Fernández y Mujica se reunieron para buscar una salida al conflicto por la pastera UPM
Cristina estuvo reunida con Mujica durante la inauguración de un buque. El canciller Timerman informó que hoy llega una comitiva uruguaya para seguir la negociación. Los presidentes destacaron la hermandad entre las dos naciones.
La presidenta Cristina Fernández y su par uruguayo, José «Pepe» Mujica, abrieron ayer un espacio de negociación por un reclamo de la pastera UPM (ex Botnia) instalada en Fray Bentos, sobre el río Uruguay, que busca ampliar su producción. Fue durante una reunión bilateral que ambos mandatarios mantuvieron tras compartir un acto por la inauguración del buque Francisco Papa, en Puerto Madero.
«El diálogo está abierto y mañana (por hoy) llegará una comitiva desde Uruguay para seguir conversando», aseguró anoche el canciller Héctor Timerman, al término del encuentro entre Cristina y Mujica, que duró una hora. El funcionario argentino calificó a la reunión como «cordial» e hizo una breve declaración a la prensa: «Se trataron distintos temas referentes a la pastera y a la incidencia de la pastera en el río Uruguay.»
Más allá de las definiciones diplomáticas, ambos mandatarios resaltaron ayer en sus mensajes la hermandad de los dos países y la importancia de la unidad de la región ante un mundo en crisis. «Siempre vendré a Buenos Aires para intentar un abrazo mientras me den los huesos», prometió Mujica.
La apertura de las negociaciones entre los países supone un compás de espera en torno al tema que, en los últimos días, había evidenciado cierta escalada. El viernes pasado, el mandatario uruguayo había adelantado que tenía tomada la decisión sobre el pedido de UPM para ampliar la producción y que era «inminente» una definición. De todos modos, el «Pepe» aclaró que la misma tendrá un «sentido ubicado en la línea media, con un tipo de exigencia para la mejora ambiental de la propia compañía», cuya instalación provocó un extenso conflicto. En una entrevista concedida el fin de semana a la agencia Bloomberg, Mujica incluso había dado detalles de la negociación que había entablado con la papelera: «Buscaremos la mejora ambiental de la compañía que tiene que ver con la refrigeración del agua que se vierte en el río y una baja en el tenor de fósforo que contiene el agua. Es todo un paquete, la decisión no es simple, te doy para que tú me des pero si tú no me das no te doy.»
Ante estas definiciones, la Cancillería argentina reiteró, en un contundente comunicado, que la Corte Internacional fijó el límite de producción en un millón de toneladas para la empresa cuando emitió dictamen por la controversia a raíz de la instalación de la planta de celulosa. «Todo cambio en Botnia altera la sentencia», expresó, tajante, la Cancillería.
La presidenta, madrina de la embarcación, llegó ayer al puerto y rompió la botella de champagne, una tradición pagana que exige el sacrificio de algo valioso para proteger la nave. Inmediatamente, sonó la sirena. Después, recorrió las instalaciones, probó las butacas, visitó la sala de máquinas y saludó a la tripulación. El arzobispo de Montevideo, Nicolás Cotugno, dio la bendición ante los empresarios, funcionarios y trabajadores que lo escuchaban en la terminal de embarque que la empresa tiene en Puerto Madero y resaltó «el valor de que una nave que unirá las dos orillas lleve el nombre de Francisco».
El nuevo catamarán será uno de los más rápidos del mundo en su tipo y recorrerá el trayecto Buenos Aires-Montevideo en dos horas y 12 minutos desde esta semana. Francisco Papa tiene capacidad para 1000 pasajeros, 150 coches y, además, cuenta con una tienda Duty-Free.
Luego del discurso del titular de la empresa, Juan Carlos López Mena, fue el turno del mandatario uruguayo, quien destacó que no se siente solamente «hermano del pueblo argentino. Somos más que eso, nacimos de la misma placenta, y esa es otra historia», remarcó Mujica. «Puedo discrepar pero siempre van a ser mis amigos. Jamás debemos cometer el error de que nuestras contradicciones nos separen. Siempre vendré a Buenos Aires para intentar un abrazo mientras me den los huesos», finalizó.
