Mujica expondrá en la ONU y dice que es «un experimento de vanguardia mundial”
Viajará acompañado por el prosecretario Diego Cánepa y por el canciller Luis Almagro
El presidente José Mujica hablará ante las Naciones Unidas en setiembre para defender la nueva política contra las drogas que Uruguay viene aplicando desde el 2005.
Mujica, el canciller Luis Almagro y el presidente de la Junta Nacional de Drogas, Diego Cánepa, irán en setiembre a exponer ante la Asamblea General de las Naciones Unidas las características fundamentales de la ley de regulación de la marihuana y la política que ha comenzado a implementar el gobierno en materia de drogas, confirmó anoche LA REPÚBLICA a través del propio prosecretario de la Presidencia, Diego Cánepa. Aún faltan ajustar algunos detalles pero sería el propio Mujica que ante el estrado de la ONU haga el discurso a las naciones del mundo, defendiendo los conceptos de la nueva política sobre estupefacientes que viene llevando adelante la actual administración.
Por otro lado, el Poder Ejecutivo no responderá a las observaciones sobre violaciones a los convenios internacionales acerca de las políticas de drogas que desde una dependencia de las Naciones Unidas se han hecho recientemente tras la aprobación de la ley de regulación del mercado de la marihuana, dijo a LA REPÚBLICA el presidente de la Junta Nacional de Drogas y prosecretario de la Presidencia, Diego Cánepa. Aclaró que las críticas u observaciones a la regulación del cannabis “no provienen de la ONU” sino de una dependencia que fue creada para hacer un seguimiento de los convenios firmados entre el organismo internacional y los países asociados. Se refería a la JIFE, La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, según su sigla, que se estableció en 1968 como un órgano de seguimiento para la aplicación de los tratados de fiscalización internacional de drogas.
En los últimos años han aparecido una serie de tensiones en torno a la forma en que la JIFE realiza sus funciones y sobre su interpretación jurídica de los convenios firmados con las naciones. Muchos piensan que a este respecto la JIFE va más allá de su mandato, comentaron voceros del Poder Ejecutivo a este diario. El presidente de la JND aseguró que Uruguay va camino a una regulación estricta de la marihuana, del tabaco y del alcohol. “Yo creo que hay una enorme coherencia en eso”. “Nosotros nunca hemos estado de acuerdo con la guerra contra las drogas; eso ha generado enormes perjuicios a las sociedades latinoamericanas con una cantidad enorme de muertos, de pérdida de vidas humanas y también de perjuicios en seguridad y en convivencia; hay que encarar el problema de las drogas como un problema sanitario”, sostuvo. Uruguay “se arriesga” a aprobar la marihuana, tituló la JIFE en su portal en internet, el mismo día del pasado miércoles cuando los diputados del Frente Amplio dieron su voto al proyecto de regularización en forma general y particular.
Para Cánepa, “lo más importante hacia el futuro es que esto es un primer paso”, dijo con respecto a la sanción de la norma. “Esperemos que el Senado lo apruebe dentro de los plazos previstos para que tenga un tiempo clave de implementación”, agregó. Para la JIFE, la ley que el miércoles fue aprobada por Diputados, “estaría infringiendo los tratados de fiscalización internacional de drogas de los que el Uruguay es parte. La Junta, en cumplimiento del mandato que se le ha encomendado, ha procurado entablar un diálogo con el gobierno del Uruguay a fin de promover el cumplimiento de las disposiciones de los tratados de fiscalización internacional de drogas, en particular la Convención de 1961, por parte de ese país”.
La Convención de 1961, el Convenio de 1971 y la Convención de 1988 de la ONU “forman el marco del sistema de fiscalización internacional de drogas”, advierte la JIFE. “La adhesión a los tratados son condiciones fundamentales para garantizar la eficacia de las medidas de fiscalización adoptadas a nivel mundial con objeto de lograr que se disponga de estupefacientes y sustancias psicotrópicas para utilizarlos con fines médicos y científicos y, al mismo tiempo, impedir que esas sustancias se desvíen hacia la producción, la fabricación”, agrega. “Yo estoy convencido que cuando la norma empiece a funcionar, podremos hacer una evaluación y los uruguayos van a poder entender que este es un camino distinto. Como dice el presidente Mujica, es un experimento para poder ver si después de varios años sin resultados con las políticas anteriores, la modificación de esas políticas funciona”, dijo Cánepa.
No responderá
Uruguay no responderá a las observaciones sobre violaciones a los convenios internacionales acerca de las políticas de drogas formuladas desde la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes
“Construir barreras culturales”
El presidente Mujica reiteró que el Proyecto de Regulación del mercado de marihuana busca “construir barreras culturales” a la adicción. Definió la iniciativa como “un experimento de vanguardia mundial”. Rechazó el manejo del tema con fines electorales en un país “de viejos que por temor puede rechazarlo”. Instó a no dejar solos a los jóvenes, ni a alimentar un negocio con tasas de ganancias “capaces de corromperlo todo”.
En su audición radial por M24, el presidente de la República, José Mujica, se refirió al Proyecto de Ley de Regulación del Mercado de Marihuana que fue aprobado en la Cámara de Diputados y que será analizado en el Senado. Recordó que el consumo es parte de un mercado clandestino con “reglas feroces, un monopolio de mafiosos donde se generan peores efectos sociales producto del narcotráfico”. En este sentido reiteró las altas tasas de ganancia que deja este negocio que es capaz de “corromperlo todo”; prostituye la vida carcelaria, corrompe aparatos represivos, gestiones financieras (lavado) y financia campañas electorales. “La oferta de dinero y la amenaza sicaria están allí. ¿Quiere plata o plomo?”, relató.
La ley que se intenta “es una regulación” de algo que ya existe, que funciona “delante de nuestras narices, en una esquina, en las puertas de los liceos”. Aseguró que esta normativa busca “arrebatarle el mercado a la clandestinidad e identificar un mercado a la luz del día”. La definió como “una batalla sobre la salud pública”, teniendo en cuenta que el consumidor queda identificado y se puede actuar sobre él “si se pasa de la raya para que no se entierre en el vicio”. Mujica considera que este proyecto es “un experimento de vanguardia en el mundo entero”.