Especial para Nodal: Sesión del Tribunal Permanente de los Pueblos, Capítulo México – Por Daniel Feierstein
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.
El Tribunal Permanente de los Pueblos es heredero del Tribunal Russell. Desde su creación, el TPP ha intervenido en más de 40 casos de graves violaciones a los derechos humanos y a los derechos de los pueblos que se encuentran ausentes de la agenda de los organismos internacionales y, muchas veces, también de los medios de comunicación.
El Capítulo México es un proceso que lleva tres años y ha culminado en esta Audiencia Final, en un momento muy peculiar de la historia de México. La sentencia lo refleja con claridad: «Todo aquello que se ha documentado tan trabajosamente durante tres años de labor del Tribunal, se condensó en Iguala en unas horas de barbarie”. La infinidad de denuncias recibidas, la gravedad de la situación de México en el período analizado por el Tribunal (1982-2014) ha sido reflejada en una larga sentencia que busca comprender las características estructurales de este proceso.
Luego de decenas de pre-audiencias y audiencias temáticas y la presentación de cientos de testimonios y miles de documentos, la sentencia identifica las responsabilidades del Estado mexicano, la de 87 empresas transnacionales, la de los Estados de origen de las mismas en distintos tipos de delitos, incluyendo crímenes de lesa humanidad. Para ello utiliza trabajos jurídicos sobre responsabilidad extraterritorial de los Estados de origen de las empresas transnacionales realizados por académicos argentinos como Irene Massimino. También se señala la responsabilidad de algunas instituciones del sistema de Naciones Unidas como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial de Comercio.
En esta ocasión el TPP fue presidido por Philippe Texier, magistrado francés, quien fuera el juez que inició en Francia la primera causa contra Astiz. Me acompañaeron entre los miembros juristas y académicos reconocidos de Italia (Nello Rossi y Luciana Castellina), España (Antoni Pigrau Solé, Juan Hernández Zubizarreta y Carlos Beristain), Alemania (Elmar Altvater), Costa Rica (Alda Fazio y Silvia Rodríguez) y Graciela Daleo, de Argentina. También integró el panel el obispo mexicano Raúl Vera, figura fundamental en el momento actual de México.
Los compañeros y familiares de los normalistas asesinados y desaparecidos se presentaron al final de la última audiencia para denunciar la situación vivida por los estudiantes, la falta de respuesta del Estado mexicano y solicitaron la solidaridad del Tribunal en su proceso de búsqueda de verdad y justicia. Fue realmente impactante la reacción del auditorio repleto del CUC en la UNAM, quien los recibió al grito unánime de “¡No están solos!”, “Todos somos Ayotzinapa» y, recordando las propias consignas de la lucha contra la impunidad en la Argentina: “Con vida los llevaron, con vida los queremos”. Allí mismo informaron de las tres caravanas por la verdad y la justicia que ese mismo día comenzaban a recorrer el país y que finalizarán el jueves, en la marcha convocada en el DF. Al tiempo, la policía mexicana estaba ingresando en la Facultad de Filosofía y Letras, a metros del evento, demostrando lo grave del momento actual en México.
El auditorio estuvo repleto durante las tres sesiones, con una variedad increíble de movimientos: campesinos, indígenas, normalistas, trabajadores de la educación, del sindicato de la electricidad, grupos de apoyo a los migrantes, defensores de derechos humanos, militantes de género, militantes católicos, entre muchísimos otros movimientos sociales que llegaron con sus banderas y elementos desde los distintos puntos del territorio mexicano. El clima en México es de alta movilización pero también muy preocupante. Gran parte de los movimientos sociales temen por un posible agravamiento de la represión. Necesitan imperiosamente la solidaridad latinoamericana.
La transmisión de afecto de los mexicanos al conjunto de los jueces del Tribunal fue movilizante, así como los familiares de asesinados que se acercaban con sus papelitos de denuncias, sobre nuevas y nuevas masacres y asesinatos durante la última década en Durango, en Guerrero, en Michoacán, en Chihuahua, entre tantos puntos del país. Narrando que los familiares generalmente prefieren callar, porque la denuncia suele generar nuevas víctimas, perder a un segundo o a un tercer hijo por denunciar el asesinato del primero. Es muy difícil imaginar el dolor y el nivel de la violencia e impunidad que reina en México porque su ausencia de la agenda pública internacional es atroz. Los mexicanos depositan confianza en que la labor del Tribunal y la movilización de estos meses pueda servir para visibilizar la situación y para acompañar a los mexicanos en estos momentos de verdadera incertidumbre.
Daniel Feierstein es investigador del CONICET/UNTREF/UBA, Presidente de la International Association of Genocide Scholars y miembro del equipo de jueces del Tribunal Permanente de los Pueblos. En dicho carácter ha sido parte del panel de la Audiencia Final sobre México