En el reinicio de la mesa de diálogo, las FARC apoyaron el paro agrario y pidieron revisar los TLC

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Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y el Gobierno de Juan Manuel Santos se sientan nuevamente a la mesa de negociaciones para un nuevo ciclo en los Diálogos de Paz, centrados en la participación política, segundo punto de la agenda en La Habana.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el Gobierno de Juan Manuel Santos inician este lunes un nuevo ciclo de los Diálogos de Paz en La Habana, para solucionar el conflicto armado en ese país suramericano.

Durante esta ronda las partes continuarán debatiendo sobre el segundo punto de la agenda, que hace referencia a la participación del grupo en la política y que incluye asuntos como las garantías para hacer oposición en Colombia.

La víspera, el jefe del equipo negociador del Ejecutivo, Humberto de la Calle, partió a Cuba en compañía del alto comisionado para la Paz de Colombia, Sergio Jaramillo, y los negociadores Frank Pearl, el general retirado del Ejército Jorge Enrique Mora y el industrial Luis Carlos Villegas.

Un ciclo de participación

El ciclo número doce fue el segundo en el que los negociadores se ocuparon de discutir el punto de participación política, sin que se lograran acuerdos.

Para su ingreso a la política, las FARC-EP propusieron transformaciones en el ordenamiento orgánico y territorial del Estado colombiano.

Además, han insistido en sustituir la Cámara de Representantes, crear una circunscripción de paz al interior de este nuevo organismo y realizar un proceso de descentralización de las regiones que cuente con recursos propios a través de la creación de un fondo de compensación.

Por otro lado, la agrupación presentó también diversas propuestas para la democratización de la información e instó a la creación de un Consejo Nacional de Políticas de la Información y la Comunicación.

El cierre de medio siglo

La víspera, durante un foro de gobernadores colombianos en la ciudad de Medellín, en el departamento de Antioquia (centro), Jaramillo señaló que el proceso en La Habana no es para pensar qué se va a hacer con las FARC, sino para cerrar un conflicto armado que lleva más de medio siglo y que ha dejado miles de víctimas.

«Tenemos que imaginarnos una verdadera campaña de movilización ciudadana. Así como hicimos una campaña para la guerra, tenemos ahora que hacer una campaña para la paz», indicó.

Agregó que si se logra el acuerdo con las FARC, éste permitirá romper el vínculo entre la política y las armas, lo que significará «que nadie use las armas para hacer política, pero también que nadie que esté en la política sea víctima de las armas».

Entre tanto, De la Calle manifestó que si se logra poner fin al conflicto, la discusión política en el país no entrará en una situación de sosiego. «La paz implicará que las armas desaparezcan, pero la política, en mi opinión, será más aguda, más controvertida, más ideológica, tenemos que estar preparados para eso», sostuvo.

Por su parte, Pearl aseguró que toda la delegación que está representando al Gobierno y a los colombianos en La Habana tiene claro su papel sobre lo que implica negociar con las FARC.

«No nos confundimos, nuestra tarea no es necesariamente firmar un acuerdo de paz, nuestra tarea diaria es entender si la contraparte tiene la disposición y la capacidad de llegar a un acuerdo bajo ciertos parámetros», expresó.

Añadió que si eso se logra estará «muy bien, pero si no lo podemos lograr habremos cumplido nuestra tarea y los colombianos tendremos que seguir enfrentando los retos».

A pesar de la cautela con la que el equipo del Gobierno se refiere a las negociaciones, el presidente Santos envió ayer a las FARC un mensaje en el que advirtió que no se bajará la guardia en la lucha contra los grupos al margen de la ley.

«Toda guerra termina con unos acuerdos, en una conversación con el enemigo; espero que podamos terminar esta guerra lo más pronto posible, pero para terminarla es necesario continuar la ofensiva, no bajar la guardia, porque es la forma de finiquitar pronto este conflicto», dijo Santos en el acto de transmisión de mando de la nueva cúpula militar.

El diálogo entre ambas partes tiene a Cuba y Noruega en el rol de garantes. Mientras que Venezuela y Chile son acompañantes.

La agenda de las conversaciones incluye, además del tema agrario (ya discutido) y la participación política, otros aspectos como la atención a las víctimas, el problema del narcotráfico y el fin del conflicto armado.

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