constructivo, ustedes tienen que actuar. Ignorar los retos no es una buena opción con o sin su participación. El mundo puede cambiar de cualquier manera, pero sin su involucramiento, puede ser que no les gusten los cambios que esto implique.
Como graduandos hondureños que han sido bendecidos con inteligencia y acceso a una educación de primera clase, ahora son adultos responsables de transformar Honduras en el país que ustedes desean que sea. Las interrogantes serias que tienen frente a ustedes son:
• ¿Qué clase de país desean que sea Honduras?
• ¿Cómo convierten a Honduras en ese país?
En primer lugar, consideren si Honduras será una nación que respeta y protege los derechos humanos, y por qué el estado de DD HH les debería importar.
Los países prosperan como democracias pacíficas y logran todo su potencial cuando todos sus ciudadanos reciben un tratamiento justo y son protegidos por igual, cuando cada uno es tratado con dignidad y respeto, sin importar su apariencia, de donde vienen o de quien se trata. En las democracias sanas, cada individuo tiene el poder de hacer su propia contribución a la sociedad, ya sea económica, social, política, científica, artística o de cualquier índole, y toda la sociedad se beneficia de esto. En países en los que reinan los prejuicios, la sociedad se queda corta, y las divisiones ocasionan fracturas y a veces conflictos. Estas son fracturas y conflictos que tienen un efecto en la vida de los ciudadanos. Así que les pregunto de nuevo, ¿qué clase de país quieren que sea Honduras?
Quisiera pensar que ustedes preferirían que Honduras sea un país caracterizado por la justicia, no por la violencia. Que la sociedad no toleren más la impunidad que permite que los criminales operen sin temor. Que sea un país que funciona bajo un Estado de derecho no de venganza.
La verdadera justicia es ágil, imparcial, y es aplicable a todos. Aquellos que violentan la ley deben saber que habrá consecuencias por sus acciones, sin importar quienes son o qué posición puedan ocupar en el gobierno en la empresa privada o en la sociedad.
Este lunes es el aniversario del nacimiento de mi padre. Posiblemente él haya sido el hombre más honesto y ético que he conocido. Él me enseñó a distinguir el bien y el mal y me inculcó la creencia que el servicio público es uno de los más altos llamados que uno puede asumir.
Los servidores públicos y los oficiales electos tienen una mayor responsabilidad de respetar la ley, pues cuando abusan de los ciudadanos o se interesan más por su enriquecimiento personal que por hacer su trabajo por su pueblo, destruyen la confianza que los votantes les confirieron y socavan los cimientos de la democracia. ¿Qué clase de país desean que sea Honduras?
¿Acaso verán ustedes -dentro de diez o más años- una Honduras que protege la libertad de expresión? Porque eso importa también. Sabemos por las experiencias vividas alrededor del mundo que las naciones son más poderosas:
• Cuando las voces y puntos de vista de diversas posiciones son escuchados y cuando esos puntos de vista son considerados;
• Cuando los periodistas mantienen informado al público sin enfrentar una amenaza de lesiones o muerte;
• Cuando los candidatos políticos pueden ser escuchados libremente, sin presiones ni restricciones legales para aparecer en los medios y presentar sus propuestas para el país;
• Cuando los defensores de los derechos humanos puedan señalar situaciones deplorables sin temor a las intimidaciones o retribuciones;
Los países que garantizan a su pueblo tener esta libertad de expresión demuestran confianza en el hecho de que al permitir esta libertad, sus ciudadanos tomarán decisiones estando mejor informados, decisiones que le servirán al país por años. De nuevo, piénsenlo, ¿qué clase de país quieren que sea Honduras?
Finalmente, en el futuro, ¿será Honduras un país seguro y próspero? Sabemos que el desarrollo económico y la seguridad se refuerzan mutuamente. Un ambiente seguro abre los espacios para oportunidades creativas de negocios e impulsa la inversión nueva, lo que a la vez genera empleos, reduce la pobreza y proporciona opciones legítimas para la prosperidad. Empleados con buenos empleos rechazan las propuestas de elementos criminales que acechan a las personas marginadas y desesperadas.
¡Pero ojo! También es cierto lo contrario. La violencia, inestabilidad e imprevisibilidad dificulta la posibilidad de hacer negocios, por lo que poco a poco las empresas cierran y los empleos se pierden.
Sin contar con formas legítimas para mantener a sus familias, los individuos acuden a formas ilegítimas, y el crimen y la inestabilidad escalan. La inseguridad es la serpiente venenosa en el jardín del desarrollo económico. Desacelera el crecimiento y los pobres permanecen en la pobreza.
Les preguntaré una última vez, ¿qué clase de país quieren que sea Honduras?
