Cumbre Iberoamericana rechazó el bloqueo de EEUU a Cuba
Los participantes en la XXIII Cumbre Iberoamericana que tuvo lugar en Panamá aprobaron una resolución en la que exigen el fin del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos a Cuba.
Los Primeros mandatarios iberoamericanos presentes en la cita pidieron al gobierno de Estados Unidos que ponga fin a esa arbitraria medida, y que cumpla con lo dispuesto en 21 sucesivas resoluciones aprobadas en la Asamblea General de la ONU.
Se afirma en el documento que, en la defensa del libre intercambio y de la práctica transparente del comercio internacional, resulta inaceptable la aplicación de medidas coercitivas unilaterales que afectan el bienestar de los pueblos.
Añade la resolución que el bloqueo impide el acceso y disfrute pleno de los beneficios de la cooperación internacional en todas las esferas y obstruyen los procesos de integración.
Cuba defendió en la XXIII Cumbre Iberoamericana el derecho de luchar contra la desigualdad, meta que une a América Latina, en un discurso en el pleno de Pedro Núñez Mosquera, quien transmitió un saludo del presidente cubano, Raúl Castro.
El director general de organismos multilaterales de la cancillería cubana y jefe de la delegación expresó el agradecimiento por los reiterados pronunciamientos hechos en la cumbre contra el bloqueo económico impuesto por Estados Unidos a la isla y la demanda a Washington para que la excluya de la lista de patrocinadores del terrorismo internacional.
Igualmente reclamó la liberación de Gerardo Hernández, Antonio González, Ramón Labañino y Fernando Gonzáles, antiterroristas cubanos injustamente presos en Estados Unidos.
Núñez Mosquera señaló en la plenaria que el mapa político de América Latina ha cambiado con gobiernos cada vez más preocupados por ejercer plena soberanía sobre los recursos naturales y explotarlos para beneficio de sus pueblos conforme al derecho internacional.
En cuanto a la región, dijo que en América Latina y el Caribe se está construyendo un camino propio de integración y citó como ejemplo la comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe, la cual es una realidad y un proyecto mucho más ambicioso que un simple foro de concertación y coordinación política.
Expresó, en ese sentido, que han surgido nuevos actores internacionales de relevancia que desenvuelven sus crecientes vínculos sin condicionamientos ni injerencias conforme a las prioridades nacionales de desarrollo de los países receptores de colaboración.
Consideró que el tema de la cumbre, «el papel político, económico, social y cultural de la comunidad iberoamericana en un nuevo contexto mundial», es oportuno porque se da en momentos de cambio de los roles de Europa y América Latina.
En tal sentido, recordó que Europa atraviesa un momento complejo, probablemente el más complicado de su historia, con retrocesos económicos y sociales, mientras que la región latinoamericana ha logrado seguir creciendo a pesar de la crisis internacional.
La XXIII Cumbre Iberoamericana de Panamá, que pasa a la historia como una de las de peor representación presidencial, aprobó hoy una declaración sin ninguna sorpresa y bastante alejada de las expectativas de renovación anunciadas por la Secretaría General.
A la cita asistieron 11 gobernantes, y llamó poderosamente la atención que el esfuerzo mayor de los anfitriones y Madrid de promocionar la Alianza del Pacífico tampoco rindiera los frutos buscados al no presentarse al foro empresarial ningún presidente de los cuatro miembros: México, Chile, Perú y Colombia.
El documento aprobado es bastante llano en su contenido, y sus puntos más sobresalientes se refieren a establecer una periodicidad bienal a partir de la XXIV en México el año próximo, y una alternancia entre las cumbres iberoamericanas y las de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
El texto también acuerda ampliar el espacio de diálogo entre los jefes de delegaciones sobre el tema central de cada cumbre para intentar hacer más fructífera la conferencia, y adoptar en las conclusiones documentos concisos y operativos con medidas concretas y mesurables.
La declaración ratifica lo que se estaba diciendo en todos los foros precedentes: que en los años que no se celebra la cumbre se reunirán los cancilleres y coordinadores para darle seguimiento a los acuerdos y la marcha del mecanismo, lo que es interpretado como un intento de que estas reuniones no desaparezcan.
Igualmente, identificar nuevas prioridades de renovación de la cooperación iberoamericana, priorizar el tratamiento de temas de interés promoviendo aquellos en que la conferencia tenga acervo propio y valor agregado.
Otro propósito es concentrar actividades en grandes áreas de acción como la creación de espacios iberoamericanos del conocimiento, la cultura, cohesión social y la economía, y tratar de mejorar la organización de las cumbres.
Aborda, además, el tema administrativo de la Secretaría con la ratificación de que su secretario general sea sustituido en enero próximo, y renovar además el funcionamiento y organización financiera con una nueva distribución de las cuotas que aligere el peso a España que hace hasta ahora la mayor contribución.
Relacionado con ese aspecto, el texto habla de la optimización de los recursos financieros y humanos, y sugiere, en ese sentido, reunificar las oficinas de la secretaría.
Finalmente plantea regularizar los contactos con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe y su relación con la Unión Europea, además de celebrar una reunión de coordinadores para ajustar el presupuesto de 2015.