“Operaciones Secretas”: el manual inédito de la DINA
The Clinic tuvo acceso al manual de “Operaciones Secretas” de la DINA, documento en que los jefes de la policía secreta recomiendan por escrito a sus agentes “vulnerar la ley” y “tomar medidas drásticas” cuando fuere necesario.
La dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990) recomendó por escrito a sus agentes quebrantar reiteradamente la ley dentro y fuera de Chile como parte clave de su actuar, además de “tomar medidas drásticas” cuando fuera necesario, revela el inédito manual de “Operaciones Secretas” de la DINA, en poder hoy de The Clinic, a 40 años exactos del Golpe militar.
“Se debe aprovechar la ventaja de que la gente piensa que la ley no será vulnerada. Esta creencia nos da la ventaja de vulnerarla”, dicta el instructivo que fue parte de los cursos regulares de Inteligencia dirigidos a suboficiales, tenientes, capitanes y coroneles.
El documento, fechado en 1976, pide además a los agentes no dejar rastros cuando transgredan las leyes, para evitar “el comprometimiento del Estado y sus autoridades”, en un reconocimiento explícito de que el mando militar sabía que sus hombres cometían crímenes.
Dividido en 13 lecciones, el texto de 108 páginas abarca temas como misiones secretas, redes de espionaje, comunicaciones clandestinas y elaboración de informes, además de ejemplos de infiltraciones en Estados Unidos, Holanda y Alemania, entre otros países.
Los nombres de espías como el británico pro nazi William Joyce o el alemán Franz von Rintelen desfilan por sus páginas.
El manual tiene además párrafos especiales para el problema de los interrogatorios, explicando detalladamente cómo los agentes secretos de la DINA deben chequear la información obtenida a través de infiltrados en la oposición.
“Las técnicas, como en cualquier interrogatorio, varían de acuerdo con las personalidades del agente secreto y el informante”, explica el documento en cuya portada aparece un puño metálico, símbolo de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA).
Este manual de “Operaciones Secretas”, entregado a The Clinic por el académico Danny Monsalvez de la Universidad de Concepción, quien pidió no revelar quién le entregó el material, además recalca el accionar internacional de la DINA, la que ejecutó de hecho atentados terroristas en Washington, Roma y Buenos Aires.
“(Una misión es) todo tipo de operaciones de Inteligencia, en el país y el extranjero, mediante maniobras ocultas y clandestinas”, expone de hecho el texto.
La presidenta de la Agrupación de Detenidos Desaparecidos, Mireya García, dijo que “la existencia y contenido de este manual indica que la política represiva fue institucional, conocida por civiles y militares del régimen, financiada por recursos públicos”.
“Este manual evidencia además la siniestra tesis del enemigo interno que dominó a los ejércitos latinoamericanos durante las dictaduras, bajo las cuales toda legalidad quedó suspendida”, agregó la candidata opositora a diputada, Lorena Pizarro.
De hecho, el texto recalca la importancia de infiltrar con chantajes y pagos a informantes en los partidos opositores, que incluían desde liberales de derecha hasta sectores marxistas.
También subraya que esas operaciones deben privilegiar las acciones contra personas educadas y honorables, porque a su juicio son más fáciles de extorsionar si han cometido un desliz.
“El trabajo de Inteligencia, en este campo, va dirigido a detectar y neutralizar a los conspiradores”, resume sin ambages el documento escrito en papel tipo roneo (craft).
El manual, referido principalmente al tema de la infiltración en “organizaciones adversarias”, “constituye un dispositivo del terror” y asoma como solo uno de muchos otros documentos similares, según el investigador universitario Danny Monsálvez.
La dictadura, en la que 38.000 personas fueron torturadas, ejecutadas o desaparecidas, efectuó de hecho todas sus operaciones como parte de sus planes de guerra interna y externa, como revelaron miles de archivos secretos descubiertos desde 2012.
Las acciones, consideradas “un plan de exterminio” por organismos de derechos humanos, incluyeron capacitar a represores, formar a miles de funcionarios públicos en asuntos de seguridad y coordinar iniciativas con los viceministros en las sedes de la policía secreta.
También estaba establecido que todos los ministros del régimen recibieran informes diarios de la policía secreta y portaran revólveres comprados con fondos públicos, como develaron oficios secretos de la dictadura.
El manual de “Operaciones Secretas”, que llama a los agentes a vigilar a inmigrantes y embajadas, indica finalmente a los oficiales que deben capacitarse en allanamientos, grafología y fotografía, entre otras competencias clave para sus misiones contra la oposición.