El «sueño» chileno de los migrantes se desvanece con el coronavirus
Las vallas rodean la calle donde se encuentra el Consulado de Venezuela en Chile, hasta donde han llegado desde distintos puntos de Santiago un centenar de venezolanos con sus maletas para marchar hacia el aeropuerto y retornar a su país natal.
En pleno auge del covid-19 en Chile, muchos han perdido sus trabajos, han gastado sus últimos recursos o se han quedado sin vivienda por falta de dinero para pagar alquiler. La crisis del coronavirus los ha obligado a abandonar el sueño de una vida próspera en Chile.
Entre la fila de quienes esperan un vuelo se encontraba Andrea, que llegó a Chile el pasado 2 de octubre junto a su madre y su hija «con sueños y esperanzas de mejorar» y que formó parte del grupo de 250 venezolanos que el martes pasado salieron de Chile en un vuelo proporcionado por el Gobierno de Nicolás Maduro.
También estaba en la fila Anderson, que quería regresar a Venezuela antes de caer en la calle.
«Tengo un hijo, una esposa y lo menos que quiero es llegar a ese extremo», dijo a Efe. Anderson cuenta que en su país tienen una casa y que ya están recibiendo ofertas de empleo. «No nos da mucho para los gastos pero sí para comer».
«Como decimos coloquialmente: la necesidad tiene cara de perro y nos tenemos que regresar por eso», agregó antes de lograr abordar el mismo vuelo.
No es el primer viaje que se realiza entre Santiago y Caracas, pero Andrea, Anderson y el resto de los pasajeros están lejos de ser los últimos inmigrantes que quieren salir de Chile.
La búsqueda de una mejor situación económica y social, uno de los principales motivos que atrae a inmigrantes a Chile, así como la existencia de una red de acogida «están bajo ataque», comenta a Efe el profesor del Instituto de Historia de la Universidad Católica de Chile Pedro Lacobelli para explicar los motivos por los que los muchos quieren regresar a sus países.
«Es decir, los motivos que hacen llegar personas a Chile están en crisis», sostiene el profesor, que se inclina a pensar que dadas las condiciones actuales «van a ser más y más los migrantes que van a querer regresar a su país».
A los pies del centro comercial Costanera Center y de la torre Gran Santiago, símbolo del progreso económico que caracterizaba a Chile, decenas de carpas se plantaron en frente del consulado de Bolivia.
Son cerca de 80 inmigrantes que buscan algún medio de repatriación desde Santiago hacia su país, tal como se hizo hace algunas semanas con los bolivianos que se encontraban en el norte de Chile.
Ha pasado cerca de una semana desde que llegaron a instalarse las primeras tiendas de campaña y quienes las ocupan dicen que no han obtenido respuesta alguna por parte del Gobierno boliviano.
Cristian es el vocero de sus compatriotas. Desde 2012 trabaja como temporero en Chile. Cuenta que la mayoría de quienes se encuentran acampando vinieron a trabajar por la temporada estival y que llegaron a la capital desde distintas ciudades buscando una salida.
«Estamos atrapados acá, sin ninguna solución para salir», dice Cristian a Efe.
Señala además que tan solo el pasado martes su consulado publicó un documento con los requisitos para poder viajar de vuelta a Bolivia. Primero se deberá cumplir una cuarentena y certificar la realización de esta, además de obtener un resultado negativo en un test de covid-19.
Cristian asegura también que hay 65 compatriotas en un albergue, desde donde les dijeron que existían casos de coronavirus, por lo que no podían recibir a quienes ahora acampan.
Afuera del consulado de Venezuela hay otro grupo. Pero Brangi, junto a una decena de compatriotas, no va a ningún lado. Duerme a la intemperie esperando una respuesta.
Brangi, quien está en Chile junto a su esposo y sus 4 hijos, denuncia que «la embajada llamó (a ciudadanos venezolanos) a su conveniencia». Sin embargo es tajante: «No nos vamos a ir de aquí sin una solución».
«Sabemos que Venezuela está peor (políticamente), pero tenemos nuestras casas, donde nadie nos va a correr de ahí», admite. «Solamente queremos regresar a nuestro país, no queremos que la comunidad de Chile nos mantenga», asegura.
«Tanto a los migrantes como a nosotros (los chilenos) nos tomó por sorpresa la crisis de octubre y la crisis sanitaria actual», explica Lacobelli.
El profesor añade además que la población migrante es más vulnerable y tiene menos capacidad de adaptarse a este tipo de situaciones.
Desde octubre de 2019 que Chile se encuentra semiparalizado luego de un estallido político-social que pareció aplacarse durante los primeros dos meses de 2020.
Sin embargo, el 3 de marzo se detectó el primer caso de coronavirus en el país iniciando una nueva crisis de consecuencias aún inciertas pero que para muchos migrantes ha supuesto la puntilla, tras el estallido social, para querer marcharse.
A la fecha ya hay 24.581 personas diagnosticadas y 285 fallecidos. Esas cifras convierten a Chile en el quinto país con más casos de Latinoamérica.
En cambio, Bolivia cuenta con apenas 1.886 casos, mientras que en Venezuela, segundo país latinoamericano con menos contagios, el número no supera los 400.
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