Después, fue el turno de Cristina Fernández, quien comenzó su mensaje con una felicitación explícita al modelo de gestión de López Mena. «En nombre de todos los argentinos le agradecemos esta inversión. Quiero hablar especialmente de usted. No es común encontrar hombres que inviertan y que reconozcan que el progreso propio es parte de un marco económico», aseguró la presidenta, en una definición con eco político en plena campaña electoral y en el marco del desarrollo de las instancias de la Mesa de Diálogo que mantiene desde hace más de un mes con empresarios y trabajadores.
La mandataria destacó que en 2003 López Mena ocupaba a 400 empleados y que hoy tiene 1200. «Es un orgullo. Apostó fuerte en nuestro país», insistió, e hizo un pormenorizado relato de la historia del empresario, que nació en una familia humilde y luego de tener que vender una empresa textil en los ’70 por la apertura económica, se reinventó con Buquebus.
Después, la presidenta se permitió un chiste al disentir con Mujica, quien hizo en la última Asamblea General de la ONU un enconado discurso contra el consumo. «Al barco se entra por el shopping, nos reíamos con Pepe. Yo no estoy en contra del consumo, nadie me creería. Además, necesitamos que la gente consuma porque eso genera trabajo», sostuvo. Al término de esa anécdota, valorizó la unidad regional a pesar de las diferencias. «Podemos tener discrepancias –señaló–, pero en definitiva todos los presidentes de la región tenemos que entender que la unidad es el único camino para seguir en paz.»
Al retomar las palabras del arzobispo uruguayo que bendijo la embarcación, la presidenta hizo un llamado a lograr, a través de políticas públicas, extender los derechos de quienes menos tienen. «Hoy pueden viajar los que tienen un determinado nivel de vida. Creo que habremos cumplido con Jesucristo y con el Papa el día que cualquiera pueda subirse a un Buquebus. Mientras tanto, tenemos que seguir trabajando con Jesús, con Dios y con el Evangelio», concluyó. «
Críticas al «doble estándar político y mediático»
La presidenta Cristina Fernández volvió a advertir sobre los «dobles estándares mediáticos y políticos» a través de su cuenta en la red social Twitter, y cuestionó el tratamiento que le dieron los matutinos Clarín y La Nación al acuerdo sellado entre la Argentina e Irán, en el marco de la investigación por el ataque a la AMIA.
Cristina advirtió que el «doble estándar» ocurre tanto en el plano «nacional como internacional» y, a modo de ejemplo, mencionó que el acercamiento de los Estados Unidos a Irán, impulsado en los últimos días por el presidente norteamericano, Barack Obama, fue reflejado en los medios como un hecho «histórico».
«Del histórico diálogo de EE UU-Irán pasamos al diabólico pacto Argentina-Irán», ironizó Cristina y apuntó contra Clarín y La Nación, los cuales –insistió– «califican de histórico si el que habla con Irán es EE UU…»
«Historia de espejos y dobles estándares mediáticos y políticos, nacionales e internacionales. Es que todo… hace juego con todo», escribió la jefa de Estado en el primero de una veintena de tweets, en la que desglosó varios de los hechos que marcaron la relación entre Estados Unidos e Irán, desde noviembre de 1979 hasta la actualidad.
Puntualizó que el cambio de actitud de Estados Unidos hacia Irán llegó luego de 34 años de distanciamiento, originado a principios de la década del ’80 cuando 52 ciudadanos norteamericanos fueron mantenidos como rehenes en Irán durante algo más de un año.
«¿Negociaron un castigo por la toma de la embajada hace 34 años? No. ¿Por los rehenes? Tampoco. ¿Por la exhibición de cadáveres? Menos. ¿Acaso se mencionó el caso AMIA por el cual siempre reclaman las organizaciones judías norteamericanas al gobierno argentino? En absoluto. El tema excluyente parece ser el programa nuclear iraní», afirmó CFK. Cristina apuntó que, luego de la sangrienta toma de rehenes y el fracaso de los intentos de rescate, Irak (en manos de Saddam Hussein, apoyado por EE UU) invade Irán. «¿Ves qué intereses son los que priman en política internacional?», se preguntó la presidenta. «¿Escuchaste a algún político, propio o ajeno? ¿A alguna organización social, religiosa o política criticar a EE UU?», interrogó. Y advirtió: «Bueno ¿ves?, eso es el doble estándar, mediático, político y casi te diría hasta moral.»