Estas son solo unas pocas realidades que ustedes, graduandos, como hondureños, enfrentarán. Esta es su vida, su hogar y su país. La forma en que decidan vivir sus vidas y tratar a los demás sí afectará la vida de la nación. Nadie por sí mismo ilumina el día a una nación entera, pero las decisiones de todos se suman para lograrlo. Estoy hablando de decisiones como:
• Si votan o no, y por quién lo harán
• Con cuáles empresas o bancos hacen negocios
• Si participan o no en un sistema corrupto por conveniencia o ventaja personal
Ustedes han trabajado duro para recibir el entrenamiento y las habilidades para hacer de Honduras un mejor lugar para vivir. Para citar al creador del “Hombre Araña” Stan Lee: Con un gran poder viene una gran responsabilidad.
No sería honesta si no les dijera que sus decisiones también serán importantes para los Estados Unidos.
Lo que sucede en Honduras tiene un impacto directo sobre el bienestar de Estados Unidos y de la región centroamericana. Nuestros dos países están unidos por lazos de comercio, cultura y seguridad, con quizás un millón de hondureños viviendo en los Estados Unidos.
Nuestros intereses comunes son duraderos y bien establecidos. A menudo digo que hemos estado aquí, estamos aquí y estaremos aquí con Honduras y con los hondureños en el futuro. Valoramos la alianza que existe entre nuestros países.
Pero esa alianza no debe darse por sentada. Siempre hemos apoyado y seguiremos apoyando sus esfuerzos para lograr cambios positivos, pero ustedes deben tomar la iniciativa.
Esa iniciativa Uds. la pueden tomar en solo unos días. El 24 de noviembre es el día de las Elecciones.
A veces olvidamos que las elecciones democráticas son verdaderamente una experiencia sumamente inspiradora Millones de hondureños de todos los sectores de la sociedad hondureña irán a las urnas en dos semanas para elegir a los líderes que guiarán al país por los próximos cuatro años. Esos líderes no tendrán más facultades ni más poder, que el que el pueblo les confiera.
El sufragio es una responsabilidad seria en una democracia. Es la forma de comunicar lo que se quiere que el país sea. El voto es su voz, indicándoles a sus líderes lo que deben hacer.
Si ustedes no votan, están guardando silencio. Están dejando de tomar el control sobre su propio futuro.
Todos los hondureños deben hacer que sus voces sean escuchadas este 24 de noviembre. Eso incluye a los votantes más jóvenes, como ustedes, en este auditorio. Décadas de su futuro serán influenciadas por el resultado de esta elección. Se lo deben a sí mismos, a sus familias y a su país hacer que sus preferencias sean conocidas. Un primer ministro británico del siglo XIX una vez dijo que la historia la hacen aquellos que -sí- se presentan. Esa frase sigue siendo tan sabia hoy como hace 200 años.
¿Recuerdan que les mencioné que su graduación representa el fin de sus estudios oficiales pero no de su búsqueda de respuestas? Entre hoy y el día de las elecciones quizá tengan que estudiar un poco más:
• Si aún no lo han hecho, conozcan a los candidatos y sus propuestas políticas. Examinen seriamente sus propuestas. ¿Cuáles reflejan su propia visión? ¿Cuáles pueden ser realísticamente implementadas porque han sido bien pensadas, tomando en cuenta como pueden ser financiadas? Decidan cuáles candidatos son los mejores.
• Después, asegúrense de saber adónde tienen que ir para votar (y asegúrense de que sus padres y abuelos también lo sepan). Protejan sus tarjetas de identidad y rehúsen a que alguien más las utilice o se las pidan prestadas. Asegúrense de saber cómo llegar a su lugar de votación.
• En tercer lugar, cuando llegue el 24 de noviembre, ¡vayan a votar! Den la vida a la democracia. Preséntense y sean tomados en cuenta. De hecho, les insto para que observen el conteo de los votos para mantener honestos a los representantes de las mesas.
Sin embrago, la votación es solo el principio. Lo siento. Aún tendrán que hacer que los ganadores rindan cuentas de sus actos.
• Hagan que cumplan sus promesas, o que expliquen por qué no pudieron.
• Exijan que gobiernen responsable y limpiamente.
• Esperen de ellos un alto nivel de trabajo.
En el caso de que no cumplan con esas altas expectativas, voten por otra persona la próxima vez. El poder del voto es de ustedes. ¡No tengan miedo de utilizar su poder! Después de todo, ¿qué clase de país quieren que sea Honduras?
Ustedes han obtenido ese poder y esa oportunidad a través de sus estudios. ¡Felicitaciones por un trabajo bien hecho! Y ahora sus responsabilidades y sus decisiones importarán. Felicitaciones nuevamente a la universidad en su aniversario. Y felicidades a los graduandos de la promoción de 2013.
¡Muchas gracias!
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