Brasil dona a Guatemala 4 mil 600 toneladas de alimentos para combatir hambre
Luis Enrique Monterroso, director de la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesan), dijo a los periodistas que los alimentos donados serán distribuidos en las cerca de 10 mil familias de campesinos que fueron damnificados por la plaga del hongo de la roya que afectó sus plantaciones.
La donación será administrada por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas, y la distribución correrá a cargo de las autoridades guatemaltecas, que invertirán cerca de 1.5 millones de dólares (Q12 millones).
El funcionario explicó que de esa manera se «garantizará la seguridad alimentaria» a unas 72 mil personas afectadas, las cuales radican en 19 de los 22 departamentos del país, y que se encuentran en peligro debido a los estragos sufridos por la roya.
Los alimentos, en su mayoría arroz, serán distribuidos por la Sesan a través del Programa Hambre Cero, la iniciativa del Gobierno guatemalteco para combatir el hambre y la desnutrición que afecta a cerca del 52 por ciento de los 15 millones de habitantes de este país.
La donación forma parte del programa de apoyo del Gobierno brasileño hacia los países latinoamericanos que padecen altos niveles de pobreza.
El embajador de Brasil en Guatemala, José Roberto de Almeida, durante el acto de entrega de la donación dijo que su país está comprometido con otorgar «asistencia humanitaria» y fortalecer las relaciones bilaterales.
Mario Touchette, representante del PMA en Guatemala, dijo que esa agencia de las Naciones Unidas continuará la cooperación con el país en la lucha contra el hambre y la desnutrición, y para evitar la muerte de niños a consecuencia de la desnutrición crónica por mala nutrición.
Según la Evaluación de Seguridad Alimentaria en Emergencias (ESAE) presentada ayer por la Sesan, unos 72 mil 53 campesinos dedicados a la caficultura y pequeños productores del grano fueron afectados por la plaga de la roya.
El 49 por ciento de estas personas, en su mayoría indígenas, tienen ingresos menor a los Q1 mil 200 quetzales al mes, lo que implica que estén muy por debajo del costo de la canasta básica alimentaria, que en agosto pasado cerró en Q2 mil 821.2 quetzales.